Jean conducía el coche hasta su apartamento con una radiante sonrisa en los labios, cuando su móvil comienza a sonar.
—¿Qué pasa?
—Ven a la casa de papá.
—¡Joder!
Le da la vuelta al coche rechinando los cauchos… algunos minutos después Jean se bajaba del automóvil en la entrada de la casa de su padre. Al entrar lo recibe la señora del servicio informándole que el viejo se encontraba en su habitación.
Éste subió las escaleras de dos en dos, al entrar en la habitación se encontró con su hermano de pie ante la cama donde se encontraba su padre.
—¡Jean! Le dice el viejo.
—Padre… ¿Qué pasa?
&mdash
Mientras que en la habitación se desataba una batalla con una pareja bastante dispareja. Jean tiro a Zoé en la cama saltando encima de ella. Llevo ambas manos por encima de su cabeza y con las piernas la sometía a su antojo.—Te enseñaré buenos modales. Sonríe en forma de juego.Pero aquellas palabras atravesaron el corazón a Zoé… le recordó cuando Charlie intento abusar de ella y nuevamente ese sudor frío volvió a recorrerle todo el cuerpo… ¿Jean pensaba hacerle lo mismo? Se preguntó ella asustada.Sin poder evitarlo sus ojos se aguaron, mientras una lágrima se deslizaba por su rostro acunándose en la oreja. Ya no estaba enojaba, ahora tenía miedo… miedo de que la lastimaran. No lo había superado, pensó que s&iac
Jean permanecía sentado en la mesa apretando la mandíbula… sentía las ganas de pararse y arrancarle la cabeza al imbécil ese que se creyó con derechos sobre Zoé. Aunque él tampoco debía hablar mucho, ya que tampoco tenía ningún derecho sobre la castaña.Otro show había comenzado, y unos minutos más tarde Zoé salía de los vestidores con ese traje que enseñaba casi todo. ¿Porque le molestaba ese hecho? Así la conoció. La chica salió, y de una empezó a trabajar, como sabía que esa área eran sus mesas camino en dirección a ellos dos. Eran los únicos alejados de la manada de idiota que parecían adolescentes, Jean se sintió aliviado de verla acercarse a ellos.—¡Es
Su amiga se cruza de brazos mirándola con expresión divertida. Nuevamente el corazón de Zoé da un respingo, latía tan fuerte que pensó que su amiga podría escuchar como retumbaba su pecho.—¡No digas tonterías! Se da vuelta para entrar en la habitación.—¿Te incomoda? ¿No es así? Por eso te has puesto como un papel cuando se largó y no quiso llevarte a casa.—Su hermano fue quien se ofreció, no él.Zoé se quita la ropa quedando en ropa interior ante su amiga.—Pero a que si te hizo sentir mal por los que hizo. Pensabas que él te llevaría.—¡No! Dijo seca.Se quitó la ropa interior para envolver su cuerpo en
Ya no tenía control de su cuerpo, Jean marcaba el ritmo y ella solo quería dejarse llevar por él. La sensación era indescriptible. Poco a poco el hábil francés fue subiendo el camisón, hasta sentir la piel desnuda de su vientre. Solo las bragas eran lo único que le impedía sentirla completamente. Deslizo una mano por debajo de la tela de las pantys sintiendo la piel de su vagina.Zoé se tensó bajo sus labios, estaba a la expectativa de ser tocada. Éste bajo un poco más los dedos hasta sentir el pequeño botón que se escondía entre los pliegues de su vagina. Ya estaba húmeda, el dedo se deslizaba con facilidad dándole la facilidad de masturbarla mejor.Ella separó los labios de su boca para poder gemir y respirar al mismo
El hecho era que, su hermano si estaba y el no… bueno, era lo que quería se dijo así misma. En su casa le dejo dicho lo que deseaba, y al parecer había entendido. Pero… ¡Mierda! No verlo sentado en la mesa le había puesto el corazón chiquito. Odiaba esos sentimientos, porque no conocía a ese sujeto. Además, era un idiota que solo la trataba como una puta barata y desde luego ella no lo era. Zoé pillo a Adrien hacerle una seña con la mano, y ésta fue hacia él.—¿Otro trago? Pregunta. —Si. —Bien.—Podrías decirle a Maya que pase por aquí cuando tenga tiempo.—¡Está bien! Le dedica una sonrisa tenue.—Oye, Kira… está se voltea. —¿Qu&
Su amiga tenía razón, le hubiera ido muy mal como si hubiera seguido viviendo en esa casa. —¡Gracias por estar conmigo! Le dice la castaña.—Ni que lo digas. Esa noche las chicas fueron a trabajar como de costumbre, y como siempre el bar se encontraba a reventar. A medida que avanzaba la noche, Zoé se dio cuenta que la mesa que utilizaban los hermanos estaba siendo ocupada por otras personas. Sin poder evitarlo los busco por otro lado, pero o su visión era muy mala o no habían ido esa noche...y comenzaba a sospechar que la segunda opción era la acertada.—No están. Le dice Maya a su lado en la barra.—¿De qué hablas?—Te he visto, lo estás buscando. Pues te digo, n
—Jean ¿Acaso te has vuelto loco? Si papá se llega a enterar de lo que pretendes hacer, allí si te va a desheredar. ¡Hasta a mí!—No te amargues… todo va a salir bien.—Dudo que sea una buena idea. Adrien negaba mientras manejaba, llevaba los auriculares en el oído mientras conversaba con su hermano que iba delante de él.Después de la cena, Jean y Antonie volvieron a discutir de lo mismo. Así que el rubio le dijo a su padre que se casaría, accedería a su maldito capricho.—Muy bien papá, quieres que me case. ¡Lo haré! Me casare, si es lo que te hará feliz lo voy hacer.—¡Bien! Le grita el viejo. —Hablare con el padre de Adelaine y…—&iexc
—¿Porque crees que se haya desmayado? La verdadera razón, no la que nos contó la amiga. Pregunta Jean a su hermano.— ¿Porque dudar? Ya vez lo que les paso. Las echaron a la calle. Si no tenían para pagar alquiler, mucho menos para comer bien. Además, no has visto sus rostros. Están mal, las dos. —Sí, puede que tengas razón… o quizás están metidas en otra cosa, se gastan el dinero en otra cosa.—¡Jean! Su hermano se pone en pie. —Si vas a dudar de ella, entonces olvídate de ese trato que quieres hacer. No funcionará lo de ustedes dos.—Por supuesto que lo haré. No me echare para atrás con esto del matrimonio.—Entonces no le des vuelta al asunto, ellas no necesitan más problemas. Yo sí creo que están mal económicam