Desperté al no sentir a Roland, salí de la cama, llegué a la habitación de Victoria, desde hace veinte días los separamos, la niña duerme en un cuarto de princesa encantada, obra de Roland y ella está feliz, si algo debo decir es que mi hija es demasiado femenina.La veo dormir, le di un beso y me fui a la habitación de los niños, los tres por ahora dormirán juntos, cuando les entregamos el cuarto tanto Dante como Enrique de la mano llevaron a Liam a la cama cuna del medio esa tarde Roland me abrazaba por la espalda mientras mirábamos cómo sus hermanos cuidan a su hermanito.Pueden pelear, porque lo hacen sobre todo Dante y Enrique, en ocasiones con Liam, cuando los tres se sientan en la palabra son testarudos, pero Victoria les da con lo que tenga en la mano y los aquieta.Le ha pegado con el oso, con la barbi y eso sí, los tres refunfuñando le hacen caso. Según Roland es la típica escena entre él y yo, donde según él siempre sale perdiendo. Los tres están profundos, la semana pasada
De manera sencilla se llevó a cabo la celebración de los bautizos de los niños, ahora Jacobo, Daniela, Demetrio y Dayana habían recibido su sacramento, Verónica y yo éramos los padrinos de Dayana Delgado. Habían pasado quince días desde el sepelio de Aníbal y el padre se regresaba mañana. Todos nos reunimos en mi rancho, esperábamos a que nos sirvieran el almuerzo. Kevin llegó con Carlina y le señalé su puesto en la mesa, me sonrió. Luego llegó Alfredo que se estaba quedando en mi casa y por varios meses permanecerá aquí hasta que decida casarse, no sé qué era lo que tiene con Patricia, era un tira y afloja, pero creo que él lo hace para sacar de casillas a la hermanita menor de Gustavo que por cierto estaba sentada al lado de Gladis, le señalé el puesto al lado de Patricia, quien le torció los ojos y él delante de todos la besó. —¡No te pases! —dijo Gustavo, dejaron de besarse. —Pensé que ya me habías aceptado. —Todos reímos. —¡Y te aceptó!, ¿no ves que no tienes una bala en tu c
El invierno en esta ocasión vino con toda, esta semana ha pasado lloviendo y la quebrada está a punto de desbordarse. Tenemos una hora de estar bajo agua, falta poco para terminar de levantar los muros de contención en concreto puro que estamos ubicando en las partes más vulnerables de una posible inundación. No hemos parado de trabajar en los últimos ocho días.—¡Patrón! Este es el último lote.Gritó Lara, todos metimos el hombro en esto, si se desborda la quebrada, varios terrenos se inundarán y tenemos mucho ganado. Los trabajadores de las ocho fincas nos unimos para ponerlos.—Escuchar eso me alegra.Comenté. Los caballos estaban a varios metros de nosotros, ochenta hombres fueron los que necesitamos para terminar los trabajos de ingeniería, todos los trabajadores recibirán un bono extra, se han comprometido de sol a agua para cumplir con el trabajo.De nuestro lado quedaremos protegidos, mientras que los predios del otro extremo de la quebrada no conocemos a los dueños, son tierr
Miré a Daniel.—En Aníbal. —Ellos comprendieron—. En nuestros hijos, en mi mujer, en los proyectos que tenemos, en las empresas. Estaba pensando en todo.—Las empresas están cubiertas, todo marcha bien. —miré a Rata.—Llámate a Zombi, dile que viaje lo más pronto posible. —Él y Arinka se radicaron en Colombia y trabajan para nosotros en el consorcio.—Si señor.—Muchachos, yo quiero ir a calentarme las bolas con mi mujer, nos vemos a las nueve, y estén con los ánimos dispuestos a trabajar. —dije.—¡Bueno, nos vemos en la noche! —habló Cereza.—¡Sí, ya dejemos de mojarnos el culo por gusto!Cada uno espueleó a su caballo y comenzamos el galope de regreso a nuestras casas. No veía la hora de estar en ella, bajo las sábanas de mi cama, con mi deliciosa mujer desnuda, chupándome la verga.A pesar del puto frío que tenía colado en los huesos de solo pensar en lo sabrosa que era Verónica, se levantó el pene. Apenas llegue era lo primero que voy a hacer, satisfacer mi deseo por mi mujer, es
Fue un susurro, una voz de mando que hace estragos en mi cuerpo.—Solo concéntrate en mis caricias.Sus manos comenzaron a hacerme una especie de masaje desde mis nalgas hasta el cuello, la piel se me erizaba bajo su tacto y remataba con sus manos dentro de mi cabello, estimulaba todo mi cuerpo. Generaba sensaciones de otro tipo si tocar el lugar que estaba tan húmedo, deseoso y anhelante.Eventualmente, rozaba su pene con mi trasero, otras pasaban a lengua desde el inicio de la división de mis nalgas hasta la parte trasera de mi oreja, logrando que gimiera, comencé a moverme.» Eso es Vida.Era el bendito rey del sexo, porque sin tocarme, sin que él lo haga, mi excitación me está llevando apretar mis piernas en busca de algo de fricción para alcanzar mi liberación.—Cielo, por favor.Ni caso me hizo, estaba concentrado en repetir las caricias que me estaban llevando al límite, lo estaba logrando. De un momento a otro Roland acarició con su lengua, mi vagina y ano, repitió la acción h
Al despertarme la habitación está oscura, el agua había mermado, encendí la luz de la mesa de noche, miré la hora, eran las siete. Miré a mi mujer, todo lo importante en mi vida estaban acostados en la cama; Verónica en el otro extremo y yo en la punta, porque mis intrusos, princesa y colado estaban como dueños del lugar, desparramados con las expresiones más tranquilas de la vida.Tengo reunión con los muchachos, salí de la cama, fui al baño, oriné, lavé manos, me cepillé los dientes, saqué unos jeans, camiseta y terminé de arreglarme. Recordé nuestra faena en el baño, me quedó debiendo el culo. —sonreí—. Al regresar a la habitación mi mujer seguía dormida, ¿se puede ser más feliz? No me cambio por nada ni nadie. —Le mordí la punta de sus senos.—Lo que haces es trampa. —dijo estirándose.—Después dices que yo soy el pervertido. —Le dije en el oído, su mano acarició mi cuello.—Hueles delicioso. Lo haces adrede, ¿cierto?Le besé el cuello, yo un hombre que cambiaba de mujeres a diari
Daniel esperaba mi respuesta. Busqué la información en mi computador y la puse en la pantalla gigante.—Esa es una lista de cincuenta organizaciones, hay muchas más. Pero quiero que Rata haga un sondeo preliminar, y por ahora enfoquémonos en armar los esqueletos de cada organización y mirar cómo operan, desde los grupos pequeños y los individuales que a su vez trabajan para los grandes.» Necesitamos saber hasta qué días cagan esos hijos de puta. Luego debemos averiguar la lista de los clientes y detectar a los pedófilos y con hechos y datos dárselos a Any para que los condene por años. No sin antes mandarles nuestra sentencia.» También debemos acabar a los proxenetas que alimentan esas bandas criminales, si los comenzamos a sacar del juego, las grandes organizaciones no tendrán los contenedores de niños o mujeres.—¿Matarlos?—Solo si nuestras vidas dependen de ellos, Any tiene una obsesión con llenar las cárceles de peores bandidos que nosotros. Por eso les haremos seguimiento, obt
Nos quedamos como una fotografía, por un minuto largo o eso me pareció, fuimos seres catatónicos. El negro volvió.—¿Cómo se encuentra? —preguntó Roland, Alfredo le sostuvo la mirada.—Solo balbuceó, debieron darle un tranquilizante, es el procedimiento normal, pero ya salió del coma, estará despierto por una media hora.Afirmó, todos vimos caminar al patrón y encerrarse en su habitación, Simón y yo nos miramos.—¿Eso es todo? —preguntó Rino—. ¿Todo un año pendiente y no corre a verlo?—Rino. —habló Simón—. ¿Quieres saber qué es lo que está haciendo el Patrón?Le lancé el control remoto que tenía al lado Rata, él encendió el televisor, desde su laptop buscó la habitación de Roland y dejó ver la imagen. Fuimos testigos de un acto de agradecimiento humilde que hasta a mí me conmovió. El capo de capos se había arrodillado.» Todos los días, sin importar nada, entre las cinco y las seis de la mañana, donde esté paga su ofrenda.No sé si a todos le pasaba lo mismo, pero a mí se me encogió