Ha pasado una semana, ¿quién iba a pensar? Después de esta desgracia para mí, tengo la atención de Alfredo como siempre quise desde que lo conocí. El problema era que ahora no era lo mismo, yo ya no...Lupe no deja de consentirme, hasta Carlina, resultó ser una increíble chica. Ellas dos son las que me han curado y era bastante incómodo, por eso se han ganado mi respeto, no cualquiera hace lo que esas dos chicas han hecho por mí. Todo esto me pasa por IDIOTA.No tengo a nadie a quien culpar más que a mí misma. Me lo advirtieron y yo, de confiada, creyéndome la mujer maravilla. Carlina fue a acompañar a Lupe a la última cita con la ginecóloga, en un mes nacen los bebés.Me dieron retorcijones y eso significa llorar en el baño mientras hago deposición. Comencé a llorar desde antes de empezar y eso que mis comidas son líquidas, no puedo quejarme, Alfredo ha estado muy pendiente de lo que me dan de alimentación, a veces creo que sabe mucho del tema.Pero, aun así, duele mucho limpiarme, d
—¡Esta niñita me empujó!Se escuchó la primera cachetada, Patricia era una mujer fuerte, estaba enfrentada cuál gallo de pelea.—¡¿Vas a decir mentiras?! Sabes que este apartamento tiene cámaras, es solo decirle a tu novio que las mires y sabrá la verdad. —Selene se puso roja.—¡Eres una mentirosa!Va la segunda cachetada más duro que la anterior. Alfredo sonreía y miraba algo en su pequeño computador.—Selene, ¿le estás diciendo mentirosa a Patricia?—Para ti ella es una infanta, inmadura y fastidiosa. —Esto se puso incómodo, la mirada fría en Rino daba miedo.—Ella lo sabe, yo mismo se lo he dicho en varias ocasiones. Ahora vete de mi apartamento y ten por seguro que de la recepción no volverás a pasar. Lupe, Patricia vámonos a comer ese helado. —Dichos hombres eran terribles.—¡Quedaste de llevarme!—Eso fue antes de decir que era tu novio y que intentaras pegarles a mis sobrinos. Créeme, no te saco a patadas porque soy un caballero.—Pero yo soy una mujer.Ha dicho Patricia y la a
Estábamos en el cuartel, le acabábamos de contar a Gustavo lo que le pasó a su hermana, era necesario por la confianza, eso sí, le explicamos los motivos por los cuales no le dijimos, le mostramos lo que Alfredo le hizo a ese hijo de puta.Todos esperábamos que asimilara lo sucedido, era diferente que te digan lo que acaba de pasar a que te digan esto pasó y esto hicimos, se nos quedó mirando. Tomó su celular y llamó a Alfredo.—Gracias por florearle el culo a ese hijueputa, me lo advertiste, no te responsabilizo por ello. ¿Ella se defendió? —silencio—. ¿Tú la has curado? —silencio, espero que no lo haya hecho—. Eso quería oír, gracias. Ya faltan días para que estén de regreso y acá hablaré seriamente con Patricia —todos soltamos el aire cuando terminó de hablar—. ¿Quiénes vieron el video de lo que le hicieron a mi hermana?—Solo yo. —dijo Rata—. Lo borré de una, el resto solo supo y vio lo que Alfredo le hizo a ese pirobo.—Bien.Todos estábamos expectantes, Gustavo era el más metódi
—Me llevo ese piano señorita y acepto la lista de profesores de piano.—Sin duda tiene a un pianista en su casa.Verónica lo cargó llenándolo de besos. La emoción nos duró muy poco, el estruendo a un lado en el lugar donde estaban varias guitarras nos hizo mirar y al ver al terremoto de Dante y su réplica llamada Enrique que tenían en la mano la evidencia de su curiosidad.Algunos empleados corrieron a levantar las guitarras y a mirar si quedaron en buen estado, presioné el puente de mi nariz, respiré profundo, estos dos carajitos me traerán problemas. Verónica se disculpaba por ese descuido, con sus mejillas sonrojadas.Una de las trabajadoras tenía dos guitarras en las manos y vi cómo otra llegaba con un líquido para tratar de arreglar alguna raspadura.—También compro esas dos guitarras que averiaron mis hijos.—Gracias, señor.Verónica no se movió de ese lugar con los cuatro niños al pie de ella. Pagué la cuenta, les pedí que me ayudaran a subir las cosas a la camioneta. De regres
Miré a Yuri, luego a la traicionera.—Debiste quedarte fiel a nosotros, ahora van a matarte, mientras tu amiga ya va viajando a su libertad. —El rostro de la chica era de pavor. Yo estaba dando la información al cuartel—. Y Arnold, no lo encontrarás.—Sabes que voy a torturarte, y si no hablas ella morirá.—No va a morir por mí, ella se lo buscó. —dije fríamente.—¿Crees que no podemos invadir Alemania? —esta gonorrea creía que me intimidaba y lo que hace es parecer un payaso.—Hazlo.—¿Crees que no nos íbamos a enterar?—De hecho, se tardaron demasiado.—¿Dónde está el traidor de Arnold?, veo que también te compró. —entonces no saben que yo pertenezco a la organización de Roland.—A diferencia de Franka, no te diré nada, así que procede.Tomó su arma y le disparó en la pierna a la joven quien gritó, la miré sin demostrarle una pisca de remordimiento, ella se lo buscó.—Por favor Kevin…—Tú sola te lo buscaste Franka, la lealtad es sagrada.—Entonces ella no te hará hablar. —La única
Amanecer en los brazos del hombre que amas no tiene precio, la mano grande de mi Güerito reposa en mi inmensa barriga, como si ellos supieran que es su padre, se han limitado a estar quietos, donde su padre pone la mano, ellos la buscan, hace más de una hora Arnold juega con sus hijos de esa manera, besó mi cuello.—Ya despertaste Sirena.Afirmé, tomé su mano y la aferré a mi pecho. Volvió a besar mi cuello, su miembro estaba erecto presionando mi trasero, comencé a moverme.» No hagas eso, todo este tiempo no he estado con nadie y te juro que estoy haciendo mi máximo esfuerzo para no culearte en este instante. —quien iba a pensar que extrañaría su manera de hablar en estas situaciones.—Mi querido prometido, si usted hace el trabajo mientras me quede en esta posición, no hay problema, además necesito cumplir ese antojo, esa es la razón verdadera por la cual como tanto, como no tenía lo que quería comer…El gruñido de Arnold fue lo último que se escuchó en lo que restaba de madrugada,
—Más tarde me regañas.Con una navaja me liberó de los pies y de la mano derecha, mientras les daba la espalda a los gorilas, comenzó a liberarme la mano izquierda.» ¡Te cortaron un dedo!Dos cosas pasaron al tiempo, mi mujer tomó el dedo y lo guardó en el momento que yo tomaba el arma que había dejado en la mesa y con la destreza que tenemos descargué dos balas en el gorila que se había levantado apuntándole a mi mujer, luego le di otro balazo al que aún estaba tirado en el piso.—¿Qué mierda haces aquí? ¿Le dijiste a Arnold? ¿Rino? —Ella negó—. ¡Te viniste sola!Afirmó. La acerqué a mí. ¿Esta mujer que acaba de hacer? «demostrarte cuál importante eres para ella». Respondió una vocecita en mi mente. El patrón no es el único que tiene una mujer impulsiva, ahora lo entiendo.—Déjame ponerte algo en el dedo.—Debo hacerme un torniquete en la pierna. —Le temblaron las manos—. Luna.Desde que le hice el amor en los jardines de esta mansión bajo el reflejo de la luna, la luz creó un contr
Como nunca mi turno no fue nada tranquilo anoche, quiero dormir, comer uno de esos deliciosos desayunos hechos por Inés o la señora Carmela y aunque no me guste reconocerlo, verla a ella… Debo alejar ese pensamiento, pero me era imposible.Patricia tenía el culo más bello que he visto en mi vida, eso solo los había conocido con silicona, el de ella era natural, eso era solo carne. Llegué a mi casillero, al mirar mi celular noté el sinnúmero de llamadas de mucha gente. ¡Mierda! —¿Lupe se habrá complicado? Me puse las gafas que graban Llamé a Carlina.—¡Por fin contesta! —estaba histérica—. ¡Acabamos de aterrizar de un vuelo privado, no tengo cómo pagar! ¡Lobo no tiene un dedo, me dijo que tenía la costilla rota, le dieron un tiro en una pierna a la que le eche azúcar, se desmayó hace una hora y no sé qué más hacer!—Respira, dile al piloto que me mande el número de cuenta, ya le hago la trasferencia, ya paso a buscarlos. Mientras siga respirando todo saldrá bien.Ahora no era momento d