Maddie
Estaba sentada en el sofá mientras revisaba mi teléfono esperando que Andrew decidiera llamarme, no seria yo quien lo llamaría después de que él olvidara nuestros planes para estar en California, cuando escucho tocar la puerta y veo Ava ir de inmediato a abrir. — Hola, me sorprende verte aquí. — la escucho decir sorprendida despues de abrir la puerta y por un pequeño instante me lleno de emoción al pensar que es Andrew que volvió de sorpresa. Pero todo queda atrás reemplazado por la decepción al ver a Ethan en la puerta parado allí con un enorme ramo de flores y vestido con un traje gris de tres piezas que no oculta su musculatura, tengo que admitir que se ve muy guapo y poderoso, pero definitivamente no era mi tipo. — ¿Puedo pasar? — le pregunta él con una sonrisa a Ava. — Por supuesto. — responde ella haciéndose a un lado y él entra caminando directamente hacia mí. — Hola. — dice con una sonrisa, pero parece estar un poco nervioso. — Lo siento mucho por lo de ayer y quería traer esto para disculparme. — Parecía sincero mientras me extendía el ramo de rosas. — Gracias, pero no te tenias que molestar, creo que exagere un poco. — dije tomando las flores, después de todo sabia que aproveche ese momento para soltar todas las frustraciones que me había estado conteniendo. Él si me había molestado, pero lo que me tenía así en realidad era Andrew. — Bueno ¿y como sigue tu pie? ¿Empeoro por eso? — preguntó él mirando hacia mi tobillo con preocupación. — No empeoro, sigue igual, así que puedes estar tranquilo. — le respondí con una sonrisa. — Me alegra escuchar eso. — Suspiró aliviado, volviendo a sonreírme. — Bueno ya me voy, solo vine a disculparme, si necesitan algo ya tienen mi numero y pueden llamar en cualquier momento. — ¿No te quieres quedar a cenar? — preguntó Ava acercándose a nosotros. — ¿Puedo? — Cuestionó él mirándome directamente, esperando mi aprobación. — Si, quédate.— contesté, a pesar de que lo había odiado tengo que reconocer que vino hasta aquí con flores para disculparse y ha estado pendiente de mí y eso es lindo de su parte, así que dejar que cene hoy aquí no es malo. Al menos se había preocupado más por mí que mi propio novio. — Perfecto, ¿necesitas ayuda con algo?— le preguntó a Ava. — ¿Sabes cocinar?— Inquirio ella escéptica. — Por supuesto, enséñame en que te ayudo. — Ok, entonces ven. — dijo guiándolo a la cocina, todavía poco convencida. En el momento en que ellos se fueron a la cocina recibí una llamada de Andrew y dudé en contestar. Hoy estaba de mejor humor, no quería que esto se arruinara al pensar en todo lo que me lastima de que él no esté aquí, de sentirme insuficiente, pero cuando el teléfono volvió a sonar, contesté. — Hola amor ¿como estas? — Espetó él. — Bien. — Respondí sin ánimos, porque sentía que esto no iba ningún lado, ya que lo único que quería escuchar de su parte era que iba a regresar y no parecía ser el caso. Solo pude escuchar su respiración por unos segundos, ninguno de los dos decía nada y me sentí tentada a colgar la llamada, cuando él volvió a hablar. — Maddie, ¿Estás molesta? — No, ¿Hay algún avance con Isabella? — Los doctores dicen que esta todo bien, pero aun no despierta. — Entiendo. — Princesa cómo no volveré a tiempo para celebrar nuestro aniversario, te prometo recompensártelo apenas vuelva. — otra promesa vacía, que quien sabe si la cumpliría, pero ya no era algo que calmara mi agitado corazón e inseguridades. — ¿Y cuando seria eso? ¿en una semana? ¿Un mes? O ¿un año? — pregunté con las emociones turbulentas arrasando mi interior, no podía seguir conteniéndome, esto me estaba ahogando y justo en ese momento Ethan salía de la cocina con los platos para poner la mesa y me miró arqueando una ceja. Era evidente que había escuchado lo que dije. — Maddie por favor no te pongas así y entiéndeme. — Pidió Andrew y se escuchaba abatido, en otro momento me conmovería esto, volvería a poner sus sentimientos por encima de los míos, pero hoy me sentía tan agotada de eso. — Isabella esta mal, me necesita aquí, no entiendo porque ahora estas actuando de manera egoísta y caprichosa. No podía creer lo que escuchaba, ¿Él estaba hablando en serio? Quién no estaba pensando ni un poco en mí era él. La rabia y el dolor se agolparon en mi pecho. Siempre lo he tenido que entender, desde que lo conozco ha sido así y me hace preguntarme si él me entendería si yo actuara igual, pero no lo creo, no creo que nadie sea capaz de entender que la persona que amas y con la que tienes una relación solo se desviva por alguien más. ¿Quién seria capaz de entender algo así? Que a quien le das todo tu amor y atención solo ame a otra, que sea ella quien más le importa y que eso te destroce. Porque así me sentía cada vez que él corría hacia ella por cualquier cosa que necesitase, dejándome sola, porque no se trataba únicamente de este viaje cuando aún no nos veníamos a Nueva York, él siempre estaba más pendiente de ella que de mí. — Está bien, disculpa mi egoísmo, hablamos luego. — dije tratando de controlarme, pese a que estaba furiosa y quería decir más, pero con Ethan aquí no podía discutir con Andrew, yo no quería darle más razones para que se burlara de mí. — Maddie no me vayas cortar así. — Musitó ansioso, pero lo hice, tenia que descargar mi frustración de alguna forma, quería que él entendiera al menos un poco de mi molestia. Ethan aún tenía su vista puesta en mí, cuando deje mi teléfono a un lado, llena de frustración, por más que intente disimularlo.Maddie — ¿El novio ausente? — preguntó Ethan alzando las cejas y solo asentí, no valía la pena negarlo. — Pues es un completo idiota al dejar a su novia en el momento que lo necesita para estar haciendo quien sabe que y no creo que te merezca, encima te llama egoísta, no deberías seguir con él. — dice con simpleza y vuelve a la cocina sin esperar una respuesta de mi parte. ¿No me merece o soy yo quien no lo merece a él? Debo confesar que la mayoría del tiempo lo siento así, él siempre ha sido el mejor en todo y cuando estábamos en la secundaria todo el mundo decía que él e Isabella eran perfectos juntos y quizás siempre fui yo la que se equivoco al querer algo que nunca debió tener. Mi mente esta nublada por estos pensamientos que casi no me dejan respirar cuando puedo ver que Andrew vuelve a llamar justo en el instante que salen Ava y Ethan de la cocina con la comida y decido declinar su llamada. — ¿Te ayudo? — pregunta Ethan después dejar las cosas en la mesa. — Si, pero no m
MaddieDe repente, con mi corazón latiendo acelerado empecé a buscar el cuerpo de Andrew a mi lado, tratando de buscar su calor al tener esa pesadilla de nuevo, pero solo había frío, una vez más no estaba a mi lado, temblando abrí los ojos y encendí la luz, queriendo borrar esos recuerdos. Tenía mi rostro mojado por las lágrimas y mi cuerpo estaba lleno de escalofríos, hace mucho que no tenía esa pesadilla, pero había vuelto, esa en la que ese hombre después de golpearme me encerraba en un pequeño closet, oscuro y aterrador, podía escuchar ratas y mi miedo solo crecía estando encerrada ahí, aterrada, llamando en voz baja a mi mamá y mi papá, deseando que me salvarán, pero pasaban las horas y nadie venía por mí...Durmiendo con Andrew, cuando la tenía él me abrazaba y me hacía sentir segura, pero ya no estaba aquí y yo no paraba de temblar. Lo necesitaba, necesitaba un abrazo, pero estaba totalmente sola, Ava ya se había ido debido a que tenía que seguir con sus clases no podía queda
Maddie— Tu amiga me escribió para ver si podía pasar a echarte un vistazo. — dijo con una sonrisa. — ¿Ava?— Cuestioné confundida y él soltó una carcajada negando con la cabeza. — Niña, ¿Quién más podría ser? — preguntó aun riéndose. — eres demasiado lenta, hazte a un lado. Lo hice por inercia antes de darme cuenta que estaba dejando pasar al idiota que le encanta fastidiarme y cuando reaccione ya era demasiado tarde como para impedírselo. — ¿Ya comiste? — preguntó mientras dejaba unas bolsas en la mesa de lo que supongo es comida. — No, pero deberías irte con tus cosas. — Respondí señalando hacia las bolsas. — No seas tan mal agradecida y ven a sentarte a comer, es comida italiana... tu favorita. — Espetó con una sonrisa triunfadora. Quería rechazarlo y correrlo, pero amaba la comida italiana y no había estado comiendo bien desde que Ava se fue, además que estaba cansada de estar tan sola, así que me rendí y me fui a sentar con él. — ¿Como va tu tobillo?— preguntó despues d
Maddie— Ya debo irme niña, tengo una junta importante, sino lo fuera me quedaría más tiempo contigo. — Espetó Ethan después de colgar la llamada y tomó el saco de su traje. — Igual ya has pasado mucho tiempo aquí hoy, es hora de que te vayas, parece que quisieras mudarte aquí. — Dije mirándolo con una sonrisa y él entrecerró los ojos, lo cual me hizo soltar una carcajada, yo también le había encontrado el lado divertido a molestarlo. — Eres una mal agradecida, quizás por eso tu novio te abandono. — Sonrió y empezó a dirigirse hacía la puerta, como si no me hubiese dado en un punto doloroso. — Él no me abandonó. — Le grité. — ¿Estás segura? — Preguntó volteando a mirarme con una ceja arqueada y no pude negarlo, porque si me sentía abandonada. — Realmente yo creo que sí lo hizo, porque desde que te conozco él no ha vuelto, has estado herida y sola, ya yo tengo tres semanas conociéndote y él nunca apareció, deberías tú también dejarlo ir, mereces a alguien que esté contigo cuando lo
Maddie Me besaba con tanta hambre que no pude controlar mis ansias y rápidamente a pesar de mi molestia comencé a corresponder, nuestras lenguas se unen en una deliciosa guerra y él me carga para que envuelva mis piernas en su cintura, mientras me sostiene por mis nalgas. Puedo sentir su deliciosa erección contra mi centro y busco frotarme más contra su bulto buscando alivio en la zona que más lo necesito y escucho a Andrew jadear, mientras nos conduce hasta la habitación. Cuando estamos ahí, me deja en la cama con cuidado y posa su cuerpo encima del mío. — No sabes cuanto extrañe esto. — dice y vuelve a devorar mi boca con un beso posesivo, mientras sus manos acarician todo mi cuerpo. Rápidamente encuentra la manera de deshacerse de mi camisón dejándome solo en bragas y empieza a succionar uno de mis senos mientras con su otra mano masajea el otro. Puedo sentir mis bragas ceñirse a mi centro por lo húmeda que estoy por sus caricias y él suelta mi seno para darle atención al
—Por favor Bella debes venir a quedarte aquí, estaré encantado de que vivas conmigo, sabes que este tiempo lejos de ti te he extrañado mucho y nada me haría más feliz que tenerte cerca. — Al escuchar esto mi mano se detuvo en el pomo de la puerta, todo mi cuerpo se congeló por un instante, dejándome un enorme vacío. ¿Nada lo haría más feliz que tenerla cerca? ¿Ni siquiera yo verdad? Él no me dijo algo así ni una sola vez cuando estaba cerca de ella, pero definitivamente cuando se trataba de Isabella, Andrew era otro. Mis pasos retrocedieron para alejarme de la puerta sin querer escuchar que más le diría mientras mi ojos comenzaban a picar, con un enorme nudo en la garganta. Él ni siquiera me había comentado sobre la posibilidad de que ella pudiera venir a quedarse con nosotros. Pensé que estos días en los que habíamos conseguido estar de alguna manera bien, podríamos arreglarlo, que aún había una esperanza para nosotros si ambos nos esforzábamos, pero al escuchar esto to
— ¿Maddie donde estabas? — preguntó Andrew al verme llegar. — Te estuve llamando, pero dejaste tu teléfono. — Solo fui a caminar — contesté cortante, en este momento no quería hablar con él. Había conseguido calmarme un poco gracias a Ethan y no quería que todo eso se arruinara al hablar con él.— ¿Por que no me dijiste para acompañarte? Sé que no te gusta salir sola y menos sin teléfono. — Suspiró detallándome. Parece haber olvidado que me quedé más de un mes sola aquí y no importaba si me gustaba o no, tenía que hacerlo, porque él ya no estaba para mí. — Ya no me molesta salir sola. — Respondí encogiéndome de hombros y él frunció el ceño confundido. — Maddie ¿Que esta pasando? Estas actuando raro.— dijo levantándose del sofá y acercándose a mi. — ¿Hice algo que te molestara? Quería gritarle que si, tenia meses haciendo cosas que me molestaban, que me entristecían y me causaban ansiedad y miedos, que necesitaba una seguridad que él no me estaba dando, que necesi
Andrew No sabia que le pasaba a Maddie exactamente, pero sea lo que sea con el sexo la ayudaría a liberar todas sus tensiones, quería hacerla venir hasta que se olvidara de cualquier cosa que la estuviera molestando. Mientras la besaba subí su vestido besando y mordiendo su muslo interno, viendo sus bragas blancas tan empapadas que se ceñían a su feminidad viéndose casi transparente, dejando ver su delicioso coño. Maddie ya estaba ansiosa, soltando gemidos ahogados y deslice sus bragas para tener total acceso a su feminidad. Su coño estaba reluciente por sus jugos y solo deseaba enterrar mi rostro ahí, fui subiendo mis manos acariciando sus piernas nuevamente hasta llegar a sus pliegues y abriéndolos con mis pulgares para dejar ver su pequeña protuberancia, a la cual fui acercando mi boca, respirando el delicioso aroma de su excitación, mientras Maddie empezó a sonar más desesperada y envolví mi lengua en el y ella se estremeció. Empecé a darle suaves lami