—Jamás vi algo así…
—Esa niña envenenó a su loba con cicuta y la ha malogrado…
Sophia escuchaba los comentarios preocupados y curiosos, mientras atravesaba un verdadero infierno.
¡CRASH!
Sophia gritó cuando su columna volvió a quebrarse agónicamente, puso sus manos en el suelo y se concentró en sus dedos, ese era el consejo de su padre para atravesar la primera transformación, le parecía escucharlo animándola, consolándola; como siempre…
«Observa tus manos Sophia, verás las grandes patas de tu loba materializarse, su color y ella te hablará, el dolor habrá pasado antes que puedas darte cuenta»
Sophia lo hizo, se concentró en sus manos, pero no cambiaban, una bruma espesa y verdosa comenzó a salir de ella, transpiraba aquello que hizo dar un paso atrás a los licántropos cercanos, y el dolor en cada poro de su cuerpo lo siente como si clavaran agujas profundas…
—Su loba está sacando la cicuta de su sistema, dejen que ella haga su magia… —Expresó alguien y Sophia no pudo ver quién, pero impidió que su madre y hermana se acercaran.
—Mi niña adorada, diosa por favor perdónala…
Esa era la voz de su madre, Sophia ya no podía soportar esta agonía, los huesos continuaron partiéndose, pero de la forma más lenta y dolorosa posible; en ningún momento sintió la fuerza avasalladora de su loba como le contaron, solo dolor, hasta que finalmente su cuerpo dejó de ser humano.
Sophia esperó escuchar la voz de su compañera de alma saludarla por primera vez, pero su loba no le habló. Lo que sí escuchó fue la exclamación angustiosa de los pocos presentes.
Miró a su madre, tenía la mano en la boca tratando de controlar el llanto, su hermana la abrazaba y su cara era de sorpresa.
Sophia no entendía que veían de malo en ella, ¿por qué esa cara de espanto?, quería un espejo.
—Es más diminuta que una loba Omega…
—Pero es una loba Alfa, ¿cómo es que es hueso forrado de pellejo?...
Esos y otros comentarios aún más crueles escuchó Sophia dentro de su loba que sigue en silencio.
Entonces el dolor agónico regresa y una vez más la bruma verdosa sale de ella y todos los que no son familia dan otro paso atrás, literalmente ella ahora mismo es tóxica para los lobos.
—Su loba trata de deshacerse del veneno de la cicuta, pero al salir vuelve a dañarla —Sophia escucha la declaración de alguien que quiere calmar a su madre y hermana, pero para ella es bastante claro que la teoría es cierta, está muriendo.
—Sophia no resistirá, se ha matado a sí misma —expresó su hermana con dolor.
«Yo no quiero morir, ojalá no hubiera consumido la cicuta nunca»
Ya Sophia sintiendo que se va su vida implora el perdón a la diosa y la reunión en el más allá con su adorado padre…
Dragos Vlad en la población más cercana a esa manada está en un callejón oscuro clavándose entre las piernas de una mujer y alimentándose de su cuello. Ella grita extasiada y él cierra los ojos tratando de que esto le sea suficiente.
—Dragos, ella necesita tu sangre…
Dragos ya había escuchado a su amigo Zack llamarlo, solo que no quería prestarle atención, pero la última declaración lo hizo arrojar a la mujer fuera de él y con furia va con Zack.
— ¿Acaso les dijiste?
—Claro que no dije a nadie que es tu pareja destinada, ellos son mis amigos, pero tú también y no te traicionaría —inquirió Zack y ahora con urgencia imploró—, pero la chica la está pasando mal y sabemos que puedes ayudarla.
—No es mi problema lo que le pase a una loba estúpida demasiado jactanciosa para solo ser una perra.
Zack se puso delante de Dragos y lo miró muy serio.
—No sé qué pasó entre esa cachorra y tú anoche, pero te diré que ella es la respuesta que buscabas.
—Por favor tú te volviste un romántico, pero eso a mí me da risa.
— ¿Quién habla de romanticismo?, vinculado a una loba evitarás el dominio de los nigromantes.
Dragos observó a Zack, era algo tentador, los nigromantes eran la debilidad de los vampiros ya que podían manejarlos como marionetas.
—Déjala que consiga a su pareja lobo antes, luego haré un trato con ellos.
—No habrá un después, ella no resistirá la transformación, sálvala hoy, así te deberán un favor cuando la necesites —lo animó Zack.
Dragos convencido dio un paso hacía Zack y este lo tomó del brazo y desaparecieron.
Sophia escuchaba ya desde muy lejos el llanto de su madre, querían que la abrazara, sentía mucho frío, pero era imposible, ningún licántropo podía acercarse a ella sin terminar envenenado.
Entonces por primera vez siente algo de fuerza de su loba, está emocionada y gimotea de dicha; detecta un aroma exquisito y quiere levantarse, por un momento piensa que no podrá, pero cae en cuenta que su loba debe haber curado todos los daños de su cuerpo que antes era solo humano.
Le cuesta mantenerse en pie, aunque es una loba y debería ser fuerte; a punta de fuerza de voluntad da unos pasos con las patas tambaleantes para acercarse a la fuente de ese aroma.
Era dulce, fresco como la menta, muy semejante al tenue aroma de antes de la primera nevada del año y que Sophia adora, la fragancia viene de un hombre, ahora puede verlo.
Era muy alto, rubio con ojos claros y mala cara, él se acercó y el primer pensamiento de Sophia fue echarse atrás, por su olfato ahora sabe que no es un licántropo, pero la loba que es quien domina su cuerpo menea la cola y agacha las orejas gimoteando contenta de verlo.
«Por la diosa, ¡es él!, es mi pareja destinada, pero él es un…»
Sophia desesperada porque no tiene la comunión que siempre le dijeron tendría al unir su conciencia a su loba le habla de nuevo desde el fondo de su conciencia.
« ¿Qué es esto?, loba no estamos acopladas»
En respuesta obtuvo silencio, como si estuviera atrapada en el cuerpo de alguien más.
— ¿Qué significa esto? —preguntó su hermana con autoridad dirigiéndose al hombre.
—Significa que la diosa Selene en verdad me odia —Sophia sintió un extraño reconocimiento a la voz del hombre, como un deja vu, pero no podía ubicarlo, solo sabía que era un vampiro—. No solo me sigue castigando. Ahora quiere ridiculizarme y me hace pareja de la loba más patética que vino a este mundo.
Las palabras de rechazo del vampiro hicieron doler de nuevo cada hueso a Sophia, la poca fuerza que tiene empieza a desmoronarse y el malestar se vuelve frío y siente su cuerpo adormecido, pero al menos el dolor empieza a irse, al igual que su vida…
—Lárgate maldito vampiro, si eres la pareja de mi hermana, ella esperará a su pareja lobo.
Sophia quiere apoyar a su hermana, pero no puede hacerlo, no tiene fuerzas.
—Oh sí me parece una magnífica idea, solo que no tiene idea de quién es y no tiene tiempo ni mucho menos fuerzas para buscarlo.
«Dorian, tienes que ser tú» pensó Sophia en el lobo Alfa que ama, pero ahora el sentimiento es hueco.
Sophia dejó de escuchar a su alrededor, todo se volvió oscuro, apenas sintió que la tomaron del cuello y el extraordinario aroma era más acentuado, ahora estaba en su lengua y podía saborearlo…
Bebía sin parar de un elixir extraordinario que le daba fuerzas, la oscuridad se disipó, en el momento que entendió lo que ocurría poco pudo hacer, era demasiado bueno para dejar de hacerlo, su loba se relamía y tragaba ávida la sangre del vampiro, Sophia atrapada en la conciencia estaba asqueada, pero más fuerte, se fijó en los ojos grises del vampiro que mantiene su muñeca dejando caer sangre en su hocico, pero al encontrarse con su mirada, se levantó dejándola con ganas de más.
—Me largo, no te he dejado morir porque posiblemente me sirvas algún día —contestó el vampiro.
Y Sophia quiso llorar, no quería que se fuera, le dolía su cruel rechazo aunque no lo conocía, un aullido lastimero brotó de ella y la sorprendió.
El vampiro volteó a mirarla y una vez más ella siente que lo ha visto, aunque no recuerda cuándo o dónde.
—Ella sufrirá por no completar la transformación ahora que probó tu sangre —le gritó su mejor amiga, furiosa defendiéndola—. El dolor y la necesidad por ti serán intolerables, no puedes irte.
—Más le vale que consiga a su mate lobo entonces, yo no probaré su sangre ahora que su loba está envenenada, agradezcan que la he salvado, saben que estaba muriendo.
— ¿Acaso no sientes nada por ella? —indagó de nuevo su amiga y Sophia aprecia que peleé por ella.
—Si tú hubieras sido mi pareja fueras más feliz conmigo que con mi hermanito —expresó el vampiro con voz seductora—, tú eres valiente, leal, exquisita y hermosa, pero la diosa quiere darme una lección dándome una loba cobarde, envidiosa, inútil y rastrera, a mí nadie me domina, ni siquiera la diosa Selene.
Sophia quedó estupefacta, este no era un simple vampiro, si era el cuñado de su amiga, entonces era el rey de los vampiros, pero ¿por qué la odiaba tanto? Se preguntó; imágenes extrañas atravesaron su mente, besos, una conversación, risas, era él, pero ¿cuándo?
El terrible dolor regresó, de nuevo era insoportable, sintió cada paso de él al alejarse, quiso rogarle que no se alejara, pero no puede, lo peor es que ahora no siente que va a morir.
Su loba se marchó al fondo de su conciencia y volvió a ser humana.
—Vamos Sophia, levántate, tu loba te sanó con la ayuda de ese vampiro, pero no es momento de quedarte aquí, tú eres fuerte, claro que lo eres —La animó su hermana tomándola de las manos.
Sophia se puso de pie con ayuda de su hermana, luego se alejó dos pasos dándole espacio para que caminara de nuevo, como un infante y pudo hacerlo, pero descubrió que su pierna izquierda no respondía.
—Soy una coja —se lamentó Sophia con autodesprecio—. ¡Me dieron una loba defectuosa enamorada de un despreciable vampiro!
Su hermana la abrazó fuerte para consolarla.
— ¿Por qué se odian tanto Dragos y tú? ¿En qué momento se conocieron? —Indagó su hermana.
Una vez más extrañas visiones volvieron a ella, el río, una sonrisa de dientes blancos, la sensación del éxtasis…
«Dragos»
Sophia cerró los ojos y negó con la cabeza.
—No lo conozco —pronunció dudosa…
Dragos Vlad tiene mil quinientos años de edad y siendo rey de los vampiros lleva casi seiscientos; de manera satisfactoria había logrado evitar la extinción, aún con la maldición impuesta por la diosa Selene que les había arrebatado el derecho a tener pareja destinada. La maldición había caído obviamente, pero no quería conseguir una pareja de otra raza. «Una loba enclenque y débil moribunda» Dragos acababa de humillar a la familia de los lobos más poderosos de la tierra sabía que ahora irían por su cabeza. — ¿Acaso te has vuelto loco?, ¿tanto te incomodó tener un momento de paz que comienzas otra guerra a pocos días de haber finalizado la última? Quién hablaba impaciente caminando a su lado era Zack, el hechicero es el único amigo de verdad que tiene y es todo un desgraciado sinvergüenza, ya no tanto desde que tiene mujer. Dragos lo miró de reojo. —La diosa Selene les dio poderes especiales a estos lobos, creó Alfas supremos, pueden encontrar a todos los lobos
Sophia continuó chillando y Dragos la ignoró de camino al aeropuerto, poco rato después se sintió cansada y el aroma de Dragos la desquiciaba, era como estar dentro de la mejor pastelería y estar hambriento y sin dinero, si cierra los ojos se ve a sí misma mordiendo su cuello; trata de acompasar sus latidos a los de él y poco a poco siente como sus latidos comienzan a ser espaciados; de nuevo la debilidad la arropa y siente que la vida se le escapa, con coraje lo mira y pronuncia lo más fuerte que puede y es un quejido: —Exijo regresar con mi familia. Dragos la observó directamente a los ojos y se puso más cómodo en el auto, disfrutando de su superioridad. —Empecemos por aclarar algo niña; primero tú no exiges, segundo, te dirigirás a mí con respeto, porque de ahora en adelante soy tu rey y tú mi esclava. —Prefiero morir antes de ser tu jodida esclava —contestó con hilo de voz Sophia y Dragos se echó a reír. —Tu loba no es tan inútil, ya no puedo hipnotizarte. Dr
Dragos fue a su habitación, quería sentirse él mismo de nuevo. Jamás a lo largo de su existencia sintió lo que siente por Sophia. Era una liga de sentimientos y ese era el problema, Dragos había bloqueado sus sentimientos y ahora regresaron y él no podía hacer nada por frenarlos, así que luchaba contra ellos. «Recuerda lo que le pasó a tu padre, la diosa quiere destruirme, pero no se lo permitiré, como siempre he obrado le daré vuelta a mi desgracia y sacaré partido de ello» Dragos sin poder dejar de pensar en Sophia analiza lo que pasó. Se sorprendió que Sophia tuviera recuerdos de haberlo conocido, se suponía que siendo humana debía ser por completo vulnerable, pero eso demostraba que ella tenía un gran poder, solo que ella lo malogró. Dragos se metió a la ducha y lo invade el recuerdo de los labios de Sophia, de su aroma y sabor, furioso porque ahora tiene una erección en toda regla sale del baño y consigue informes de vampiros jefes de nidos de transformados en su e
Sophia con un bonito vestido que le dio Agata y mucha resolución caminó cojeando de la pierna izquierda desde la torre hasta el castillo; el dolor era insoportable y no solo en su pierna, la necesidad de sangre de Dragos no la deja concentrar. Paró en frente de los dos vampiros que custodiaban la puerta del castillo, los guardias la miraron con curiosidad, detectaron que ella era loba, Sophia a su vez supo que ellos eran vampiros puros, demasiado fuertes para ella. — ¿Qué quiere una loba coja con el rey de los vampiros? —ambos se echaron a reír de manera burlona. —Más respeto sanguijuelas asquerosas, están ante la Alfa Sophia Lewis, pareja por destino de Dragos Vlad; así que abran la puerta. Los vampiros se vieron uno al otro y a punto estuvieron de partirla en dos, pero escucharon una voz detrás de ellos. — ¡La loba Alfa no miente! —Exclamó Zack, desde dentro del castillo y se acercó a la puerta a paso rápido —. Alfa Sophia, —expresó Zack efectuando el saludo de honor
Dragos no tenía intención de hacerle daño a Sophia, solo quería demostrarle que él era el rey y que ella no podía negarse a sus órdenes, era algo increíble para él como ella cayó, sin hacer ningún amago por caer de pie. —Dime de una vez si está viva o no —exigió Dragos y Zack lo vio un instante arrugando las cejas. — ¿Acaso no puedes escuchar los latidos de su débil corazón? No está muerta, solo ha perdido el sentido —espetó Zack revisando con cuidado la herida abierta que tiene en la cabeza. Dragos pasó una mano por su cabello y es cierto, puede oír sus latidos, pero no se había percatado porque se sentía culpable, prefirió no pensar más en ello, era una tontería, él no tenía sentimientos. Zack realizó un hechizo sanador y la herida en la cabeza de Sophia dejó de botar sangre. — ¡¿Cómo es posible que un sobrenatural pierda el sentido?! Por qué tuviste que curarla tú y no sanó por sí sola?, ¿por qué cayó con un simple empujón? —Indagaba Dragos sin parar observando par
Sophia había hecho sus propios planes, no creía ni una palabra de los hechiceros que le advirtieron que moriría sin la sangre de Dragos, después de todo, los hechiceros eran amigos de Dragos y no de ella. Estaba convencida que mientras más sangre consumía de Dragos más condicionada estaba su loba a él. Así que mientras estuvo en la torre prometió que si llegaba a salvarse de la muerte lucharía por una oportunidad de arreglar este desastre y encontrar a Dorian. «La marca puede con cualquier hechizo» Sophia pensó que su conexión con Dragos era mágica, pero si Dorian llegara a ser su mate lobo como ella deseaba y la marcaba; su loba idiota olvidaría a Dragos, a su obsesión por sangre y por fin sanaría y sería la loba Alfa que siempre debió ser, solo debía resistir mientras llegaba a New York. — ¿Y si no es Dorian mi mate? —Se preguntó llevada por su autopreservación—, entonces no importa, prefiero morir a quedarme aquí —murmuró apenas audible montada en el taxi que pidió a
Sophia no podía llegar con Dragos a New York, sería emboscar a Dorian, decidió intentar razonar con Dragos, pero él solo le dio dos opciones, o se iba a New York con él, o se quedaba en Rumania con él. —Tú no me querías a tu lado —señaló Sophia—, déjame ir. —Morirás sin mi sangre. En cuanto Sophia escuchó señalar ese detalle su garganta ardió, Dragos la miró entendiendo su necesidad y sujetó su brazo para dirigirla al estacionamiento. Como siempre junto a él, sus pensamientos y sentir eran ambiguos, literalmente tenía dos personalidades en conflicto. —Te odio Dragos Vlad. —Amor, odio, somos un mal chiste de Selene, pero decidí disfrutarlo, solo déjate llevar, ya estamos juntos en esto. Dragos la llevó hasta el auto y le abrió la puerta. —Tengo hambre —exclamó ella de forma hostil. Dragos no dijo nada, solo esperó a que ella subiera al auto. Sophia pudo montar más cómoda gracias a que la puerta abría hacia arriba, pues debía mover la pierna izquierda con
Sophia desesperada le gritaba a Dragos viendo hacia atrás. —Vienen más cerca, acelera que nos alcanzan. —Cállate y no me desconcentres, ellos no me alcanzaran. Dragos hizo una maniobra y a último momento salió de la autopista a una vía alterna y Sophia cayó sobre él, se acomodó en el asiento y se puso el cinturón de seguridad. Dragos metió el auto deportivo por el bosque. — ¿A dónde vamos por aquí? —Zack tiene una cabaña por aquí. —Por aquí no se ve nada. —Esa es la idea, está oculta con magia, pero creo que puedo rastrearla. Dragos apagó las luces del auto y a una pulsera de Sophia se le iluminaron los diamantes. — ¿Qué es eso? —preguntó Dragos. —Es un talismán que me dio Zulma. —Es la hechicera muerta que estaba en tu manada, la hermana de Zack ¿cierto? —indagó Dragos. Sophia afirmó con la cabeza y Dragos detuvo el auto. — ¿Crees que los hayamos pérdido? —preguntó Sophia desconcertada porque Dragos paró. —Están cerca, estoy seguro, pero