La señora García se alegró mucho al ver mi logro, su hija se había dignado a salir. Nos despedimos al subir por a mi carro un joven con casco subía a una moto a dos casas. Una vez adentro solo fue acelerar para que la copiloto no se arrepintiera. Nos dirigimos al centro comercial más cercano al barrio. Sonó mi celular.—Contéstale, ese debe ser mi hermano, es un intenso.—¿Emilio? Estoy bien… —Lo puso en altavoz.—Hija. Emilio, me dijo que saliste.—Si papá, voy con Amelia al centro comercial. Estaremos bien.—Cualquier cosa me llamas.—Si señor. —puse los ojos en blanco.—Te cuidan mucho ¿Cierto?—Sí. Somos muy sobreprotectores. —Se quedó callada—. Nuestros compañeros están regresando y nadie ha tocado ese tema por respeto a todos.—Mi madre ahora es que tiene remordimiento y se está pasado en la sobreprotección. Pero cuando me pasó lo que pasó con Adam, ella estaba con la separación de mi padrastro. Y en cuanto a regresar… dame unos días más, siento vergüenza. —llegamos al centro co
Tener a mi padre a mi lado era de gran ayuda, para mis nervios destruidos. Jamás pensé que nos podría pasar tal situación. Ya no podré salir a ninguna parte, era horrible el ser reprimido de su libertad. Nos llevaron a tomar la declaración. Habían matado a un malandro, capturado a dos y uno escapó. A ese que escapó le tenía miedo.Los padres de Amelia también llegaron a la jefatura de la policía. Los escuchaba discutir con el comandante de la policía, dado que exigían protección para su hija. Mi padre no hablaba, solo me abrazaba.En la toma de declaración supe que un joven fue quien los alertó al decir que nosotras éramos las de juicio contra el violador de estudiantes. Gracias a ese patriota no nos secuestraron.—Hablaré con el dueño del apartamento para mudarnos lo antes posible. No le digas a nadie.—¡¿Entonces que debemos hacer?! —Les gritó el padrastro de Amelia, papá lo observaba—. ¡Qué la maten mientras va a la escuela!—Él se me hace conocido, hija.—Es su padrastro padre.La
Esto cada vez se enredaba más. Todo se iba cercando y de alguna manera Iskander y yo quedamos más cerca.—Madre, en el auto de Emy mañana saldrá Emiliano en la silla de atrás, y tú —me señaló— sales con mi madre. La silla de ruedas en el maletero con las maletas que quepan. Usarán la ruta como si fueran a la clínica. Mira que no las sigan. Y luego salen del parqueadero cuando crean que estarán libres. En mi carro irá Emilio, Cameron y escondida Amelia, yo haré lo mismo. —Papá daba las instrucciones.» Luego de dejarlas seguras me regreso a hablar en el plantel educativo. De mi parte hablaré con el rector para que les den las clases virtuales, así no perderán el par de meses para terminar el año. El próximo lo harán en la escuela que se encuentra en el área segura del complejo donde viviremos.—No hagamos demorar a Braulio, cada uno en un morral que ocupa menos espacio empaque su pertenencia y las dejamos en el auto respectivo.—Emiliano, debes de usar muletas hijo para moverte lo poco
Estaba a nada de aterrizar en Medellín, llegue hace tres horas a Colombia, hice trasbordo de Bogotá a Medellín. Mi madre me espera, no le he contado lo de Matt y no sé si involucrarla. Pero si debo tratar de comunicarme con Owen Allen… el segundo hijo de Matt, cuando niños éramos inseparables.Pero sus padres se divorciaron y luego mi padre se volvió el mal en persona y Matt fue arrastrado a ser lo que terminó siendo. Espero no lo maten. Nunca volví a tener a un mejor amigo. No tenía idea de que ha sido su vida, al llegar a la finca le escribo a Jonathan para que me ayude a conseguir su número telefónico.Debe saber que su padre no es un ser del todo malo o por lo menos se remidió y se encuentra en peligro. Ya no puedo regresar a los Ángeles hasta que todo se normalice. Y faltan unos meses para ir a la universidad. Apenas nazca mi hermano, porque será varón, me radico en Boston.Mi hermano nacerá un mes antes de que liberen a Serkan. Temo a ese momento en que se dé cuenta y espero se
Terminábamos de desayunar. Emiliano desde que nos mudamos a esta fortaleza había cambiado un poco para con el trato con Cameron. Quién debe bañarlo, vestirlo, curarlo, luego estar en clases, como todos nosotros. Mi padre instaló una de las habitaciones para nuestro estudio. Emilio y Emiliano frente a sus portátiles en su curso. Cameron en otro, Amelia y yo en los nuestros al pendiente de las clases.Las habitaciones quedaron; la de mi padre, los mellizos, mi abuela quedó compartía con Cameron y Amelia compartiría conmigo. Al terminar las clases esa habitación pasará a ser la de Cameron. De mi parte ya estaba mentalizándome para estudiar donde mi padre me dijera. Si él tenía un apartamento pequeño en la ciudad donde estudiaré no me pondré de remilgosa. Papá estaba gastando un dineral en este apartamento. La seguridad se debe pagar.Terminábamos las clases y cada uno se encargaba de distraerse como deseaba. Al menos el apartamento era grande. Emilio entrenaba en las canchas que había
Amelia se había quedado dormida por fin. Mi abuela fue de gran ayuda para calmarla. Sé lo que duele perder a una madre, pero al menos yo contaba con el resto de mi familia. Ella no, se quedó sola. Sus abuelos no los conocía mucho… —Dejemos que descanse. Con el calmante dormirá hasta mañana. Ayúdame a hacer la cena. —Jonathan no se ha ido, con la evidencia recopilada por la madre de Amelia podrán capturar a muchos. —Si mi amor, lo importante es ir solucionando cada caso. Por ahora es bueno liberar a Amelia, luego a Cameron y a su madre de esos bastardos, y al padre del imbécil que intentó abusar de ti. Llegamos a la cocina. El apartamento era hermoso. Escuchamos el tirar de una puerta y al asomarnos en el pasillo vimos a Cameron hacer pataleta mordiéndose la mano para no hacer ruido. —Este culicagado me va a escuchar. Terminé de hacer la cena para todos y Cameron me ayudó. No hablamos, cuando pasaron los minutos ya estaba calmada. Cenamos sin problema, Jonathan luego se despidió.
Me senté y la miré, unos hombres se acercaban y para alejar cualquier confusión la jalé y la besé. Me dolía el lado izquierdo de mi cadera por el golpe repentino de ella. Pero nada me importaba. Solo sentir los labios de mi Pelirosada.—¿Todo bien señorita?—Sí, él es mi novio.Y eso se sintió jodidamente increíble. Si ella estaba aquí fue porque el señor Braulio la trajo, no deseaba eso, pero al verla, sentirla solo puedo agradecerlo.—¿Te estaban molestando?—No. Pero ando paranoica, me pasó algo hace unos días. —No dije nada.Mi corazón se aceleró. Las imágenes de ella y yo bañándonos, en la cama, en el sofá, con nuestros cuerpos sudando, pegando hasta donde nos era posible nuestras pieles. —No seas tan primitivo Iskander—, sin embargo, no podía dejar a un lado mi instinto primitivo. Volvió a besarme y lo hizo de una manera que en vez de apartar mi libido lo que hizo fue levantar mi miembro.—Pelirosada, es mejor que no me beses de ese modo o no seré un caballero, sino un perfecto
Este hombre era el dueño de todo mi cuerpo, mi corazón latía a mil, mi alma lo reclamaba y verlo desnudo era un deleite. Como amo a este espécimen masculino. Ingresó a la ducha y esos ojos negros desbordaban el mismo deseo de mi parte.No se me nota como a él, pero si me tocara lo descubrirá con solo deslizar sus dedos en mí entre pierna, lo húmeda que estaba. Iskander aceleraba todo mi cuerpo. Y verlo, encontrármelo de nuevo era mi deseo más fuerte. Abrió la ducha, me tomó de la cintura para pegar nuestros cuerpos y sentir su dureza. El agua nos caía a los dos. Luego me sacó y él quedó bajo el agua. Sin tocarme ya estaba erizada. Rozó sus labios con los míos. Tomó el jabón para empezar lavarme y bañarme. Era una delicia absoluta dejarme consentir de ese modo. Lo más sensual que vivía, porque no me ha tocado donde deseaba que lo hiciera. Rodeó mis senos, pero no los tocó, mucho menos mi intimidad. Ha enjabonado hasta mis pies.—Lo haces adrede.—No sé de qué me acusas.Me dio la vue