—Más tarde me regañas.Con una navaja me liberó de los pies y de la mano derecha, mientras les daba la espalda a los gorilas, comenzó a liberarme la mano izquierda.» ¡Te cortaron un dedo!Dos cosas pasaron al tiempo, mi mujer tomó el dedo y lo guardó en el momento que yo tomaba el arma que había dejado en la mesa y con la destreza que tenemos descargué dos balas en el gorila que se había levantado apuntándole a mi mujer, luego le di otro balazo al que aún estaba tirado en el piso.—¿Qué mierda haces aquí? ¿Le dijiste a Arnold? ¿Rino? —Ella negó—. ¡Te viniste sola!Afirmó. La acerqué a mí. ¿Esta mujer que acaba de hacer? «demostrarte cuál importante eres para ella». Respondió una vocecita en mi mente. El patrón no es el único que tiene una mujer impulsiva, ahora lo entiendo.—Déjame ponerte algo en el dedo.—Debo hacerme un torniquete en la pierna. —Le temblaron las manos—. Luna.Desde que le hice el amor en los jardines de esta mansión bajo el reflejo de la luna, la luz creó un contr
Como nunca mi turno no fue nada tranquilo anoche, quiero dormir, comer uno de esos deliciosos desayunos hechos por Inés o la señora Carmela y aunque no me guste reconocerlo, verla a ella… Debo alejar ese pensamiento, pero me era imposible.Patricia tenía el culo más bello que he visto en mi vida, eso solo los había conocido con silicona, el de ella era natural, eso era solo carne. Llegué a mi casillero, al mirar mi celular noté el sinnúmero de llamadas de mucha gente. ¡Mierda! —¿Lupe se habrá complicado? Me puse las gafas que graban Llamé a Carlina.—¡Por fin contesta! —estaba histérica—. ¡Acabamos de aterrizar de un vuelo privado, no tengo cómo pagar! ¡Lobo no tiene un dedo, me dijo que tenía la costilla rota, le dieron un tiro en una pierna a la que le eche azúcar, se desmayó hace una hora y no sé qué más hacer!—Respira, dile al piloto que me mande el número de cuenta, ya le hago la trasferencia, ya paso a buscarlos. Mientras siga respirando todo saldrá bien.Ahora no era momento d
Cerré mis ojos por un segundo, la presión en mi mano por parte de Patricia me hizo mirarla.—Voy a necesitar tu ayuda Infanta. —Iba a soltar mi mano y la presioné—. Te llamo así por cariño.—No la sigas embarrando. ¿Qué necesitas?—Organicen todo, hay que bajar comida, una muda de ropa y lo necesario para los bebés, voy a bajar a Lupe primero y ya regreso por ustedes, la puerta es antibalas, ¿sabes usar un arma?—SíAfirmé. Me acerqué a la puerta de entrada y puse mi huella digital en la parte superior de la toma para encender la luz, saqué las dos armas, los cuatro cartuchos de repuesto y se los entregué.» Esto es serio, ¿cierto?—Sí, los refuerzos vienen en camino. Pero mientras llegan y sin saber dónde está Arnold, que de seguro lo capturaron, esto se pondrá feo.—¿Viene mi hermano?—Sí, y ya sabe lo que te pasó, solo me preguntó que si te había curado a lo que le dije que no. —La vi sonreír—. Después hablamos, las cuidarás a ella mientras atiendo a Lupe. ¡Arinka!—¿Señor?—¿Sabes
—Se dice gracias. Vamos. —negué.—Has guardia. —Me acerqué al tipo—. No hay tiempo y sé que tú solo trabajas para ellos.—Vete a la mierda.—Hacemos esto fácil o difícil. ¿Tienes familia? —El tipo con su rostro de dolor afirmó—. ¿Los tienes protegidos? ¿Te pago para que me des el lugar donde tienen a Arnold? Y tu familia no sufrirá económicamente.—¿Cómo sé que cumples?—A diferencia de tu jefe, nosotros cumplimos lo que decimos. —Le mostré el monto—. Dame una cuenta y transfiero este valor una vez me digas donde y porque tienen a Arnold.—Nikolay llamó muy enojado a Blaz y le dijo que acabara con su hijo. En mi bolsillo derecho tengo la tarjeta de la dirección donde se encuentran. Este era mi primer mes de trabajo.—Lo siento amigo, —estaba más pálido, hice la transferencia una vez me terminó de dar los números—. Transferencia realizada. —se la mostré, afirmó y murió—. Descansa en paz.—¿Y ahora?—¿Bajaron el bolso de Arnold?Ella negó. Ingresé a la habitación de Lupe, vi dos morrale
Estamos a una hora para aterrizar. Hemos visto todo lo que ha hecho Alfredo, tenemos la dirección de Blaz. Mientras los pilotos llevan este jet nosotros estamos analizando o más bien, ya dimos nuestros puntos de vista y esperamos a que Roland piense, cada cosa que está pasando.—¿Nikolay sigue en Colombia? —Lo miré, ¿a qué viene esa pregunta?—Sí. —respondió Rata.—¿Los mafiosos han enviado alguna información? —Su cabeza empezó a trabajar.—No, solo nos dijeron que todo sigue igual para el viernes en los hangares afuera de Moscú.—Sapillo, González, Medrano… ¿Te has comunicado con ellos?—No… ¿A dónde quieres llegar?Sonó los dedos de su mano izquierda contra la mesa del jet, todos estábamos a su alrededor.—Si yo ya sé que me traicionaron, alguien debió de informarle que Yuri fue baleado por el culo, yo estaría de regreso poniendo orden a mi organización, pero él sigue en Colombia… Bajo la situación de él, ¿qué haría en Colombia? —Miró al segundo al mando, luego me miró a mí.—Buscan
Llegamos en el momento que escuchamos una fuerte explosión, no hubo tiempo para nada. Solo escuchaba las órdenes de Rata, Any quedó de mandar agentes y parece que cumplió su palabra, de lejos se escuchaban las sirenas mientras que nosotros recibíamos los impacto e íbamos matando como un muro de acero, yo iba hiriendo.Rompimos filas, había como treinta hombres dándonos resistencia, Cereza peleaba con uno, le dio una patada en la pierna y al caer de rodillas le dio el tiro por uno de los ojos. Un tipo gigante se me plantó frente y me arrastró en voladas hasta una pared.Me zafé usando su impulso y quedé en su espalda con mi navaja, le hice dos cortes en los tendones de la parte de atrás de las rodillas. Apenas el tipo cayó, Rasca culo llegó a mi lado y le dio un tiro. Ellos remataban los que yo dejaba heridos.Nos chocamos de puñitos. Yo necesitaba pelear, descargar un poco la rabia, sé que Nikolay trama algo. Y no veo la hora de llamar de nuevo a Verónica para ver si ya está en el cua
—Mami. —Dante tomó mi cara—. No lole, no ma, —Enrique comenzó a darme besos en la mejilla, devolviéndome el acto que hago cuando se han caído y les doy besos mientras lloran. Me aferré a ese par de cuerpecitos, mientras el llanto seguía y seguía. Nadie dijo nada, todas me dejaron llorar. Al rato, cuando Dante y Enrique, como cosa rara, se quedaron dormidos en mis brazos. —Ven y te ayudo hija.—Gracias, papá.—Vi que hay una habitación con el nombre de Roland, Consuelo y yo tomamos una de las seis que no tiene nombre. Estos hombres piensan en todo.—Roland papá.Me quitó a Dante de los brazos. Y me aferré más al cuerpecito de Enrique, nos dirigimos al lugar. La habitación… ¡Era la de un hotel de veinte estrellas con cinco diamantes! Una cama inmensa, acostamos a los niños y les puse cobija, las habitaciones estaban frías.—Ellos deben de controlar este lugar. Se encendieron los aires acondicionados de la nada.Papá abrió las puertas, una era el baño de ensueño que tenía otra puerta,
Acabo de hacerle un tacto a Lupe, está en dilatación seis, aún faltan varias horas de vuelo.—Toma. —Patricia me extendió una bebida energizante—. Ya tienes más de treinta y seis horas despierto y no es que la has pasado bailando. —Me le quedé mirando—. No sé ni porque me molesto en estar pendiente de ti.Se dio la vuelta, la tomé de la mano halándola, la pegué a mi pecho. Estábamos en el cuarto y sin importar que Lupe nos viera, la besé, moría por hacerlo, se demoró en reaccionar, cuando intentó seguirme el beso su lengua suave y cálida rozó mi labio inferior, iba a aumentar el beso, abriendo más su boca para devorar… entonces el grito de Lupe nos alejó. Patricia estaba roja. Necesitaba hablar.—Si vas a salir con una estupidez, quédate callado.Y salió del cuarto, Lobo iba dormido, le había puesto un sedante para que descansara estas horas.—Creo que me oriné, perdón por interrumpir el beso que debiste darle hace tiempo. —sonreí, la verdad se sintió muy suave besarla.—No te orinast