Dimi tiró de mí y caí casi encima de él en la tumbona. Acabé ocupando el mínimo espacio que tenía a su lado, sentada mientras él me apretaba entre sus brazos. Tras unos minutos echándonos de menos, nos soltamos.
- Hacía tiempo que no venías a mi casa. ¿Debería pensar que me estoy muriendo? - bromeó.
- No ha pasado tanto tiempo... - dije, segura de que realmente lo era, ya que ni siquiera recordaba cuándo había sido la última vez.
- Normalmente nos veíamos en lugares digamos... Lugares reservados. - Me dio una palmada en la espalda, riendo.
- No recuerdo esa parte. - Yo también empecé a reírme.
Antes de que pudiera contenerme, Big Cat saltó a la tumbona, con su gigantesco tamaño y peso, poniendo la cabeza bajo mi mano para que se la acariciara, mientras se tumbaba encima de Dimitry.
D
Después de cenar, ya estaba en la cama cuando oí unos ligeros golpes en la puerta y a Theo entrando.- ¿Puedo... ¿Dormir contigo?Me eché a reír, incapaz de contenerme.- ¿De qué te ríes?- Te vi de niña... Con tu almohada en los brazos...- Sólo hubo unos pocos años en los que tuve miedo de dormir sola.- ¿Quién en su sano juicio prefiere un sofá a una cama cálida y cómoda?- Me sentía seguro a tu lado, cielo -dijo, tirándose en la cama a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja-.- Tenemos tantos buenos recuerdos...- Que guardaremos para siempre.- ¿Cómo va todo con Malica? - quería saber, ya que no se lo había preguntado el día anterior.- Ella sigue diciendo que no va a tomar el examen.- ¡Qué locura!- ¿
Llegó el gran día. Y no recuerdo haber estado tan nerviosa en mi vida. Ya había hecho las maletas y me había despedido de mis padres la noche anterior. En cuanto a Theo, dejarlo durmiendo en mi cama, sin siquiera haber podido acostarme con él la noche anterior, fue lo que más me dolió.Desde que perdimos a nuestro hijo, no ha habido noche en la que no haya estado a mi lado, abrazándome y secándome las lágrimas, a pesar de que él también lloraba la pérdida. Permaneció a mi lado en todo momento.Sabía que me iba ese día, pero no esperaba que huyera de él, evitando en lo posible despedirme cara a cara, temiendo que no tuviera el valor.Justo en esos días previos a su partida, habíamos vivido momentos perfectos. Y eso hacía que me doliera aún más.Por supuesto, más tarde le llamaría y le dir&ia
- ¿Vivir aquí? - Anya me miró de pies a cabeza. - ¡Tienes que estar de broma!- ¡Tío Daltro! - Grité, metiendo la cabeza entre la puerta.- Él... ¡Él no vive aquí, niña!- ¡Tío Daltro! - Insistí. - Necesito que saques mis maletas del coche.- Tienes que... ¡Estás loco! - continuó, confusa.La empujé y entré, sin invitación. El gato grande me siguió y, en cuanto vio a un perro en el pasillo, corrió tras él, llevando la correa por el suelo, que enganchó a la mesita que había junto a la pared, volcándola con todo lo que tenía encima: basura. Oí caer los objetos por toda la casa, pero no me importó.Me senté y me crucé de brazos, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá y suspirando:- ¿Siempre hace tanto ca
- No hay lugar para ti en esta casa. - Anya me miró con desdén.- Puede dormir con nosotros -sugirió Monique-.- En mi cama. - Kimberly sonrió y me cogió la mano con alegría.Las chicas eran dulces. Y estaba claro que les gustaba mi presencia en la casa.- Podría dormir en el sofá -sugerí. - Mejor que dormir en la calle. - Me encogí de hombros.- Pídele dinero a Theo -dijo Anya-.- Está enfadado conmigo porque tuve el hijo de otro hombre.- ¿Cómo has podido hacer eso? - Daltro me miró. - ¿Cómo puedes ser tan estúpida?- Deben ser los genes Hernández -dije.- Cabrón. - Alzó la voz y apuntó con el dedo en mi dirección, furioso. - Te exijo que pongas fin a esta situación y hagas las paces con los Casanovas. Esto no va a quedar así, inútil.<
Por la noche caminé por el pasillo maloliente, estrecho y poco iluminado, tratando de encontrar un lugar donde dormir y poner mis maletas. No me había llevado todo lo que poseía a aquel lugar, ni siquiera mis zapatos más caros y preciados. Pero la cantidad de cosas era suficiente para volver un poco loca a Anya, ya que la mayoría de las maletas se habían quedado en el salón. Me propuse dejar dos en el pasillo y otras dos me las llevé conmigo, junto con mi perro de montaña de los Pirineos.Abrí una puerta improvisada y encontré una cama pequeña. Aunque tenía una sábana, la quité y me puse una gabardina encima. Por suerte, había traído un cojín que tenía en el coche para usarlo de almohada. Miré a mi alrededor, confusa:- ¿Dónde está el baño en esta habitación?Big Cat me observó y lue
- Si le pongo un dedo encima, ¡lo rompo todo de una puta vez! - dijo Sandro, cruzándose de piernas y metiéndose el bocadillo entero en la boca, empujándolo con los dedos para que cupiera.- Gracias, tío. - sonreí en su dirección. - Siempre he tenido fiesta, toda la vida. Mamá y papá se encargaban de todo y nunca faltaba de nada... Pastel, bebidas, globos, payasos... Por supuesto, a medida que fui creciendo, algunas cosas fueron reemplazadas.- ¿Como los payasos por strippers? - Sandro se rió.- No tanto... - Sonreí.- Creo que es justo hacer una fiesta -dijo Sandro con la boca llena-. - Ya que siempre has tenido una. Por desgracia, tu familia biológica no puede permitírselo, así que puedes vender tu coche. ¿Qué puedo hacer para ayudar a organizarlo?- He contratado a un organizador. Pero no sé qué bebidas gustan m&aacu
Kimberly y Monique me ayudaron a elegir el sabor de la tarta de cumpleaños y el tema: Barbie. Lamentaban que mi pelo ya no tuviera mechas rosas, pero estaban emocionadas y felices por los vestidos nuevos que habían recibido en casa, seguramente enviados por Ben y Anon.Las tres empezamos a prepararnos temprano para la fiesta. El espejo disponible en la casa ni siquiera nos permitía admirar nuestros cuerpos completos, ya que era demasiado pequeño. Las niñas estaban encantadas.- Nunca había estado en una fiesta de cumpleaños. - dijo Kimberly, mientras daba vueltas, haciendo que el vestido de encaje y tul se levantara.- ¿Me estás diciendo que nunca has hecho una fiesta para celebrar tu propio cumpleaños? - Me detuve, observándola, con el pintalabios que me estaba aplicando en los labios en la mano, completamente incrédula ante la revelación.- No sé cuándo es mi cumpleaños. - Ella sonrió, todavía dando vueltas, sin preocuparse de nada más que de la ropa que llevaba esa noche.- Pero sa
- ¿Y el bebé? - pregunté, recordando que no había visto al niño en todo el día.- Quizá Anya lo haya encerrado en su habitación. - respondió Moni.- Pero... ¿Ella haría eso?- Sí... Pero sólo lo hace cuando él es demasiado problemático.- ¿Y qué sería demasiado problema?- Romper algo... - Kim respondió - Llorando mucho...- ¿Cómo se llama el bebé?- Bebé. - Kim se encogió de hombros, encontrando divertida mi pregunta.- Sí, es un bebé. Pero debe tener un nombre, como tú.- Anya siempre lo llamaba "Bebé". - explicó Monique.- Vale, pero desde luego tiene un nombre. Y espero, de todo corazón, que no esté encerrado en su cuarto sino con Anya. O incluso con su padre.- Su padre no lo está buscando. - Comentó Monique.- Pero... ¿Daltro vive tan cerca y no se lleva a su propio hijo a casa?Kimberly se echó a reír:- Daltro no es el padre del bebé.- ¿Quién es el padre? ¿O incluso su madre?- Su padre vive lejos. Su madre también.- E... ¿Dejan al niño al cuidado de Anya? - Estaba aterroriz