Los días han pasado rápido y el humor de Armand no ha mejorado en nada, Lucie ha optado por dejarlo tranquilo, no presionarlo y estar para él cuando la necesita. Se ha metido en el trabajo todo lo que ha podido, de esa manera no se siente tan tonta y sola, pero lo cierto es que eso es lo mejor que siente.Por tercera vez debe correr al baño para vomitar, su estómago no resiste nada y ya tiene una sospecha de lo que es, pero tiene miedo de verificar la respuesta, porque si es lo que piensa… está en serios problemas.Sale para que Armand firme unos papeles, pero la secretaria le informa que no está, suspira cansada de esa lejanía de su futuro esposo y se propone que esa misma noche hablará con él, porque las cosas no pueden seguir así.Si piensa alejarla cada vez que las cosas se ponen difíciles con Damiana, entonces no tiene sentido que ellos sigan juntos, porque no es lo que espera de su relación… aunque ahora es mucho más complicado que eso.Al salir de la oficina se le antoja una ga
Armand llega a la oficina temprano por completo desorientado, llamó a Lucie para saber de ella, la hora se le pasó en una de las inspecciones y llegó cansado a su casa, sólo quería ocuparse de Aurore para hacerla dormir y que Lucie fuera con él para abrazarla.Sólo abrazarla.Está consciente de que no ha sido el novio más lindo con ella, pero la amenaza de Damiana lo tiene nervioso, la abogada le ha dicho que no debe preocuparse tanto, porque tiene cómo encargarse de ella en la próxima audiencia, pero a Armand no le gusta dejar las cosas al azar.Antes de entrar a su oficina se va a la de Lucie, cuya puerta está abierta de par en par, pero ella no está. Frunce el ceño, vuelve a llamarla y su teléfono vuelve a salirle apagado, lo que hace que se preocupe más. Se acerca al escritorio y ve todas las carpetas y documentos perfectamente ordenadas, cada uno de ellos con notas adhesivas pegadas con instrucciones claras.—¿Qué está pasando aquí? —sale para buscar a la secretaria y la ve llega
A Lucie se la había tragado la tierra y Armand se resignó a que ella se había alejado, probablemente dolida al enterarse de que está embarazada de un hombre que la ignoró estúpidamente.Pero eso ahora no viene al caso, el juicio ha seguido su curso y ha tomado uno muy oscuro, por cierto. Damiana ha presentado supuestas pruebas en contra de él que lo muestran como un padre descuidado, promiscuo y con serios problemas de responsabilidad.Camina esta vez con su madre al lado, mientras que su padre se pelea con la prensa porque no los dejan avanzar. Es que hasta eso había conseguido Damiana, tirar encima a la prensa para presionar aún más al juez a fallar a favor de ella.—No te aflijas, hijo… tienes que ser fuerte.—Madre, esta es la última audiencia, si no logro terminar con esas mentiras hoy… perderé a mi hija.—Ten fe en tu abogada.—Mi abogada… sólo se ha dedicado a oír cómo me han llamado de todo, sin decir ni hacer nada. Sólo tomar notas y decirme que ganaremos el caso porque tiene
Los murmullos en la sala se ven acallados con el grito desesperado de Damiana.—¡Es mentira! —el juez llama al orden y le pide a Lucie que continúe.—Ella fue un día a la empresa a buscar a Armand para molestarlo con lo del juicio, pero no estaba así que la enfrenté yo. Allí me dijo que había amenazado a Armand, le dijo que, si no terminaba la relación conmigo, haría todo lo posible para quitarle a Aurore y que no la vería nunca más.«Pero que, si yo me iba, ella le daría la custodia sin poner problemas.—Y usted se fue.—Sí.—Pero ella no se detuvo en sus acusaciones falsas.—Veo que no.—¡Es una maldita mentirosa! ¡Sáquenla de allí…! —grita histérica Damiana.—¡A la única que sacaré de aquí es a usted! —le dice el juez y hace que continúen—. ¿Tiene pruebas de lo que está diciendo?—Sí, yo… yo la grabé, su señoría, con mi reloj —a Damiana se le cae la cara por la sorpresa y la abogada coloca la grabación.—Y no sólo tenemos esa grabación, su señoría, sino también que le hizo al señor
Darle la noticia de que se quedaría con su padre y que tendría un hermanito para Aurore fue lo más lindo del mundo. En su corazón de niña pura y buena, el que su madre tuviese que irse un tiempo por trabajo no le fue difícil de entender.Pero definitivamente esa noche no fue lo más interesante que le pasó a Armand.Lucie le contó cómo fue con la abogada antes de irse, le contó todo lo que Damiana le había dicho, además de entregarle la grabación y de decirle que estaba embarazada.Esa noche para Armand fue la más mágica luego de tantos días de angustia lejos de su mujer, no se limitó a bañarla y darle amor por doquier, también le prometió que muchas cosas iban a cambiar y una de esas era que ya no tendría que trabajar tanto.Lucie quiso protestar, pero cuando le ofreció llevarse a su amiga Jacqueline para que se hiciera cargo de una parte del trabajo, por supuesto que no se lo pensó dos veces.Ahora, Lucie se deja abrazar por su madre, quien será la persona encargada de entregarla en
Armand llega como cada día al departamento de su novia, Damiana. Los dos estudian en la Universidad estatal de Los Ángeles, Damiana se está especializando en comunicaciones y Armand en ingeniería, siguiendo con la tradición de su familia.Mientras espera que las puertas del ascensor se abran, abraza a aquella bolsa que va caliente en donde un pocillo con sopa de pollo reposa, afuera el invierno se está haciendo sentir y eso lo reconforta de alguna manera.Su novia no se ha sentido bien los últimos días y con aquella sopa pretende hacerla sentir mejor. Pero no es lo único que le lleva, se mete la mano al bolsillo de la chaqueta y aprieta aquel envase, con un cúmulo de sentimientos que lo embargan.Cuando ingresa al departamento, todo se mantiene en silencio, se va directamente a la habitación de su novia para saber cómo está, allí se la encuentra descansando en la cama, deja a la bolsa en una de las cómodas, se acerca con cuidado a ella, se mete en la cama para abrazarla y darle algo d
Un año y ocho meses después… Ya casi son las nueve de la noche y arman toma a su pequeña en brazos para llevarla a su pequeña cunita, el día ha sido bastante maravilloso para ellos, al menos como padre e hija han disfrutado de una fiesta sencilla pero con toda la gente que los estima y que adoran a la pequeña Aurore. En cambio Damiana se siente bastante frustrada, sus suegros no hicieron sino criticarla todo el tiempo por la manera de tomar a la niña, por darle dulces, por no haberle puesto el vestido que ellos le llevaron de regalo hace unos días para su fiesta y varias cosas más. Es por eso por lo que cuando Armand llega con ella a la sala para terminar de ordenar y limpiar todo el desastre que ha quedado, ella no puede evitar descargar su frustración con él. —Desde ya te digo que el próximo año no haremos cumpleaños, a menos que sea en otro lugar y que pagues para que nos atiendan. —Mi amor, si estás muy cansada, solo ve a darte una ducha y acuéstate, yo puedo terminar. —No q
Cinco años después… Armand mira por la ventana la vista que le entrega su ciudad Natal. Baja la mirada a los documentos que tiene enfrente, entre ellos el presupuesto para la construcción de una casa que será el albergue para él y para su pequeña Aurore. Claro, eso sería así si pudiese al menos ver a su hija. Damiana se había ido de su lado al día siguiente que terminó con él y esos habían sido los ocho meses más largos de toda su vida, sin embargo, cada vez que pudo se escapó a San Francisco para ver a su pequeña, darle amor y tratar de arreglar las cosas con Damiana, pero ya en el cuarto viaje se dio cuenta de que ella ya estaba haciendo su vida con otra persona y que no tenía nada más que hacer. Lloró, se embriagó y volvió a llorar, todo eso en compañía de sus dos amigos, los mismos que le dijeron que no debía echarse a morir porque a final de cuentas le quedaba su hija. Y en eso ellos tenían mucha razón. Así fue como se juró que todas sus vidas giraría en torno a ella porque