Mientras esperaba en la biblioteca para hablar con su prima, se sirvió un trago de coñac, recordó la última vez que vio a su padre unas horas antes que él muriera, dejándole un gran vacío.
Había regresado de una competición en la que obtuvo el primer lugar, su padre no había podido acompañarla por encontrarse un poco enfermo, así se lo dijo cuando hablaron por teléfono y aunque ella le ofreció estar a su lado para cuidarlo, él la convenció de ir a competir, asegurándole que no era nada grave.
A su regreso al país, mientras esperaba su equipaje en el aeropuerto, recibió una llamada del médico que atendía a su padre, avisándole que el señor Vértiz, estaba muy grave y que pedía hablar con ella.
Amanda no lo dudó un solo instante, dejó todo en manos de sus ayudantes y alquil&
El primer enfrentamiento con Elena fue durante la lectura del testamento.Su prima no quería aceptar que Amanda fuera su albacea, no estaba dispuesta a depender de ella para disponer de la herencia que su tío le había dejado al morir.Gritó, amenazó y ofendió a todos los que se encontraban presentes, al notario, a Amanda y hasta al abogado que había llevado con ella para que la aconsejara legalmente. Lloró de rabia e impotencia tratando de llegar a un arreglo son su prima, pero Amanda se mostró inflexible y la temperamental y explosiva Elena llegó hasta a amenazarla.Incluso hasta contrató a otro abogado e inicio un juicio legal contra su prima para poder cambiar ese mandato que le parecía absurdo y desquiciado. Todo fue inútil nada se pudo hacer, por lo que no tuvo otro remedio que aceptar los hechos mientras pensaba en alguna forma de liberarse de Amanda.Como ven
—No me importa en lo más mínimo. Ya sé lo que quiere esa hipócrita. La voy a poner en su lugar, ya es tiempo de que deje de tratarme como a una niña. Soy bastante mayorcita y puedo hacer con mi vida lo que yo quiera —exclamo ella de forma abierta y sin ocultar su coraje.—Ese es un asunto de ustedes —dijo él indiferente al momento en que se levantaba y comenzaba a vestirse— Y a propósito de problemas, espero que no se te haya olvidado lo que te pedí.—No podría olvidárseme, tú me lo recordarías, como lo haces ahora. Te voy a dar ese dinero, pero es la última vez, te lo advierto.—Sí, sí, mi amor, lo que tú quieras —la voz de él sonó cínica eso no pasó desapercibido para ella.Elena le dio los billetes que saco de su bolso, seguía desnuda mientras él ya se h
» No obstante que Elena recibió un buen trato y atenciones por parte de su tío y de su prima, ella iba llena de odio y rencor, así que comenzó a desquitarse con su prima, la tierna niña que sin malicia alguna le ofrecía todo lo que tenía para aliviarle el dolor de haber perdido a sus padres.» La rencorosa muchacha, disfrutaba haciéndole maldades, llegando a lastimarla varias veces, no sólo en lo sentimental, sino que hizo que se luxará un tobillo, que se descalabrara, que se golpeara en la cara, en fin, aprovechando que era mayor se ensañaba con la inocente y dulce heredera, que no entendía aquella actitud.» Ernesto en varias ocasiones la reprendió y la castigo por sus bromas pesadas en contra de la niña, por eso Elena aprendió a comportarse hipócritamente ante él, no le importaba pedir perdón y llorar de arrepentimiento, log
No le importaba que tuviera que esperar unas semanas, meses tal vez, al final conseguiría cobrarse todo lo que le debían y eso lo compensaba todo. Sí, la paciencia sería su aliada y como había escuchado por ahí, “la venganza era un plato que se saborea mejor frío”.Una sonrisa burlona y satisfecha se dibujó en sus labios, ese sería su plan y a partir de ese momento se concentraría de lleno en él, por lo pronto tendría que mostrarse sumisa y dócil.Termino de beber de su copa y luego se dirigió a su recámara. Tenía que empacar, le esperaba un nuevo ritmo de vida, seguramente muy aburrido, pero era el precio que debía pagar si quería conseguir los resultados esperados.Ya habría tiempo de disfrutar la vida plenamente, a su libre antojo, como a ella le gustaba. Definitivamente la venganza sería muy dulce y gratifica
Todo era nuevo para la rencorosa prima. Recibió atenciones y un tratamiento que nunca antes le habían otorgado en ninguna parte. Elena creía estar viviendo un hermoso sueño del que no deseaba despertar, mientras que Amanda se comportaba natural e inteligente en todos los tópicos que se abordaban, era un placer platicar con ella.Coqueta por naturaleza, Elena tuvo que reprimirse un poco y estuvo a punto de aceptar alguna de las invitaciones que le hacían para irse a divertir a otro lado, pero la mirada severa y firme de Amanda la detenía y se veía obligada a rechazar a los que la cortejaban.Con asombro vio que ellos se interesaban más en su persona a medida que los iba rechazando.Amanda la cuidaba en todo, cuando en el calor de alguna platica, hacia tal o cual comentario riéndose de manera vulgar y escandalosa. Poco a poco ella misma reconoció que no era correcto co
La española y la inglesa obtuvieron muy buenos puntos en su presentación, casi habían asegurado los primeros lugares, por lo que se perfilaban como las ganadoras absolutas del certamen.Elena sintió un poco de pena por su prima, ya que secretamente deseaba que ocupara un mejor lugar. Ella misma se extrañó de pensar así, cuando debía estar feliz del fracaso de su odiada rival, que como su albacea la obligaba a estar presente rigiéndole todos sus movimientos, presionándola a cambiar algunos aspectos de su personalidad y limitándola en sus acciones.Aún faltaba el ultimo recorrido de Amanda. Cuando apareció en la pista, aplausos y gritos de apoyo retumbaron en las gradas, los concurrentes la alentaban a superar lo presentado por las otras competidoras. La muchedumbre estaba al pendiente de sus evoluciones completamente hipnotizados por su talento.Elena se encontraba en
Comprendía que la vida podía ser de otra manera si se lo proponía. Eso significaba, renunciar a su venganza y someterse por completo a la voluntad de su prima, nuevamente se enfrentaba a sí misma en una muda lucha de sentimientos encontrados.No supo que decidir, así que pensó en otras cosas más agradables, no tenía caso amargarse la dicha que estaba disfrutando. Sólo el tiempo y las circunstancias le indicarían el camino que debía tomar, después de todo tenía que darse a sí misma una oportunidad de ser feliz. No importaba como le llegara esa felicidad, simplemente la aprovecharía en cuanto la tuviera.Sobre todo, si esa dicha que tanto anhelaba vivir le llegaba en la figura de Andrés de la Ronda, por él si sería capaz de renunciar a todo, incluso hasta a su venganza, porque estaba segura que con él podr&iacu
Ese era el motivo principal por el cual, sus hermosos ojos lo revisaban minuciosamente, grabando en su mente cada rasgo de su rostro, de su porte, de sus modales. Todo en aquel hombre le parecía perfecto, aún podía recordar claramente su voz, seria, firme y varonil, y al mismo tiempo, tierna, dulce, arrulladora y acariciante en cada palabra, llena de matices y colores.Por un breve momento, que a Amanda le pareció un siglo, tuvo una pequeña fantasía muy íntima.Se veía a sí misma, al lado de Andrés, estaban a la orilla del mar, ambos desnudos, sintiendo en sus pieles la brisa y el sol del atardecer, abrazados frente a frente, parados en la arena.Aquel abrazo estaba lleno de ternura, de pasión, de anhelo y él estaba besándola con intensidad, con un beso como jamás se lo había dado nadie y menos aún con tanta intensidad.Mientras l