Hay muchas cosas con las que Dragos debe lidiar ahora que su vida es diferente, y dar explicaciones podrá ser una, pero no de las que más disfrute; tolerando decirle a su amada que él no debe dar explicaciones de sus acciones a nadie, ni siquiera a ella, sencillamente opta por hacerle notar su falta de cuidado al momento de lo que él considera es una pataleta infantil y descuidada en toda regla. —Por poco muerdes a tu hermana y sabes lo que hubiera pasado —respondió Dragos y Sophia bufó. —Y sería tu culpa, por estar aquí ayudando a esta maldita arpía que es culpable, seguro fue ella la que siempre le advierte a los nigromantes cuando deben venir. —Cállate Sophia no hagas una escena en frente de todos —dictaminó Dragos y Sophia aprieta los puños y sus ojos se ponen rojos brillantes. Sophia siente la rabia correr libre por sus venas y en su boca se mantenía el gusto de la cicuta, vio a su hermana que estaba en brazos de Kevin y se sintió muy mal, todos los vampiros la veí
A Dragos le costó sobremanera ver a Xiomara en tan delicado estado y tener que abandonarla, ella ha sido una constante en su vida, pero no es tan tonto como para imponerse contra Sophia por ella, después de todo si quería que respetaran a Sophia no podía mantener a Xiomara en su reino. —Dragos, no hay necesidad que le metas suspenso, soy yo, a mí puedes decirme lo que sea. —Es muy obvia la animosidad entre tú y Sophia, ella no te acepta… —comentó Dragos tratando por primera vez en sus muchos años de existencia ser delicado. —Entiendo que tienes que aparentar querer a la niña, que la necesitas —musitó Xiomara—, no tienes que explicarme nada y podría comportarme, si ella no me quisiera morder cada vez que me ve. —No vine aquí a explicarte nada, no te debo explicaciones, entre nosotros no hay un compromiso. —He dicho que lo entiendo, pero no nos hagamos tontos Dragos; con la única mujer con la que podrías llevar tu reino de manera satisfactoria es conmigo. —Para ser
Sophia había escuchado a su amiga, sabía que la hechicera era mañosa y con mucha experiencia, a parte de su cercanía a Dragos, pero sentir el hedor de ella en él ya era demasiado. —Sí, vengo de hablar con ella —confirmó Dragos. Sophia se levantó y volteó muy rápido, pero no se acercó, Dragos sabía del esfuerzo que hacía ella por controlarse. — ¿Y me lo dices así, con toda tu arrogancia de rey?, ¿crees acaso que vas a tener a tu amante y tu reina compartiéndote?, ¿ya ordenaste que la trasladaran al castillo? — ¿Y acaso tú pretendes que yo te de explicación de cada decisión y orden que imparto en mi reino? — ¿Por qué no podía sentirte?, fue ella ¿cierto?, hizo una marramuncia para que yo no pudiera encontrarte. —Xiomara está viva a duras penas Sophia. —Quiere decir que fuiste tú quien me bloqueó, lo que quiere decir que sí me escondes algo. —Lo que hablé con ella no te concierne Sophia, no se trata de nosotros. — ¡Me concierne todo lo que se trate de ti! —g
Rhiannon caminaba agarrada de la mano de Gerald, regresaban al castillo, habían recorrido la colina más alta del reino, y visto el lugar donde Coltel Vlad rogó a su diosa madre, por la loba de la que se había enamorado, ella estaba por casarse con August que era su mate, pero había aparecido ante Costel y se habían marcado y concibieron a Gerald, después de eso August antiguo rey de los lobos había matado a Costel y la marca del vampiro se había ido de la madre de Gerald, pero no su hijo en su vientre, gracias a un hechizo de Benedict, el padre de Agata que durmió la parte vampiro de Gerald hasta que emergió cuando marcó a Rhiannon como suya, hoy en día Benedict era un hombre bastante pintoresco por no decir chiflado que se paseaba por el reino de Dragos siempre con una sonrisa y mucha hambre, a toda hora estaba comiendo aunque era delgado como un junco. —Cuando supe la historia pensé en agradecerle, él salvó mi vida por el cariño que le tenía a mi madre, pero Agata me dijo que
Dragos se echó a reír. La gutural risa de Dragos le da ánimo a Sophia, sabe que él aún tiene barreras y ella quiere derribarlas, verlo por completo a sus pies, no para burlarse, sino para sentirse que no es la única desquiciada, sigue siendo insegura y estar segura de Dragos es su nueva obsesión. —Mámamela Sophia —le ordenó con brusquedad. —Pídemelo por favor —inquirió ella mientras apretaba la extensión de su falo en donde el borde de la cabeza se une, él gimió y mordió sus labios dejando visibles sus agudos colmillos y Sophia resiste las ganas de apretar las piernas para darse placer de lo excitada que está. — ¿Quieres jugar, pequeñita? —Fuiste tú quién dictó las reglas —contestó ella con las cejas alzadas. Dragos sonrió de lado. —Tienes razón, pero después serás tú quien ruegues. Sophia se levantó rozando su cuerpo por el de él, y susurró contra sus labios. —Cariño, cuando estés en mi boca el placer que sentirás te hará olvidar las millones de mujeres qu
Sophia tenía uno de esos sueños donde sabes que estás soñando, ella no era la protagonista del sueño, era más bien una espectadora. Había una mujer muy hermosa, tenía un enorme vestido de novia y ella se miraba al espejo acomodando su tocado, una lágrima manchó su rostro. Sophia pudo sentir la enorme tristeza y desasosiego que sentía aquella desconocida; la mujer abrió unas puertas dobles que daban a un pequeño balcón, la mujer miró abajo y quería saltar, pero entonces vio que abajo estaba lleno de guardias. La mujer miró a la luna y ahora con un llanto sin ruido, de esos que salen del sufrimiento del alma miró pronunció: —Sé que no es lo correcto, pero no quiero casarme, aun cuando mis padres me han dicho que es mi deber y sería una traidora si me fuera ¿Cómo hago si a quien traiciono es a mí misma al quedarme? Sophia no aguantaba el desasosiego de esa extraña y se acercó a ella, no le parecía justo su sufrimiento aunque ignoraba de qué se trataba, pero cuando dio un p
Al día siguiente muy temprano, Sophia le pidió a Dragos acompañarla, quería hablar con su familia, se reunieron en el estudio de Dragos, Sophia tomó la palabra. —Lo primero que quiero es agradecerles por no rendirse conmigo —se dirigió a su madre y a Briana tomando una mano de cada una—. Sé qué no me porté bien antes, que han sufrido por mis malas decisiones y que además debían soportar mi mal carácter, quizás muchos en su lugar me habrían dado la espalda, después de todo rompía las leyes de la manada y nadie las hubiera criticado si me expulsaban convirtiéndome en una Rogue. —Yo jamás te haría eso, eres mi hija, seas lo que seas, pase lo que pase, siempre serás mi hija. Briana movió un hombro. —La verdad, yo no podía tener contigo una buena relación, me sentía culpable, tus acusaciones eran ciertas, por mi culpa mataron a nuestro padre, por mi culpa destrozaron nuestra manada matriz y murieron tantos… —Olvidemos eso Briana, ya quedó atrás, también perdóname porque ayer
Sophia y Rhiannon estaban en la habitación de Rhiannon haciendo ajustes al vestido de Sophia, el talento de Rhiannon para la alta costura era impresionante y había hecho un vestido elegante y lo suficientemente sexi para resultar inolvidable, Sophia estaba bastante contenta con el resultado. La discusión entre los hermanos las puso nerviosas y corrieron al despacho, en cuanto llegaron Gerald abría la puerta, ya no quería discutir nada más con Dragos. Rhiannon vio a su marido y este le tomó la mano y se marchó con ella, Rhiannon volteó a ver a Sophia y le hizo una mueca con la boca, ambas sabían que sus parejas las necesitaban. Sophia entró al despacho de Dragos, él no la dejó hablar. —Yo no necesito de ese imbécil, se cree que es muy sabio, que sus consejos se los meta por el… — ¿Se puede saber qué fue lo que pasó? —lo interrumpió Sophia antes de que siguiera despotricando—. Ustedes dos se llevaban muy bien. —Pasó que no pudo evitar guardarse sus opiniones, no v