Capítulo 25

La segunda vez que verifico a Paloma, la encuentro dormida.

Así que me voy de regreso a mi cama.

Con movimientos metódicos, me cambio y pongo el pijama. Apago la luz y cierro los ojos, pero es inútil. La rabia que siento en este momento no tiene precedentes.

Doy vueltas en la cama y cada que una lágrima escapa quiero darle una tunda a Irania.

El sonido de la puerta al abrirse me hace sentarme en la cama y miro como Roman entra a la habitación. La luz del pasillo se filtra, pero sé que es él.

Tiene consigo algo que no veo bien hasta que se acerca.

—¿Eso es…? — susurro cuando este, toma asiento a mi lado.

—Esto te pertenece—. Susurra con una bonita sonrisa.

Deja sobre mí la manta. Antes de que pueda parpadear me arrojo a sus brazos de este.

—Gracias. Muchas gracias por esto.

Sus brazos me rodean y me estrechan contra su cuerpo.

—He dejado claro a Irina que no tiene permitido venir a esta casa.

Hago una mueca y aunque es un alivio para todos. Sé que Paloma lo verá como que, le hemos qui
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