—¡Oh, señor Dubois! Qué bueno verlo tan repuesto. La rubia le dedico una radiante sonrisa, que para Zoé parecía más falsa.
—Si querida, ya estoy mejor. Ven siéntate con nosotros.
La rubia obedeció, observando a las chicas de una manera poco amistosas. Era como si ellas dos fueran un par de bichos que debían ser aplastados.
—Adelaine, querida mía. Conoce a la señorita Zoé Bonnes, y su amiga Maya Weber.
—¡Oh! Un gusto. Esta les sonríe siendo poco amable. – No sabía que tenías invitadas esta mañana.
—No son mis invitadas, querida. La señorita Zoé es la prometida de Jean Pierre.
—¡¿Qué?! Pregunta sorprendida la mujer mirando a Zoé como si debiera estar muerta.
—Si, al p
Maya regresaba distraída a casa, cuando de la nada una mano la hala nuevamente hacia el laberinto. Ella da un pequeño gritico, pero luego sonrió al notar que era Adrien.—¿Qué estás haciendo? Pegunta con una sonrisa.—He venido a verte. Envuelve su cuerpo con los brazos.—¿Ah sí? —Si. Responde con voz ronca y sensual.El rubio besa los labios de la morena apasionadamente mientras deciente sus manos por los muslos hasta coronar las nalgas de esta. Inmediatamente ella comenzó a soltar sus pantalones y bajar la cremallera para sacar el pene de entre el bóxer.En seguida el rubio bajo las bragas de la morena, seguido de eso se la subió encima pegando su cuerpo de la muralla de flores. En segundos penetro a Maya quien jadeo sobre sus labios, este se los mordió cuando empez&oac
Jean tomaba un trago de whisky en el despacho de su padre, estaba solo… quizás lo que buscaba era un poco de paz. Afuera todo era un caos, los amigos de su padre no paraban de llegar. El no necesitaba ver a todo ese montón de viejos que solo querían felicitarlo por su matrimonio… (Su matrimonio) uno que no era para nada real. Bueno no al menos, hasta tenerla en su cama. Si no lo consumaban al final no sería legal.Debía buscar las maneras de llevársela a la cama, solo hacía falta una sola noche con ella. Estaba completamente seguro que después de eso Zoé cedería a sus mandatos. Necesitaba buscar una buena estrategia de seducción, en la que ella caiga rendida a sus pies.Podría sonar algo machista, pero ella se había vuelto algo obsesivo para el… a tal punto que la quería como su esposa con tal de tenerla solo para
Jean conduce una mano hasta el sexo de Zoé, la chica da un respingo al sentir que invadían los pliegues de su vagina.—¡Jean! No, detente. Pero sus palabras sonaron a gemidos que una petición.—No, preciosa. Me pienso comer tu coño.Y dicha esas últimas palabras, el rubio rápidamente llego hasta la zona v de su cuerpo. Abrió las piernas de Zoé atacando directamente su vagina. Oyéndola gemir con más fuerza mientras arqueaba más su cuerpo en dirección a la boca de Jean.—¡Ahhhh! Por dios, si paras te juro que te ahorco. Le grito aferrándose a la almohada. El francés se comía su coño con afán, aferrándose a las nalgas de está dejando la visible marca roja de sus manos. Jean sintió como el cuerpo de su esposa se tensaba, sus piernas se
Sin mediar palabras, el francés se acercó a ella tomándola desprevenida por la cintura. Termino por besar sus labios de una forma violenta, pero apasionada. Por supuesto que Zoe se resistió golpeando sus brazos, pero poco a poco fue cediendo entregándose al beso y los brazos de su esposo.Pronto el beso paso ser más necesitado por ambas partes. Zoe sin tener control de sus movimientos empezó a despojar a Jean del suéter que llevaba puesto. Este hizo lo propio con la manta que llevaba esta encima.En segundos los recién casados se habían despojado de la mayor parte de su ropa, la castaña solo llevaba la ropa interior. Y el rubio un mono de correr.Este se cargó a su esposa encima quien no opuso resistencia, cosa que le encanto… la condujo hasta la cama donde se tumbaron. Seguido este bajo las bragas de la castaña, luego se quit&oa
Expresando aquellas palabras termino por besar a su esposa en los labios, continuaba manteniéndola sujeta de las manos ya que no confiaba en ella. Pero pronto el francés sintió que ella en vez de alejarse de él, lo buscaba aún más. Introduciendo la lengua en su interior. Aquel gesto lo puso más duro de lo que estaba. Inmediatamente aparto la sabana con que ella se había envuelto, para acomodar su pene en la entrada de su vagina. La escuchaba gemir con fuerza cada vez que el frotaba su miembro contra su vientre.—Joder Zoe, me encanta estar así contigo.—No… para… no quiero. Pedía entre jadeo.—Si quieres.Con la rodilla abrió las piernas de su esposa y en una embestida lenta se adentró en ella… ya estaba tan húmeda que no tuvo que esforzarse mucho para lubricarla. E
El agua tibia caía libremente por todo el cuerpo de Zoe, en esos momentos pensaba que al menos le había ganado una a ese francés. Esperaba que con eso se lo quitara de encima. Aunque todo su ser anhelaba que el la tomara, esa parte de la cordura le decía que no debía hacerlo.Mientras que la castaña permanecía debajo de la lluvia de agua, una figura masculina caminaba completamente desnudo con pasos felinos hacia el baño. Jean admiraba la figura de su esposa a través del cristal de la ducha. Provocándole más ganas de follarsela.Corrió la puerta de cristal dándole un susto de muerte a su esposa, quien se cubrió sus partes íntimas. O bueno, lo intento.—¿Qué estás haciendo aquí?—Intento ahorrar agua, nos ducharemos juntos.—Como si no pudieras pagar el
—¿Quién dijo que yo iba a tener sentimientos por ti? Te lo dije desde un principio, esto solo es un matrimonio bajo contrato. No pienso enamorarme de ti, ni mucho menos amarte. Además, no te mereces un amor como el que yo estoy dispuesta a dar algún día.Jean Pierre frunció el ceño visiblemente por aquellas frías palabras… apretó la mandíbula, no le gustaba que ella le dijera aquellas palabras. Dios dos paso hacia ella, pero se detuvo ¿Qué vas hacer Jean? Le dijo una voz interior. Ni el mismo sabía que responder, solo tenía ganas de lanzarse en esa cama y sacarle toda la ropa a esa mujer. Hacerle el amor hasta que le suplicara que parara.—¿A quién le vas a entregar tu amor? Estas casada conmigo. Se cruza de brazos.—¡Pero no por siempre!—¿Qué quieres dec
—Ya ves… esa noche dejo consecuencias. Y por eso, Yo seré la verdadera esposa de Jean Dubois y la madre de su bebé. Soy la única quien puede ocupar ese puesto, no tú. Una stripper que se cree señora… bueno… se ríe con burla. –Ni tan señora. Mira mosca muerta, si ya has terminado lárgate de aquí. Antes de que barra el suelo contigo.—Tú no me tocaras ni un pelo marginal.—No sabes de dónde vengo mujercita, es mejor que te vayas por dónde has venido arpía. Le dice maya enojada.—¿Quién me va a sacar? ¿Tu? No puedes ponerme un dedo encima.—Como que no…La morena se lanza sobre la rubia arrasándola hasta el ascensor… mientras que esta le gritaba que la soltara. Cuando dejo el cuerpo de Adelaine en el