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Capítulo 5: Debo salvarte

V

El día de la inauguración de los juegos, llegó e iluminó el abrumador frío que se sentía en Montreal. Ya todos los amigos que Kei había hecho en su camino como patinador estaban ahí, le habían molestado mucho con aquello del avión y luego con lo del ataque en el hotel. Parecía que estaba cargando una maldición y que solo con una borrachera la espantaría. Kei quedó con sus amigos esa noche después de la primera competencia en ir a tomar un “café” para aliviar tensiones.

—Jasha debe ser el más preocupado por esta situación ¿no crees? —preguntó Patrick curioso a su amigo japonés.

—Seguramente, pero desde esa noche… no lo he visto, me ha dicho que ha estado ocupado y que su entrenador, no los deja salir a nada…—Kei bajó la cabeza un tanto preocupado

—No tienes por qué preocuparte, sabes lo maniaco que puede ser su entrenador y es mejor no hacer picardías antes de las presentaciones. —Patrick guiñó un ojo y prosiguió. —Hace poco lo vi sentado en los vestidores, seguro quiere esperar para hablar contigo. Recuerda, lo del ataque en el hotel pasó hace dos noches, nada más estar acá es abrumador. —Patrick se echó a reír, mientras veía como Kei se iba para su seguro encuentro con Jasha.

Cuatro horas más tarde, todos debían estar listos para sus presentaciones. Había silencio, apenas si se veían correr de un lado a otro a los que limpiaban las gradas y organizaban las mesas de los jueces. Estaba muy oscuro el sitio pues probaban las luces de cada una de las rutinas.

Stefano subía a una de las gradas casi que escapando del entrenador y de Mila. Lo tenían harto. Sentía que si no salía corriendo moriría. Aprovechó el silencio del sitio, se sentó como si fuera un espectador y curiosamente en una de las salidas, vio a Jasha y a su amante.

—Seguramente ya vienen a hacerse cariños ahora que está todo oscuro, ¡qué imprudentes! —se dijo para sí, seguro que igual nadie lo escuchaba ni lo vería.

La pareja parecía hablar y luego pasaron a discutir. Nada anormal. Pero entonces, algo hizo levantar a Stefano de su sitio, al ver que Kei se dejó caer al piso de rodillas tomándose por el pecho. Luego se puso en posición de súplica tomando por los tobillos a Jasha sin siquiera desprender su frente del piso. Ya algunos de los muy pocos curiosos que rondaban se daban cuenta de la escena y vino lo peor, lo que Stefano sintió que lo atravesó como una daga y lo dejó sin aliento. Jasha logró zafarse de las manos de su amante que lo sostenían por los tobillos, pero Kei no quería rendirse y lo abrazó por la cintura para no dejarlo ir. Jasha se soltó con brusquedad y sin mirar atrás se empezó a alejar mientras las lágrimas del chico japonés caían como sangre.

Stefano, no resistió más la escena y salió corriendo de ahí, también con las lágrimas atoradas en la garganta. No solía ser tan sentimental para nada, pero la expresión de Kei , le rompió algo por dentro. Iba tan frenético que no supo en qué momento fue tomado por la muñeca y detenido. No era otro que Beska, amigo patinador, que lo buscaba para invitarlo a tomar algo

—¿Qué te pasa? Mira tu cara —preguntó bastante asustado Beska colega polaco en el hielo.

—Acabo de ver como mataron a un hombre —respondió el joven a penas con un hilo de voz.

—¿¡Pero qué demonios?! ¿Tú estás bien? ¿Te hicieron algo? ¡Tenemos que dar aviso ya! ¿Dónde sucedió? —Beska se alteró muchísimo y tomó su móvil para intentar buscar el número de emergencia sin soltar por un instante a Stefano, quien aprovechando el amarre en el que lo tenía el otro, puso su frente en el hombro del muchacho. Beska se sonrojó un tanto, para luego cuando por fin pudo hallar el número, preguntarle cómo lo habían matado.

—Le quebraron el corazón…—respondió Stefano, con un hilo de voz. El otro pareció entender lo que había sucedido aunque ignoraba de quién hablaba. Tomó la cabeza del chico y lo abrazó muy fuerte, por si era él a quien habían roto.

Mientras tanto, el verdadero muerto, seguía ahí de rodillas mirando al infinito e intentando abrir los ojos lo suficiente para despertar de esa pesadilla.

***

 “Última llamada para Kei Kanzaki, por favor en pista en 60 segundos”… Se escuchó entonces el tercer y último llamado para que Kei saliera a hacer su presentación. Nadie en absoluto sabía dónde se encontraba, especulaban incluso de un secuestro por los sucesos extraños que lo habían rodeado a su llegada a ese país. Stefano miraba con una ira contenida a Jasha, quien con la cabeza baja desde las barandas, esperaba tan ansioso como todos la llegada de quien quizás no aparecería ya nunca. Stefano no resistió más, tomó muy fuerte por el brazo a Jasha decidido a reclamarle, pero fue entonces cuando de una de las esquinas hizo su aparición el recién asesinado. Brillaba como nadie en ese momento.

Y entonces hubo silencio, el esperado, pero la música acostumbrada era diferente. Una canción comenzaba con un exquisito movimiento de Kei . Nadie parecía adivinar de qué melodía se trataba pero cuando empezó a resonar en los parlantes tan alto y claro, solo tres personas entendían que aquello no era más, que un doloroso adiós.

*I know you think that I shouldn't still love you, Or tell you that… un sitspin perfecto, con su traje negro y la aplicación de una rosa en la espalda, Kei dejaba boquiabiertos a los presentes, pues parecía tan sereno, tan perfectoI promise I'm not trying to make your life harder, or return to where we were… Jasha sentía cómo si hierro caliente le marcara el pecho con cada frase de esa canción… I will go down with this ship And I won't put my hands up and surrender… en ese momento pasó tan cerca de donde estaba que casi lo pudo rozar, era un horror todo. Terminó su relación en el peor momento posible y sin una explicación siquiera coherente. Y entonces la canción continuó y lo fulminóI'm in love and always will be…

Stefano no podía creer lo que estaba pasando y nadie podría siquiera imaginar lo que pasó cuatro horas atrás, todo por una razón: el chico del Japón estaba deslumbrando. Parecía que no tener corazón era una ventaja. Se corrigió en su pensamiento, supo que la canción era un evidente mensaje a Jasha y cada palabra tan bien compuesta, combinaba con cada movimiento tan perfectamente ejecutado.

Kei  patinaba como jamás lo había hecho en su vida. Stefano por su parte, viró a ver a su compañero de equipo quien dejó correr unas lágrimas por su rostro que solo él pudo ver. Las limpió rápidamente con sus dedos y se dio la vuelta para salir de allí. No regresaría hasta su presentación. Escuchó los aplausos ante los magistrales movimientos de Kei y también la letra de esa canción que lo perseguiría para siempre.

—No eres más que un cobarde —le espetó Stefano, tomándolo con fuerza por el brazo, como lo hizo inicialmente—. Él ya te escuchó a ti, al menos ten la delicadeza final de escuchar lo que tiene que decirte con su presentación. —Jasha abrió los ojos a más no poder. No tenía idea cómo ese niño se había enterado, pero tenía razón. Se soltó con suavidad y regresó a su puesto inicial sin poder levantar su vista. Dolía ver ese cuerpo que danzaba y que ya no sería suyo.

Entonces la luz se encendió como un destello y se enfocó en el chico del Japón que por primera vez patinaba al son de una melodía pop, muy poco usual en él. Tenía los brazos en alto, muy agitado. Hizo una reverencia y la lluvia de flores lo empezaba a bañar. Incluso uno de los jueces parecía muy conmovido por la presentación y lo aplaudía con energía.

Jasha no podía apartar sus ojos de la figura esbelta de Kei. De repente,  se giró para recoger un ramo de rosas muy hermoso que habían lanzado y quedó mirando de frente a su amante. Kei, claro estaba, vio hacia el sitio donde se encontraba Jasha, pero nada pudo preparar al chico de Rusia, para lo que presenciaba: Kei lo veía con la mirada adormilada y una media sonrisa. Dio unos pasos hacia atrás imposibilitado para sostenerse en esos ojos. Salió tan rápido como le fue posible para solo regresar al momento de su turno.

***

Fin capítulo 5

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