—Se dice gracias. Vamos. —negué.—Has guardia. —Me acerqué al tipo—. No hay tiempo y sé que tú solo trabajas para ellos.—Vete a la mierda.—Hacemos esto fácil o difícil. ¿Tienes familia? —El tipo con su rostro de dolor afirmó—. ¿Los tienes protegidos? ¿Te pago para que me des el lugar donde tienen a Arnold? Y tu familia no sufrirá económicamente.—¿Cómo sé que cumples?—A diferencia de tu jefe, nosotros cumplimos lo que decimos. —Le mostré el monto—. Dame una cuenta y transfiero este valor una vez me digas donde y porque tienen a Arnold.—Nikolay llamó muy enojado a Blaz y le dijo que acabara con su hijo. En mi bolsillo derecho tengo la tarjeta de la dirección donde se encuentran. Este era mi primer mes de trabajo.—Lo siento amigo, —estaba más pálido, hice la transferencia una vez me terminó de dar los números—. Transferencia realizada. —se la mostré, afirmó y murió—. Descansa en paz.—¿Y ahora?—¿Bajaron el bolso de Arnold?Ella negó. Ingresé a la habitación de Lupe, vi dos morrale
Estamos a una hora para aterrizar. Hemos visto todo lo que ha hecho Alfredo, tenemos la dirección de Blaz. Mientras los pilotos llevan este jet nosotros estamos analizando o más bien, ya dimos nuestros puntos de vista y esperamos a que Roland piense, cada cosa que está pasando.—¿Nikolay sigue en Colombia? —Lo miré, ¿a qué viene esa pregunta?—Sí. —respondió Rata.—¿Los mafiosos han enviado alguna información? —Su cabeza empezó a trabajar.—No, solo nos dijeron que todo sigue igual para el viernes en los hangares afuera de Moscú.—Sapillo, González, Medrano… ¿Te has comunicado con ellos?—No… ¿A dónde quieres llegar?Sonó los dedos de su mano izquierda contra la mesa del jet, todos estábamos a su alrededor.—Si yo ya sé que me traicionaron, alguien debió de informarle que Yuri fue baleado por el culo, yo estaría de regreso poniendo orden a mi organización, pero él sigue en Colombia… Bajo la situación de él, ¿qué haría en Colombia? —Miró al segundo al mando, luego me miró a mí.—Buscan
Llegamos en el momento que escuchamos una fuerte explosión, no hubo tiempo para nada. Solo escuchaba las órdenes de Rata, Any quedó de mandar agentes y parece que cumplió su palabra, de lejos se escuchaban las sirenas mientras que nosotros recibíamos los impacto e íbamos matando como un muro de acero, yo iba hiriendo.Rompimos filas, había como treinta hombres dándonos resistencia, Cereza peleaba con uno, le dio una patada en la pierna y al caer de rodillas le dio el tiro por uno de los ojos. Un tipo gigante se me plantó frente y me arrastró en voladas hasta una pared.Me zafé usando su impulso y quedé en su espalda con mi navaja, le hice dos cortes en los tendones de la parte de atrás de las rodillas. Apenas el tipo cayó, Rasca culo llegó a mi lado y le dio un tiro. Ellos remataban los que yo dejaba heridos.Nos chocamos de puñitos. Yo necesitaba pelear, descargar un poco la rabia, sé que Nikolay trama algo. Y no veo la hora de llamar de nuevo a Verónica para ver si ya está en el cua
—Mami. —Dante tomó mi cara—. No lole, no ma, —Enrique comenzó a darme besos en la mejilla, devolviéndome el acto que hago cuando se han caído y les doy besos mientras lloran. Me aferré a ese par de cuerpecitos, mientras el llanto seguía y seguía. Nadie dijo nada, todas me dejaron llorar. Al rato, cuando Dante y Enrique, como cosa rara, se quedaron dormidos en mis brazos. —Ven y te ayudo hija.—Gracias, papá.—Vi que hay una habitación con el nombre de Roland, Consuelo y yo tomamos una de las seis que no tiene nombre. Estos hombres piensan en todo.—Roland papá.Me quitó a Dante de los brazos. Y me aferré más al cuerpecito de Enrique, nos dirigimos al lugar. La habitación… ¡Era la de un hotel de veinte estrellas con cinco diamantes! Una cama inmensa, acostamos a los niños y les puse cobija, las habitaciones estaban frías.—Ellos deben de controlar este lugar. Se encendieron los aires acondicionados de la nada.Papá abrió las puertas, una era el baño de ensueño que tenía otra puerta,
Acabo de hacerle un tacto a Lupe, está en dilatación seis, aún faltan varias horas de vuelo.—Toma. —Patricia me extendió una bebida energizante—. Ya tienes más de treinta y seis horas despierto y no es que la has pasado bailando. —Me le quedé mirando—. No sé ni porque me molesto en estar pendiente de ti.Se dio la vuelta, la tomé de la mano halándola, la pegué a mi pecho. Estábamos en el cuarto y sin importar que Lupe nos viera, la besé, moría por hacerlo, se demoró en reaccionar, cuando intentó seguirme el beso su lengua suave y cálida rozó mi labio inferior, iba a aumentar el beso, abriendo más su boca para devorar… entonces el grito de Lupe nos alejó. Patricia estaba roja. Necesitaba hablar.—Si vas a salir con una estupidez, quédate callado.Y salió del cuarto, Lobo iba dormido, le había puesto un sedante para que descansara estas horas.—Creo que me oriné, perdón por interrumpir el beso que debiste darle hace tiempo. —sonreí, la verdad se sintió muy suave besarla.—No te orinast
—¡Comenzó el juego, ya Mueco y Zombi están con Sapillo! Rata pásale los datos a Mueco del lugar donde están mis hijos. ¡Cebolla!, dile a Yan que se mantenga cerca del aeropuerto, Nikolay será solo para él después de que yo lo torture, debe vengar la muerte de toda su familia.—Si señor.Todos estábamos arreglados, nos habíamos puesto una vez más los trajes. Ingresaríamos a Medellín a las seis de la tarde. Y se debía de abastecer de nuevo el avión, los pilotos lo harían. Lobo quedaría custodiando el avión donde estarán todas las mujeres. Tomé mi celular y le marqué a Nikolay.—Diga.—Si llegas a ponerle un dedo encima a mis hijos, yo personalmente te compro el tiquete al infierno. —Se echó a reír.—Esperaba tu llamada.—Te espero en el aeropuerto del centro de la ciudad en la que estás. —dije.—Te sorprenderás al verme con quien llegaré.—Me vale mierda, llega con mis hijos, de lo contrario vas a arrepentirte.—No podrás hacer nada, hijo por hijo. —dijo.—Mira Nikolay, no debiste ni po
—No hijo, ahora llegarán mis otros bebés y debo rezar.—¡Eha! ¡Papi!Escucharlos, descontroló mi cordura, al girar, Sapillo entraba con mis dos hijos. Mi princesa estiraba los brazos al igual que Liam y como borrego enamorado corrí hacia ellos. Ya los tenía conmigo, ya volvían a estar en mis brazos. Sus bracitos rodearon mi cuello y no sabía que estaba sin alma hasta que los tuve aferrados a mí.—Yo si dije, eran muy bonitos estos niños para ser hijos de Simón. —dijo Sapillo.—¡Te escuché gonorrea! —Nos reímos.—No lo he visto don Roland, pero gracias por eso de darnos una segunda oportunidad.—Te debo una. —Le dije.—No. Dejémoslo en que estamos a media mano, aún quedo en deuda con usted. Ahora me voy porque creo que aquí se armará Troya.—Gracias.—¡Eha! —Liam le extendía los brazos a su abuela que lo recibió y llenó de besos.—Rino, el niño tiene el labio partido.Victoria comenzó a hablar en su idioma indescifrable, solo entendí que tete, hambe y ñola pum. No quiero pensar que eso
Volví a cargar. Su hermano se había sentado a su lado sin saber qué hacer, preso del dolor y el desespero. Volví a cargar, mientras lo hacía lo dejé a un lado, comencé la reanimación manual y respiración boca a boca, esperé a que cargara y volví a darle carga a ese corazón, sus signos volvieron. Y en ese instante grité, todo me temblaba, la mano de Rasca culo acunó el rostro de su hermana.—Volviste Pato. —Me miró, su mano la puso en mi mejilla—. Gracias, hermano.—Debemos llevarla al avión, no tengo camilla. —Yo voy a buscarla—. Su hermano corrió, los tiros seguían, las peleas también, pero yo no tenía mirada más que para ella. Me acerqué.—No vuelvas a darme un susto como este. —Le di un beso, su hermano venía corriendo, los tiros estaban cesando—. No vuelvas a desobedecerme Gran culo. Regáñame e insúltame cuando estés recuperada por el apodo que acabo de darte.Llegó Gustavo, la subimos en la camilla, acomodé las cosas, cargué mi morral y entre los dos corrimos al avión.—¡Carlina!