Enamorado
Esta era la última semana de clases del semestre, nos esperaban dos preciosos meses de descanso y luego retomamos las clases en agosto. No sé qué hicieron Marcelo y Sara, pero de alguna forma bloquearon mis mensajes, ya no podía amenazarlos, eso me hizo sentirme muy triste, pero luego esto se tornó en ira así que cambié de número y Bill retomó el control de ellos.Las cosas estaban andando muy bien y eso me preocupaba, no todo suele salirme tan bien, normalmente pasa algo muy malo después. Mickey y Santiago formalizaron una relación pública, no iba a ser fácil para ellos, pero iban a intentarlo, se les notaba lo enganchados que estaban. Fue fácil acostumbrarnos a verlos juntos, se veían felices y como Mickey es el espíritu del grupo, nos contagiaba su alegría.Aunque sus comentarios morbosos nunca cesaron.Caminaban poMe subí en el auto y ahí si lloré con ganas, necesitaba desahogarme. Conduje a casa muy lento, no quería llegar, no quería hacer nada. Mía acabó con mis ganas de vivir. Acabó con todo. Llamé a los chicos y les dije que necesitaba compañía, por mi tono supieron lo que sucedió y en menos de nada, llegaron los tres a mi casa a apoyarme. Como siempre estábamos en mi sótano y me hacían bromas para hacerme sentir mejor pero no podían, todo era negro para mí. Tenía tantas ganas de morirme en ese momento. Mickey sugirió una idea grandiosa, beber y entonces agarré una de las botellas de whisky de papá sin que se diera cuenta, bebimos. Me llegó un mensaje de Marcelo, decía estupideces, que me iba a demandar porque él y su novia, estaban hartos de mis mensajes, que eso era acoso y que, además, era delito. No le pres
FinAl día siguiente me desperté como nunca, estaba inmensamente feliz. Había estado con Mía, fui su primera vez… pero como no todo puede ser bueno, era sábado y ese lunes entrabamos a clases. Volvimos a casa, pero antes dejamos a Mía en la suya, sentí algo extraño. Por un lado, estaba feliz, pero por el otro estaba preocupado, presentía que sucedería algo muy malo, pero traté de no darle importancia. Todos en mi casa estaban bien al igual que yo así que no pensé más en eso.El lunes entramos a clase, Mickey y los chicos me esperaron en la entrada. Fue genial verlos después de dos meses.Adriana, la novia de Martín, nos invitó a una fiesta que daría el viernes en su casa, todos iban a estar ahí y nosotros no íbamos a faltar. Santiago estaba enfermo y no pudo ir, Mickey indignado nos dijo en la entrada
1. Bienvenidos a mi mundo.Me siento aburrido, ya no encuentro algo que hacer que logre entretenerme. Me tocará… no sé, lanzarme en bungee o prostituirme para ver si de esa manera consigo más emoción, aunque a estas alturas de mi vida, no sé si halle algo que logre despertarme un poco de emoción. Hasta ese momento, creía haberlo vivido todo. Creía que ya había tenido todas las experiencias posibles y me jactaba de ello, pero mi realidad estaba muy lejos de ello. No podía todo lo que iba a ocurrir en mi último año.Mi escuela era como las demás, aunque las demás no tienen a un personaje perfecto y digno de admiración como yo, es que, si todos fuesen como yo, la vida sería tan diferente… <sí, era un ser despreciable en ese momento, que merecía ser pateado con todas las fuerzas posibles y no sé si aú
Yo no hago más que mirarme al espejoYo la verdad no me encuentro tan guapoMe encuentro simpático, un poco maniáticoQuizá de este lado un poquito mejorPero ya te digo no sé lo que pasaQue todos los días me escriben mil cartasLlaman a mi casa, y luego no hablanSolo se oyen risas tengo que colgarHas sido tu, que crees que no te he vistoHas sido tu, chica cocodriloHas sido tu, la que me dio el mordiscoHas sido tu, has sido tu, has sido tuMe desperté y desayuné, con mi usual rutina de escuchar música antes de salir. Por lo general algo de Cerati, los prisioneros, o como en esta ocasión: Hombres G. Fui a la escuela en mi horario habitual, me puse unas botas y una camisa con cuadros, un atuendo casual porque sí, iba a empezar el primer
Chica rara y nefasta.No podía sacarme esa imagen perturbadora de mi cabeza, el con esa cara de intestino en verdad engañaba, mostraba algo que no era. Le dije a mi hermana que el no quiso hablar conmigo, era mejor mentirle porque esto la haría sentir peor de lo que ya estaba, no podía hacerle eso a mi hermana.Sé que es difícil de creer, pero ella es lo que más quiero en el mundo o bueno, junto a mi papá, quién a pesar de que me reseteó el otro día, es un tipazo y sé que nos adora, pero es que con Lucía, las cosas eran lógicamente diferentes. Ella me ayudó mucho en mi niñez y preadolescencia. Me enseñó cosas que me sirvieron de mucho en un futuro, incluso, a sobrevivir en algunos aspectos. Me había hecho lo que soy, que me gustara leer y ver películas de culto. Me enseñó a vestirme mejor y cu
Bill Manguera, mi mejor creación.En el transcurso de esa semana no la volví a ver, eso me resultó curioso, pero decidí concentrarme en Bill Manguera, mi alter ego. ¡Pobre Marcelo! Comentaba la gente de la escuela, no dejé de publicarle cosas en una semana, todas por supuesto, eran ofensivas. Luego de una semana me bloqueó, era lógico que lo hiciera, pero no entendí el por qué lo hizo tan tarde.Cuando me bloqueó, empecé a acosarlo por mensajes a su teléfono celular, de ahí si no podría bloquearme jamás. Le enviaba un mensaje tras otro sin parar, para que no dejara de sonar su teléfono, le dejé mensajes en la madrugada, en la noche, en el día, le decía cosas como: “Te estoy observando” o “Te amo”, me gustaba sonar contradictorio para enredarlo, además, Bill a veces se comportaba como gay y
CelosLa busqué mucho tiempo durante el descanso, pero no la encontraba, no había notado hasta en ese momento que mi escuela era bastante grande. Recorrí cada rincón, pero no lograba hallarla. Estaba agotado y al final, la encontré de nuevo en la biblioteca, estaba sentada con el perdedor de David, sentí ganas de escupirlo, pero no sé por qué. Me senté junto a ellos sin importarme un bledo si los interrumpía o no.-Buen baile Mia, me dieron ganas de comerte- Le dije sonriendo.-¿No ves que estoy ocupada?-Me dijo bastante molesta.-No, no lo veo.-Lindo vestido Nathan.-Me dijo Mía.-¿Cómo sabes mi nombre?-Todos lo saben-Respondió el maldito David, el no debió nacer. ¿Quién carajos te dijo que hablaba contigo? Infeliz.-¿Qué querías decirme?-Me dijo Mía resignándose.
Los mejores amigos del mundo.Nos mandaron a visitar el museo moderno de la ciudad. Íbamos todos los de décimo, así que, por ende, iba Raúl y Mía, genial. Me alivió un poco ver que iban separados, ella estaba sola mientras él estaba con su grupo de amigos. Aproveché cuando entramos al museo para acercarme a ella, quién vestía sombría como siempre, pero su semblante, era diferente esta vez. No se veía enojada o sin expresión como siempre, parecía ida y no entendía si es que le sucedía algo, pero no podía preguntarle así sin más, me arriesgaba a que quisiera acribillarme.-Mía, llevas tiempo sin amenazarme.-Le dije sonriente, pero no pareció prestarme mucha atención, estaba absorta en algo y no sabía qué era.-Sí…-Contestó a duras penas. Observé alrededor