—¡Héctor! —Charlie lo abrazo con fuerza.—Qué bueno verte de nuevo, hace mucho que no nos vemos —El castaño lo mira con una media sonrisa.—No me has ido a buscar más al colegio, ¿Por qué? ¿Estás enojado con mamá? ¿Ya no la quieres ver más?Esas preguntas eran muy peligrosas de contestar, y todavía más, cuando Jacob se acercaba a ellos dos.—¿No ha venido tu madre? —Pregunta notando que nadie más se bajaba del coche.—No —Contesta con tristeza.—Hola abuelo, bienvenido.—He pasado primero por Charlie, su madre me ha permitido salir con él.Eso significaba que ella se había quedado en ese apartamento sola con su hermano.—Iré a dentro un momento, ¿vienes Charlie?—Héctor, ¿no vas a ir por mi mamá? ¿De verdad que no vas a ir por ella? —Susurra.El castaño miró al chico fijamente, esa era una buena pregunta. A eso iba en cuanto salió de la casa, pero ahora…—Vamos a dentro un momento —Cuando ambos entraron, Charlie fue directo a la cocina.—Abuelo, necesito hablar contigo.—¿Sobre la bod
—Señor Couper, lamento la demora de su vuelo. Pero es que hubo un problema con el motor con su jet privado.—¡¿Qué dice?! —Pregunta ofuscado.—Es un pequeño inconveniente, pero ya lo están solucionando. Si tiene un poco de paciencia, su jet estará listo a más tardar por la noche.—Yo necesito salir en estos momentos, ¿eso puede entenderlo?—Por supuesto, señor, lo que pasa es que están reparando la avería que presenta el motor.Héctor no daba crédito a lo que estaba escuchando, como era posible que su propio avión tuviera un desperfecto, si casi no lo utilizaba. Qué maldita mala suerte cargaba encima, después de largarse del edificio de su hermano, pensó en regresar a la mansión. Desafortunadamente, la secretaria provisional que consiguió, lo llamo para informarle que necesitaba viajar con carácter de urgencia para la ciudad de Nueva York. Ya que requerían de su presencia por un cargamento que había sido enviado dos días antes, cuya carga al parecer estaba detenida.Eso no podía ser p
Gala imploraba al cielo para ver si ayudaban a ese hombre a decirle algo, lo que sea, pero que dijera algo. Mientras tanto, ella observaba lo ancho de la espalda de Héctor.—Tú eres más importante para mí, Gala —La sorpresa le arranco un suspiro de golpe a la pelirroja, eso sí que no se lo esperaba —. Te amo, y no me importa perder la compañía si con eso te tengo a ti —Héctor se da la vuelta para verla directamente —. Me enamoré de ti, Gala.Se esperó cualquier otra confesión, algo relacionado con la empresa, o un comentario sobre las exigencias de su abuelo, pero nunca que se le declarara directamente.—Héctor —Ella sube otro escalón —. Yo… ¿Hablas en serio?—Totalmente —La mira fijamente, pero luego observa de reojo a su hermano —. Pero lo mejor para los dos es que te cases con mi hermano, Gala. No me importa perder la empresa, te lo juro, pero tampoco quiero decepcionar a mi abuelo. Eso sí que no puedo hacerlo.El labio
—Yo… acepto ser tu esposa, Héctor —Contesta con una sonrisa.—Casi me mata del susto tu silencio —Hace amago de besarla, pero fueron interrumpidos.—¿Entonces? —Héctor miró a Gala, tendría que guardarse la felicidad para más tarde.—Abuelo —Dice este dándose la vuelta, al hacerlo, detecta tremenda sonrisa en el rostro de Jacob. Realmente, lo desconcertó.—Me alegra que por fin lo hayas entendido hijo mío, estoy muy orgulloso de ti.—¿Qué dices?No estaba entendiendo absolutamente nada de lo que estaba pasando, Riley se mantenía al lado de su abuelo, y a juzgar por su expresión, no parecía nada molesto.—Antes de que tu hermano me contará lo que había pasado entre Gala y tú, ya yo lo sabía de ante mano. Estaba al tanto de que esta joven no se casaría con Riley, desde que estamos en Grecia, les dije que la aceptaba para ser parte de mi familia, supe que, ella se convertiría en tu esposa.—¡¿Qué?! Pero tú me pediste que organizara la boda para mi hermano.—Te dije que organizaras una bo
Gala Jones, recibe su cheque del mes por parte del mensajero de la empresa. El joven que arrastra un carrito de metal con cientos de recados deposita un cheque sobre su escritorio para luego facilitarle una carpeta en donde ella deja plasmada su firma.La hermosa pelirroja le sonríe al muchacho al tiempo que le entrega la carpeta junto con el bolígrafo. —Muchas gracias.El joven se marcha asintiendo con la cabeza, la joven toma el sobre blanco y con nerviosismo lo abre el mismo… con tristeza divisa la cantidad de dinero que le llego ese mes, su cabeza se desbordaba de preocupación. Eso le pasaba por andar pidiendo dinero por adelantado a la compañía.—Demonios, no debí pedir ese adelanto —Se dice mordiendo sus labios.Gala, guarda el sobre en su bolso, ajusta sus gafas enfocando la mirada en la pantalla de su ordenador. Necesitaba terminar esa misma tarde las carpetas para la reunión que su jefe tendría al día siguiente. Después se preocuparía por llegar con vida en ese mes.Miró la
Gala, recoge sus cosas personales luego de terminar los informes para el día siguiente. Estaba tan cansada que únicamente deseaba llegar a casa y dormir. Mirando la hora de su reloj, se fija que se le estaba haciendo realmente tarde, y si no se daba prisa tendría que correr el resto del camino. No obstante, faltaba 15 minutos para su salida, pero asumió que no existiría problema con que saliera un poco antes.Tomando su bolso, la pelirroja sale disparada hacia la puerta hasta que escucha una voz gruesa a sus espaldas. Del impacto se le ponen todos los vellos de punta, que efecto tan extraño causaba su jefe en ella. Era tan aterrador.—Señorita, Jones, ¿Ha terminado con los informes? —Ella se da la vuelta.—Sí, señor Couper. —¿Y por qué no me paso uno a mi oficina? —El CEO miró su reloj —. Faltan 14 minutos para que salga, ¿se dio cuenta de eso?—Lo siento mucho, señor Couper —Corre a su escritorio tomando la primera carpeta marrón, para luego tendé
La ida a la sastrería término siendo espantoso, a duras penas Gala encontró un traje que se ajustara a las exigencias del hermano de su jefe. Y con las prisas a todo dar, logro regresar a la empresa con el traje nuevo y el resto de las cosas que le pidieron.Después de entregar el mandado, corrió hacia la sala de juntas para finiquitar los últimos detalles para la reunión… terminando de dar las instrucciones, la pelirroja escucha una voz que conocía muy poco, pero estaba al tanto de quien se trataba la persona.—¡Buenos días, señorita!Ella se da la vuelta para observar a un hombre de baja estatura, con el cabello casi cano, bigotes blancos y en su mano llevaba un bastón, el cual servía de apoyo para sostener todo su peso. El hombre iba ataviado por un fino traje, de esos como los que utilizaba su jefe. Se preguntó si todos los Couper compraban sus trajes en el mismo sitio.—Buenos días, señor Couper —Lo saluda con una sonrisa gentil.—¿Dónde están mis nietos?—En la oficina del señor
—Bueno, lo que pasa es que…—Lo que acontece aquí es que ya estoy cansado de tu comportamiento tan inmaduro, Riley. No puedo entender cómo es que le dejas toda la responsabilidad a tu hermano, aun sabiendo que esta compañía es de ambos.—Abuelo…—No digas nada, porque ya no te quiero oír más. Y tu Héctor, me tienes muy decepcionado —El CEO levanta la mirada —. Le encubres las vagabunderías a tu hermano, y le permites que deje toda la responsabilidad de la empresa sobre tus hombros. Eso es decepcionante de ti, siendo el mayor de ambos, es cuando debes poner en el camino correcto a tu hermano. Pero no tapándole las marramuncias que hace a diario, si crees que es lo correcto estás muy equivocado muchacho.Héctor mantiene la mirada fija en su abuelo. Aunque le costará mucho admitirlo, el viejo tenía mucha razón. Le tapaba las fallas a su hermano, en vez de corregirlas, no lo hacía. Ahora estaba pagando por su error. Decepcionar a su abuelo no era lo que precisamente quería que pasase. Des