Sophia estaba en medio de la antigua ciudad del rey, la corte, ahora todo estaba muy limpio y hermosas plantas de flores de colores cubrían el espacio, el hielo se había ido, incluso era una primavera hermosa. —Sophia —la llamó Briana y ella volteó—. Me dijo Agata que le pediste venir aquí. —Sí, con magia, tú no deberías estar aquí, todos están con los híbridos de Gerald. —Le pedí a Agata traerme, te necesitan allá. Briana se acercó a Sophia y la abrazó por la cintura, Sophia se recostó en el hombro de su hermana mayor con lágrimas en los ojos. —No puedo ir a Transilvania —Sophia negó con la cabeza—. No puedo ver ese lugar sabiendo que no encontraré a Dragos. —Lo lamento Sophia, pero Dragos murió como héroe hace un mes, los vampiros quieren regresar y reconstruir sus hogares. —Me mata no saber qué le ocurrió, nadie sabe si sufrió, sospecho que lo hizo. Briana calló un instante. —Pero al menos salvó al mundo, también a los vampiros, los hechiceros nigromantes
Sophia fue con Agata, quería irse de inmediato, temía en cualquier momento ponerse a llorar, quería levantar piedras y entretenerse trabajando, pero al llegar con Agata ya Zack estaba junto a ella. —Ellos te necesitan Zack —decía Agata. —Mi amor, pero yo te necesito a ti. Sophia paró, no quería estorbar a la pareja de hechiceros. —Nos podemos ir Sophia —dijo Agata. —Bruja, no hay apuro, tampoco nada por lo que debas seguir apartada de tu marido. —Tú me necesitas, quieres hacer la academia, conmigo es más rápido, ese es mi territorio y Zack debe apoyar a los vampiros para que reconstruyan el reino. —Benedict y yo podemos, quizás Kiara quiera ayudarme también, si quieres anda con Zack. El reino necesita repararse y Xiomara sigue libre. —Pero yo quiero ayudarte a ti, sé que me necesitas. Sophia aguantó las ganas de llorar, Agata en realidad fue su hombro en que apoyarse, no quería seguir siendo una carga para Rhiannon que era feliz, con Agata que sufría por
—Sophia, eres tú… ¿Cuántas veces rogó Sophia por este momento? Qué Dorian la mirara cómo la ve ahora, que la suerte le tocara a ella y todo saliera tal como lo deseaba. No tenía idea… sus fantasías se hacían realidad, y estaba contenta, pero no feliz. —Hola Dorian —respondió ella sonriendo. El Alfa se acercó a ella con una gran sonrisa y la abrazó feliz, la despegó del suelo en un abrazo y se carcajeó de risa. —Mi chica, siempre has sido mi chica, claro que tenías que ser mi mate. Thalia la madre de Sophia abrió mucho los ojos y entonces sonrió, a ella no le caía bien Dorian, pero ahora representaba la persona elegida por la diosa para quitar la infelicidad de su hija menor. Sophia sonrió y amablemente se separó de Dorian. —Recuerdas a mi madre —le indicó ella haciéndolo reír y él se apartó de ella con renuencia, pensando que Sophia nunca antes fue comedida para demostrar su afecto en público. —Claro que la recuerdo señora, Dorian McGregor a sus órdenes. Tha
Pasaron unas cuantas semanas, Dorian no se había conformado con esperar a Sophia, iba seguido a la corte, aunque su manada y estado delicado de su madre le impidiera quedarse, Kiara se compadeció de él y lo ayudaba llevándolo con magia. La Manada de Dorian era invitada en Luna de Hielo, aquí colaboraban con la reconstrucción y la madre de Sophia acompañaba y colaboraba con la madre de Dorian, que realmente no había tomado el duelo con entereza, por el contrario pasaba de estados de profunda depresión a furia y Dorian no tenía idea de cómo ayudarla. A Sophia le parecía un bonito gesto que aún con tantas obligaciones apartara un tiempito para dedicarlo a ayudarla en su proyecto y es que Sophia no se lo puso fácil; no lo recibía para conversar, si quería estar cerca de Sophia debía hacerlo trabajando. —Sophia, deberíamos ir a New York. Sophia lo miró con las cejas alzadas. — ¿Qué pasa, te aburriste de ser responsable y ya quieres irte de fiesta? —Me refiero a un fin de
Davina estaba muy acongojada, su cara mostraba sufrimiento, aunque no podía derramar lágrimas, en cuanto notó que Dragos la veía no lo podía creer, dio una exclamación y puso la mano en la mejilla de su hermano mayor. —Dragos, regresaste. Dragos tenía su piel absolutamente momificada, necesitaba sangre urgentemente. —Davina, viniste —musitó Dragos de manera entrecortada, su boca estaba seca como un desierto. —Te pondrás bien, necesitas sangre —Davina se levantó y se movió como un rayo por el castillo, en el pasillo consiguió a Ivantie—. Sangre, para Dragos. Ivantie sonrió y su movimiento fue un borrón en el aire. Media hora más tarde Dragos estaba bastante mejor, aunque aún estaba débil como para levantarse, Gerald y su esposa Rhiannon fueron a la habitación de Dragos, con él estaban Zack y Davina. —Me alegra que regresaras con nosotros —dijo Gerald con mirada seria, como un representante en misión diplomática—. Sé que no soy bien recibido, pero quería estar segu
Dragos había tomado el mando del reino. El nuevo Dragos trabajaba por su pueblo en comunión con su hermana y su cuñado que era un lobo, aunque él licántropo prefería quedar al margen de la realeza, aunque vivía en el castillo con su mujer e hijos, trabajaba dirigiendo los cultivos, haciendo lo que siempre había hecho sin importarle que ahora era el marido de una reina. Para Dragos los trillizos eran su alegría, dos varones y una niña que era la luz de sus ojos, no era raro verlo con los niños escalando su espalda o que faltara a una reunión porque los niños se habían dormido en su regazo, y es que ellos podían dormir por ser híbridos y para Dragos vigilar sus sueños era lo más preciado que tenía en el mundo. Gerald estaba seguido en Transilvania y también recibía a sus hermanos en su territorio, desarrollaron convenios de cooperación entre vampiros e híbridos, la persecución de cazadores humanos se había intensificado y desde que lograron matar a una Alfa de manada se habían or
Pocos días después, cercano al reino de Dragos en una cueva protegida con maleficios estaba Xiomara, esta noche se sorprendió de recibir muchos visitantes. — ¿Qué es lo que ha ocurrido que ahora me buscan? —Inquirió Xiomara al grupo de vampiros, eran unos de los nidos creados por Dragos, más de diez vampiros, pero menos de veinte. —Nos has buscado porque quieres acabar con el reino de los vampiros definitivamente. —Ese es un reino maldito, jamás debieron haber tenido poder sobre nadie. —Por eso estamos aquí, ya no somos libres, Dragos ha vuelto. Xiomara dio un paso atrás y no sabía cómo sentirse al respecto, una parte de ella estaba feliz, pero sin duda sabía que no estaba a salvo. —Traidores, le han dicho dónde encontrarme ¿cuándo regresó? ¿Por qué no me avisaron? —No delatamos tu escondite, bruja —contestó un vampiro—, sabemos que le temes a Dragos, que por despecho lo traicionaste y no nos importa, pero fuimos libres por seis meses, no queremos continuar v
Sophia y Gerald iban en un avión privado cuando Gerald recibió la llamada de Davina, le informaba que su pequeña hija había desaparecido y Gerald desesperado quería arrojarse del avión. Sophia llamó a Agata y a Zack que estaban en la corte y se trasladaron de inmediato a Transilvania con magia para ayudar a conseguir la niña. —Me comunicaré con Rhian, que organice un ejército para mí, apenas llegue regresaré por el portal que dejó Zack en mi reino al reino de los vampiros. — ¿Entonces por qué diablos estamos en un avión y no usamos el portal? Gerald la observó e hizo una mueca con los labios. —Eres una loba, Sophia, no eres híbrida ni estás vinculada a ningún Vlad, no puedes acceder a ese portal, mis hermanos y yo somos la llave y por allí pasan quienes están vinculados a nosotros… —Lo entiendo —lo interrumpió Sophia que de repente entendió que ella no está ligada a ellos, pero en ese momento no lo sentía así, suspiró y se ordenó controlar sus sentimientos para mant