Salí del baño a donde boté el preservativo. Vi a la secretaria actual acomodarse la ropa, ya me estaba cansando de follarla. La mujer sonrió y no le correspondí a dicha sonrisa. Tocaron a la puerta.—¡Adelante!El jefe de personal ingresó, detrás de él vi al jefe de seguridad y vigilancia. Le hice señas para que ingresara.—Déjenme unos minutos a solas con el jefe de seguridad. Ahora nos reuniremos. Rina, adecúa la sala de juntas para la reunión con el jefe de personal. —Una vez a solas lo miré—. Dime.—Me ha llegado un reporte de Turquía, van cinco días de no ver al joven Iskander salir a trotar como suele hacerlo todos los días.—¿Estará enfermo? —ayer no me contestó, pero esta mañana me envió unos mensajes muy típicos de él.—No hay indicios de ello.—¿Margarita y mi hija? —Ellas si se han dejado ver. También compraron tiquetes para los tres, salen hoy regresarán la otra semana. Viajan a Italia.—¿Nada más ellos?—Si señor.—Gracias por el informe, diles a tus hombres que no deje
Lo miro y no me lo creo, mucho menos que le haya reventado la nariz de nuevo. —solté una carcajada—. El señor Jonathan miró por el retrovisor, mientras Iskander unía esas perfectas cejas. Estaba más bello, todo un turco precioso, no tenía nada malo ese hombre. Ahora era más alto al de mis recuerdos, más fornido, su cabello a juego de esos preciosos ojos negros porque era tan bello o yo lo veía precioso. En todo caso, lo tenía al frente y si andaba con un abogado su situación debía de ser compleja. —¿De qué te ríes?—Es la segunda vez que te golpeo en la nariz y ambas tienen que ver mis patines.—Llegamos muchachos.—Iskander debo correr, ¿estarás en las gradas? —afirmó. Antes de bajar lo besé—. Me esperarás, ¿cierto?—No iré a ninguna parte, además sé en qué habitación te hospedas.Mi corazón se quería salir, y con los ojos de nuevo humedecidos bajé del auto, ahora debía concentrarme en lo que se venía, un fuerte regaño de una señora a la que no le caía en gracia.La entrenadora est
Me llamaron al celular para informarme que la camioneta había llegado. Bajamos, cancelé los servicios en la recepción y también pagué los de Emily. Iba a objetar, pero alcé mi dedo. Ella sabía nuestro código, nunca pagará nada a mi lado, eventualmente una salida y si ella se adelantaba. De lo contrario, no lo permitiré.—¿De qué te ríes? —¿Sé ha molestado?—¿Se te olvidó que no me gusta que gastes a mi lado?—Creí que te habías modernizado un poco ante la igualdad de gastos. La igualdad femenina, el tema de gastos compartidos o tú pagas lo tuyo y yo me encargo de lo mío.—No contigo. —Se sonrojó.Me entregaron las llaves de la camioneta, los documentos y le abrí la puerta a mi Pelirosada. Al subirme busqué un supermercado para hacer las compras por una semana, ojalá pueda quedarme dos. En el momento en que iba a aceptar la ruta, sonó mi celular, era una videollamada de mi hermanita.—Alguien se va a poner feliz. —acepté la llamada—. Hola, Esferita.—¡Ya no estoy tan gorda!—¿Llegaron
La casa campestre era grande, bonita, lujosa y tenía ese no sé qué acogedor, podría decir un toque familiar. Terminamos de guardar las compras, Emy no me había mirado, debía ser los nervios, hasta yo siento algo extraño. Sabemos lo que va a pasar entre nosotros, pero no debe ser ahora. En el fondo yo quiero que se tarde un poco. Ni que fuera la primera vez en tener sexo… «Con ella no solo será sexo, idiota. Tu pelirosada es demasiado importante en tu vida, desde hace mucho como para que nada más sea sexo» —escuché la voz de mi conciencia. —Quiero… —Sus mejillas se sonrojaron—. ¿Cuál será nuestra habitación? —Eso se escuchó muy gratificante, nuestra habitación—. Todas parecen la principal.—Tú escógela.—Me bañaré y luego bajo a ayudarte a preparar el almuerzo.Afirmé, tomó su maleta y subió. Salí un momento a la terraza y era inmenso, lleno de jardines con temáticas diferente para pasar momentos inolvidables. Mi madre no demora en llegar a Italia. Miré el celular tenía varios mensaj
Me hospedé en un hotel no tan elegante, era bonito, veía televisión en la habitación. Pasado mañana era la presentación ante varios clientes, en especial con la señora Margaret Alarcón. Estaba atardeciendo…Me encontraba en Italia por primera vez, ¡viendo televisión! ¿En vez de salir a conocer un poco la ciudad? No tenía nada de malo tomarme un vino o un par de cerveza en algún lado. Mi madre tenía razón… Desde la muerte de Dakota no he salido con nadie. Ahora no es que se pueda salir mucho, hay restricciones. Pero al aire libre si podía beber un vino. No lo pienses Braulio, sal.No pensé sino cuando ya caminaba por las calles. Mucha gente estaba de nuevo tomando confianza para salir sin tapabocas. Caminé por varias calles, tomé algunas fotos para mandar a mis hijos y madre, así se dan cuenta de que si salí a distraerme. A eso de las ocho de la noche ingresé a un restaurante para cenar.…***…Le había hecho caso a Iskander, no para tener una noche loca de sexo. Ni más faltaba, pero si
Luego de cenar solo, en un lujoso restaurante me vine directo a un bar a tomarme un par de copas de vino, no sé qué depare la noche, pero no quería regresar a la habitación, a encerrarme, a ver televisión.Mi familia tenía razón, no se sabe si encuentro a una mujer que me llame la atención para una noche de locura. Hace más de dos décadas no hacia eso. Estoy oxidado. Mis hijos varones tenían más acción sexual que yo.No era fácil darle paso a otra mujer… No cuando Dakota fue perfecta. Estaba en el área al aire libre para evitar aglomeraciones por lo de las restricciones. Cuando iba a solicitar la segunda ingresó una mujer preciosa, impactante, tenía un cuerpo latino donde se meta y lo mejor de todo llegó sola. ¿Esperará a alguien?Solicité mi copa, se ubicó en frente a dos mesas de la mía. Miraba a todos lados, parece estar esperando a alguien. Traté de distraerme, pero mis ojos volvían a esa solitaria mujer de cabello largo y negro.—Gracias. —El mesero me entregó la copa. Era ahora
Me levanté temprano, seguíamos desnudos, Iskander era fuego puro por todos los cielos. Miles de recuerdos se estaban grabando en mi memoria, y recuerdos muy heroicos. Porque deseo hacerle el amor todos estos días en cara rincón de este lugar. Pero a partir de mañana. Hoy estaba muy adolorida.Sentí su erección matutina y la verdad por estar de garosa me dolía todo por dentro, es que a mi primera interacción con el sexo nos fuimos de seis asaltos a lo largo del día y la noche. Salí con cuidado, fui al baño para evacuar y lavarme los dientes.Al salir aún seguía dormido con su espalda al descubierto. Era un perfecto e increíble hombre. Tomé el celular para llamar a mi padre y a la abuela, sin embargo, fui hasta la cama y le saqué varias fotos muy sensuales del hombre al que amo.Ayer le había dicho que lo amaba… No puede aguantarme. Salí de la habitación, no haré una videollamada, luego se da cuenta de que no estoy en el hotel. Le marqué y no contestó. Ya es mediodía en Italia. Me puse
Me había abierto una pequeña parte de su pasado oscuro. Sus ojos se veían más negros. Estaba frente a él dándole la espalda a la chimenea. Acuné su rostro en mis manos.—Le tengo fobia apagar al celular y no por estar enviciado, es que ante una llamada de mi madre o hermana pidiendo ayuda, correré a su encuentro.—Es entendible.—No todas las mujeres comprenden eso. Antes de que aparecieras, con quienes salía deseaba que fueran mi prioridad y ellas no lo fueron, ese círculo es muy cerrado.—Sé lo importante que es la familia. Mi madre solía decir que jamás tratara de alejar a mi pareja de su núcleo, la magia del matrimonio radica en unirte a ese núcleo y que él se una al tuyo. En efecto hay padres no muy buenos, pero hablando se mantenía el equilibrio y respeto. Las mujeres solemos ser posesivas y al tener esposo reclamarlo como único sin entender que la madre, las hermanas estaban antes de la existencia de la pareja. Lo que lleva a que la esposa es una aparecida y debe ser muy inteli