Davina estaba muy acongojada, su cara mostraba sufrimiento, aunque no podía derramar lágrimas, en cuanto notó que Dragos la veía no lo podía creer, dio una exclamación y puso la mano en la mejilla de su hermano mayor. —Dragos, regresaste. Dragos tenía su piel absolutamente momificada, necesitaba sangre urgentemente. —Davina, viniste —musitó Dragos de manera entrecortada, su boca estaba seca como un desierto. —Te pondrás bien, necesitas sangre —Davina se levantó y se movió como un rayo por el castillo, en el pasillo consiguió a Ivantie—. Sangre, para Dragos. Ivantie sonrió y su movimiento fue un borrón en el aire. Media hora más tarde Dragos estaba bastante mejor, aunque aún estaba débil como para levantarse, Gerald y su esposa Rhiannon fueron a la habitación de Dragos, con él estaban Zack y Davina. —Me alegra que regresaras con nosotros —dijo Gerald con mirada seria, como un representante en misión diplomática—. Sé que no soy bien recibido, pero quería estar segu
Dragos había tomado el mando del reino. El nuevo Dragos trabajaba por su pueblo en comunión con su hermana y su cuñado que era un lobo, aunque él licántropo prefería quedar al margen de la realeza, aunque vivía en el castillo con su mujer e hijos, trabajaba dirigiendo los cultivos, haciendo lo que siempre había hecho sin importarle que ahora era el marido de una reina. Para Dragos los trillizos eran su alegría, dos varones y una niña que era la luz de sus ojos, no era raro verlo con los niños escalando su espalda o que faltara a una reunión porque los niños se habían dormido en su regazo, y es que ellos podían dormir por ser híbridos y para Dragos vigilar sus sueños era lo más preciado que tenía en el mundo. Gerald estaba seguido en Transilvania y también recibía a sus hermanos en su territorio, desarrollaron convenios de cooperación entre vampiros e híbridos, la persecución de cazadores humanos se había intensificado y desde que lograron matar a una Alfa de manada se habían or
Pocos días después, cercano al reino de Dragos en una cueva protegida con maleficios estaba Xiomara, esta noche se sorprendió de recibir muchos visitantes. — ¿Qué es lo que ha ocurrido que ahora me buscan? —Inquirió Xiomara al grupo de vampiros, eran unos de los nidos creados por Dragos, más de diez vampiros, pero menos de veinte. —Nos has buscado porque quieres acabar con el reino de los vampiros definitivamente. —Ese es un reino maldito, jamás debieron haber tenido poder sobre nadie. —Por eso estamos aquí, ya no somos libres, Dragos ha vuelto. Xiomara dio un paso atrás y no sabía cómo sentirse al respecto, una parte de ella estaba feliz, pero sin duda sabía que no estaba a salvo. —Traidores, le han dicho dónde encontrarme ¿cuándo regresó? ¿Por qué no me avisaron? —No delatamos tu escondite, bruja —contestó un vampiro—, sabemos que le temes a Dragos, que por despecho lo traicionaste y no nos importa, pero fuimos libres por seis meses, no queremos continuar v
Sophia y Gerald iban en un avión privado cuando Gerald recibió la llamada de Davina, le informaba que su pequeña hija había desaparecido y Gerald desesperado quería arrojarse del avión. Sophia llamó a Agata y a Zack que estaban en la corte y se trasladaron de inmediato a Transilvania con magia para ayudar a conseguir la niña. —Me comunicaré con Rhian, que organice un ejército para mí, apenas llegue regresaré por el portal que dejó Zack en mi reino al reino de los vampiros. — ¿Entonces por qué diablos estamos en un avión y no usamos el portal? Gerald la observó e hizo una mueca con los labios. —Eres una loba, Sophia, no eres híbrida ni estás vinculada a ningún Vlad, no puedes acceder a ese portal, mis hermanos y yo somos la llave y por allí pasan quienes están vinculados a nosotros… —Lo entiendo —lo interrumpió Sophia que de repente entendió que ella no está ligada a ellos, pero en ese momento no lo sentía así, suspiró y se ordenó controlar sus sentimientos para mant
Dragos había viajado con Dorian en silencio, el punto de encuentro con los cazadores era en Budapest ya los cazadores habían llegado hasta allí en sus averiguaciones por los sobrenaturales; ya que los vampiros al pasar de los siglos habían sido bastante indiscretos y encontraron muchas historias que se han convertido en leyendas. Dragos se sorprendía de su propio autocontrol, porque ver a Sophia en brazos de Dorian había despertado en él deseos asesinos tan grande como jamás había sentido en su vida, ahora iba con el Alfa para hacer el bien por los sobrenaturales, poniendo de su parte y trabajando por el bien de todos. — ¿Ya encontraste a tu vampira? —Indagó Dorian. — ¿Por qué? ¿Tienes curiosidad de conocerla? —Dragos sonrió irónico mostrando una máscara de indiferencia. Dorian arrugó la cara con asco. —Las cosas están mejores como están, enamorarme de una vampira es algo que encuentro bastante repulsivo. Dragos miró al cielo, sin duda tendría que ser recompensado
—No sé porque no podemos matarla —espetó Sophia con los dientes apretados. Xiomara sonrió mirándola con odio, estaba sentada debajo de un árbol atada e indefensa. Sophia estaba con Zack y Agata esperando que Dragos y Dorian fueran al lugar acordado con los cazadores humanos y solucionaran el inconveniente antes de regresar y colaborar con la búsqueda de la pequeña Rubí. —Si Xiomara muere, los vampiros escaparán con la niña, solo por eso debemos esperar —acotó Agata—, pero sus horas están contadas. —Pero ella jamás nos dirá dónde está la niña —susurró Sophia. —Dragos podrá verlo a través de su sangre cuando ella esté debilitada —le informó Zack. Sophia cerró los ojos para calmarse, porque imaginar a Dragos bebiendo sangre de Xiomara le da repulsión y rabia, aunque no debería importarle. —Igual en Transilvania la búsqueda no ha cesado, y los lobos están colaborando también, incluso Kiara ha hecho un buscador para la niña, no tardarán en encontrarla. — ¿Por qué
Cuando Dragos regresó con Agata y Zack estos estaban celebrando, riendo y contentos. —Encontraron a la niña —exclamó Zack—, mi hermana encontró el escondite, la niña está a salvo y los vampiros apresados, Davina dictaminó que se hará un juicio y el pueblo decidirá el castigo de los ofensores. Dragos soltó el aire que retenía y pasó sus manos por la cabeza, miró a Xiomara amarrada, ella no se atrevía a mirarlo. —Qué razón tenías cuando dijiste que no sería fácil si regresaba —exclamó Dragos mirando al cielo, la luna brillaba y allí sabía que estaban su padre y Nora mirándolo y sintiendo pena por él. — ¿Estás bien, Dragos? Preguntó Zack. —Estoy bien, y Rubí está bien que es lo importante. — ¿Dónde están Sophia y Dorian? —Preguntó Agata. —Ellos están bien —contestó Dragos. Sophia y Dorian regresaron a Alaska en el momento que Kiara y su esposo también habían regresado y como era con magia tenían detalles de lo que había ocurrido mientras que Sophia y Dorian viaja
A Sophia y a Dorian los recibieron en la manada Lucero con risas y buena disposición, Jared era un Alfa que heredó la manada cuando no estaba preparado, apenas acababa de recibir su primera transformación y aunque su padre era conocido como el más noble de los Alfas, y la voz de la razón, su hijo era más bien la voz del desorden. —Desgraciado, Sophia terminó siendo tu mate —Jared rio a todo pulmón y Dorian se puso muy rojo y agrandaba los ojos a su amigo para que callara. —Ven que urge la academia de Alfas, si ustedes supieran comunicarse por telepatía entre Alfas de distintas manadas, Dorian podría advertirle a Jared que no delatara que yo lo volvía loco y no sabía cómo deshacerse de mí. Todos los lobos callaron incómodos. —Sophia, no te pongas así, solo es una broma —musitó Jared—, aunque realmente eras intensa en tu sillita de ruedas maldiciendo al mundo entero. —Sigo siendo intensa, y mejor no te metas conmigo que la cicuta se convirtió en mi veneno —espetó