—Porque sabes que te amo, porque te lo he demostrado, porque he estado ahí en todos tus logros desde hace dos años, porque así no lo reconozcas aún, desde hace mucho yo estoy en tu corazón y solo hasta ahora lo estás viendo.» No me amas, pero me quieres bastante y voy a avivar siempre esa llama. Solo prométeme que no me serás infiel, acepto que terminemos, lo que sea que pase en el futuro, pero no me hagas hacer el papel de tonto. Seamos siempre sinceros.—Detesto la infidelidad, vi a mi madre sufrir tanto por ello.—Entonces estoy a salvo contigo —volvió a besarme y salimos del apartamento. Aunque mi sentir y para mi familia será un grito en el cielo porque están acostumbrados a estar en una relación con amor, y la mía no lo será. Por eso debo fingir muy bien, en especial cuando se encuentre él. Que no se vea ficticio. …***…Patricia nos llamó esta mañana a decirnos que tenía una noticia importante por contarnos, han pasado dos semanas desde que nos enteramos oficialmente sobre
—Voy a casarme mami, mi hijo no tiene nada que ver con mi compromiso. Queremos hacerlo bien. Y quiero que Gustavo me entregue como lo ha hecho con mis hermanas, quiero tu bendición, no será una fiesta grande… además tontamente tengo muchas cosas adelantadas… Solo quiero una cena, lo más sencillo.—¿Por qué no viven juntos y miran si en la convivencia se entienden?, luego se casan.—Mis últimos dos cumpleaños los pasé con Máximo, porque Alfredo no se acordó. —Patricia se puso roja—. ¿Quieren que continúe diciendo mis penurias? ¡Todas las que callé por pena a que ver que todos tenían una familia y yo estaba mendigando afecto!—Alfredo te ama. —habló la señora Josefina.—Pero no quiso demostrármelo. Y no quiero hablar más de él. En este momento debe estar con la mujer por la que me cambió y mi esposo será Máximo. …***…Hace dos semanas llegamos a Turquía, hoy sábado, Alex venía por nosotros para ir a un club que, según la información recibida, era donde se hacen las negociaciones. Fr
Tomé el celular, ellos ya caminaban en dirección al establecimiento de lujo. Zombi contestó.—Patrón.—¿Rino sabe lo de Patricia? —Se detuvo, los otros siguieron caminando.—Sí. —cerré mis ojos—. Sabe que se casa mañana, por la iglesia el sábado y del hijo que espera. —Al abrirlo miré a Gustavo y él ya lo hacía.—Freddy, Alfredo ahora no está en su total capacidad de reacción inmediata, debes cuidar a tu hermano.—Lo saqué del baño, hoy parece ser el zombi. Mi mujer habló de más.—No es fácil que le digan en la cara los errores. Cuídalo. —colgué con Zombi y llamé a Alfredo.—Patrón.—¿Puedes con el operativo? —silencio—. Puedes quedarte en el carro, yo más que nadie entiendo lo que es meter la puta pata en estiércol.—Verónica no se casó.—Tu situación y la mía fueron diferente, yo me alejé por amor, tú lo hiciste por cobarde, por miedo a tener lo que nosotros tenemos. No suelo meterme en esto Alfredo, pero ahora debes enfrentar la vida con lo que acarrea las consecuencias de tus deci
—A dormir —dije.Ingresaron al carro de Cuajao, llegaron a la dirección que les habían dado. Lobo ya le había pasado la información a Onur y este ya se dirigía al hotel también. Los muchachos sacaron los cartuchos con los tranquilizantes; eran armas especializadas, no las típicas escopetas utilizadas en dormir a los animales.Estos eran pistolas fáciles de usar con descargas mínimas para dormir instantáneamente por cuatro horas al enemigo y poder encerrarlos. Cada uno equipado. Esperaron al personal del jefe de Cuajao.—Rino y Zombi —dije—. Gente que duerman, gente que remplazará el personal de Onur, que se pongan sus uniformes. No demoran en llegar con la mercancía, el rastreador que puso Zombi al empleado se está moviendo, tienen máximo media hora. —Copiado. —llegó la gente, Cuajao los fue a recibir.—Jefe, usted espere encerrado en esta habitación en el piso ocho. —Le dijo Alex a Onur—. No puedo cuidarlo a usted y estar en el operativo.—A esa habitación llevaremos a todas las c
La miraba y notaba un enojo hacia él.—Otro al menos me habría buscado. —En eso tiene razón—. ¡Al menos llamado! ¿Te das cuenta? Ahora solo velaré por mi familia: mi esposo y mi hijo.—Bueno, tomate el día de hoy. Nosotras seguiremos con los preparativos de la ceremonia religiosa. ¿Por qué no vinieron los padres de Máximo? —Se puso nerviosa.—Estarán en la religiosa. —afirmé.—Esposa mía.Máximo llegó por su mujer, le dio un beso en la mano, mi Bestia me abrazó por la espalda. Sigo enojada con él, pero los presentes no tienen por qué saberlo. Gustavo se dirigió a la salida en busca de su mamá. Nos despedimos, ya en el carro de regreso a nuestra casa, la mitad del viaje lo hicimos en silencio.—¿Sigues enojada conmigo Pequeña?Miré a mi marido, el muy descarado me dejó a punto de iniciar mi orgasmo esta mañana, esa fue su reacción al darle la noticia que seriamos los testigos.—¿Y tú qué crees?—¿Acaso no comprendes?, me siento un traicionero con Alfredo.—Una cosa no tiene nada que ve
Después de las cuatro de la mañana no pude conciliar el sueño… Necesitaba verla. —Me bañé, tomé lo primero que encontré, después que sea un jean, y una camiseta todo vale. Tomé las llaves de mi camioneta y me apresuré, ella sobre las ocho llega a trabajar. Esperé como una hora, vi llegar a Máximo solo. ¿Dónde está Patricia?, me bajé del carro y antes que cerrara la puerta le di la vuelta, lo tomé por cuello de su camisa.—¿Dónde está Patricia?—¡Suéltame! —me alejó—. La dejé en la boutique donde se está midiendo el traje de novia. —Los oídos se me taparon, me alejé un poco más de Máximo—. ¿Estás bien? —¡No gonorrea, no lo estoy, mi mujer se casó contigo pirobo!— Mira Alfredo…—Escúchame muy bien.Lo miré fijamente. Las manos comenzaron a temblarme, el labio igual y los ojos me picaban por primera vez desde que comenzó mi viacrucis.» Haces llorar a Patricia, me dicen que la estás haciendo sufrir, si te veo engañándola, o por algún motivo escucho que le haces algo que la ponga triste.
No sé qué tiempo había pasado, solo descargaba puño tras puño, las manos me dolían, sé que me estaba jodiendo los nudillos. Algo quería salir de mí, aumenté mis impactos, sacando el último aliento y gritando su nombre. ¡PATRICIA! Caí de rodillas y al hacerlo vi a todos mis amigos alrededor del ring. Con sus trajes de gala.Mis manos estaban ensangrentadas, no podía abrirlas. Ana llegó a mi lado.—Debo curarlo, doctor. —Ella se había quedado como la nana de los hijos de Aníbal.—Me duele más el alma que las manos y para eso no hay cura.Dije, no me importó que en esta ocasión me vieran llorar. Roland y Simón llegaron a mi lado, yo miré a Gustavo, las lágrimas no se detenían, no era mierda lo que dicen que cuando te duele el alma, solo el llanto alivia un poco.» Perdóname, le hice daño a tu hermana y de paso me lo hice yo. Y ya es muy tarde.—Perdonamos tú.Habló Roland, lo miré y mientras lo hacía, Simón me puso un tranquilizante.…***…Estamos a tres días de Navidad, habían pasado cu
Al llegar al El Renacer, Verónica estaba colocando sus regalos en el inmenso árbol, no había nadie.—¿Trajiste regalos? —sonreí un poco. Sí que fui mierda.—Guárdame el secreto, tengo una reputación que conservar.—Tu secreto queda a salvo conmigo. —bajé los regalos y ella me ayudó a ponerlos, siempre se ocupa media sala cuando todos traen sus detalles—. También guardaré tus regalos.—Gracias.—¿A qué horas sales?—En la noche. ¿Ella va a venir?—No había confirmado, no quería ponerse una situación tensa. Cuando le dije esta mañana que tú viajabas. Dijo que entonces si venía y ya mismo se iba a comprar los regalos. —Esa información fue otro golpe bajo. Por eso llegó al centro comercial.—Ya debo irme.—¿No te quedas a almorzar?—No.Llegué a la casa de mi madre en Bucaramanga, no sabía que venía, al verme soltó lo que tenía en sus manos para correr a abrazarme y llenarme de besos.—¡Esto es un milagro!—No empieces mamá.—¡Qué alegría verte! Esta Navidad tendré a mis hijos conmigo. —L