Mi despertador biológico sonó y esta bendita manía de mear a las seis de la mañana en punto, la erección matutina tampoco ayuda a ponerme boca abajo, al moverme me di cuenta de que no abrazaba a una almohada. En ese instante llegaron los recuerdos, me quedé dormido abrazando a Lupe.Abrí mis ojos y ahí estaba la Renacuaja, anoche no encendí el aire acondicionado, dormimos con el ventilador, adicional a mi erección natural de la mañana, ahora se endurecía mucho más al ver a esa sirena canela en mi cama.Ya estoy obsesionado con esta vieja, ahora quién me aguanta, terminaré haciéndome la paja. Me acerqué, huele siempre a lo mismo, una mezcla de almendra con flores, ella siempre huele a fresco, es refrescante su aroma.Salí como un resorte de la cama, hice mi primera meada del día, es muy temprano, quiero que se arregle en mi cuarto, nunca se me pasó por la cabeza que la primera mujer en dormir en esta cama, en la casa de mis hermanos e Inés, que para mí es sagrada fuera nada más y nada
Ahora comprendo eso que dicen si tienen un hijo no puedes dormir, yo tengo cuatro, ya aprendí que el trasnochar no va de la mano con atender a los hijos, después de entregarle la bata de dormir a Lupe, mi marido y yo nos devoramos el cuerpo.Eso me pasa por casarme con el rey del sexo, no podía quejarme, me encanta sentir sus manos en mi cuerpo, sus labios en mis lugares sensibles y su delicioso pene en donde desee meterlo. Era adicta a él. Pero por eso no puedo ser irresponsable y eso lo comprobamos, una vez terminamos queríamos acostarnos a dormir.Solo que eran pasaditas la cinco cuando desnudos caímos en la cama y a las seis el llanto de uno de mis hijos nos despertó, era la princesa de mi esposo. Escuchar a Roland refunfuñar por ellos me llena el corazón de alegría.Le preparó el tetero, yo se lo di a Victoria, él se metió a la cama a dormir, todo lo preparó sonámbulo. Le saqué los gases a mi princesa y no tuve fuerzas para meterla de nuevo en la cuna, la dejé en la mitad de los
No tenía sueño y eso que mañana debo madrugar para llegar a la universidad. Estoy cansada, pero no puedo dormir, no dejo de pensar en lo que dijo Arnold. El hablar con las señoras me ayudó un poco a entenderlo, al parecer soy bastante importante, solo que él tiene miedo y no quiere lastimarme, eso dijeron. Lo cierto era que me siento muy mal, siento que fui estúpida, mis padres ya duermen y yo decidí salir a despejarme un poco.—Debes acostumbrarte, el cuándo se cansa de una mujer la cambia por otra.Miré a Maya, ella ayudaba a mi mamá en la cocina de El Renacer. Era una de las muchas mujeres del güerejo.—Guadalupe, te estaba buscando. —El corazón me latió a mil, Arnold se puso a mi lado y Mirna abrió la boca—. Tú. —hizo gestos de no acordarse de algo.» No me acuerdo cómo te llamas, sé que me abriste las piernas, pero hasta ahí.Yo sentí lo que se dice pena ajena, la pobre Mirna estaba roja por la ira.» Voy a ser muy claro, vuelve a insinuar que entre Guadalupe Sánchez Hernández y
Debí de poner la peor cara, mis amigos se levantaron de la silla que hay en la isla.—Vive conmigo.—La paciente fue atacada en un acto de robo cerca de la universidad donde estudia y la están atendiendo.—¡¿En qué clínica está?!Me dieron el nombre, tomé las llaves y salí corriendo, Rata y Cebolla no tenían que preguntar, dije que vivía conmigo, ya sabían que se trataba de mi Renacuaja.—Yo conduzco. —dijo Cebolla.—A la clínica central.Las manos me temblaban, por eso no me contestaba. Vi que Rata buscaba algo en su mágica computadora, a los minutos gritó.—¡Malditos hijueputas! —Me miró—. ¿Quieres ver?Afirmé, me entregó su laptop, él había accedido a los videos alrededor de la universidad y vi cómo tres hombres emboscaron a Lupe, ella peleó, pero apenas recibió el primer golpe, la desestabilizaron, poco a poco siento cómo la sangre se me congelaba, no les van a quedar manos a esos hijueputas pirobos de mierda.—Rata ubícalos.—Ya comencé la búsqueda, ya le escribí a Roland para de
Tenía a mi Hermosa abrazada, mi mano como de costumbre aferrada a su seno, el leve llanto de Liam nos despertó.—Yo lo atiendo Cielo. Anoche, te acostaste tarde con lo que le pasó a Lupe.—No te preocupes, yo lo hago, ya debo ponerme a trabajar, tengo muchas cosas pendientes. Después de bañarlos, muy seguro no pueda ayudarte tanto. —Le di la vuelta y le mordí el pezón erecto.—No empieces algo que ya no vamos a poder terminar. —sonreí, le di la vuelta de nuevo y le mordí duro el culo—. ¡Roland! Vas a dejarme un morado.—Que solo veré yo, acabo de marcar mi propiedad.—Posesivo, acaso soy una vaca.Entre dormida se sobó la nalga. Con mi verga bien parada me resigné que ya no podía seguir jugando, pero conozco a Verónica, acabo de dejarla caliente, durante todo el día vamos a estar en un manoseo excitante.Salí de la cama, me asomé a la cuna de mis intrusos, mi bella princesa estaba rendida, ya le está saliendo el cabello y pinta a ser como el de mi mujer, y eso hace que me vuelva más p
—Patrón. Si mi niña no quiere tener nada con el güerito, o si le interesa, pero aún no se han casado, dígame el monto de toda la deuda y por cuotas se lo pagamos, no importa que me quede hasta los ochenta años pagando, si las intenciones son serias ya eso sería otro cuento.» Por ahora pago todo lo que se han gastado. Gracias, no tengo más que decirle patrón gracias por lo que hicieron por ni niña, dígale al joven que haré como él sugiere, y tenemos una conversación pendiente.—Bien, habla con tu mujer, muy seguro después del mediodía salen a San Antonio, yo te aviso, apenas mi hermana me diga que ya metieron bajo las rejas a esos tres asaltantes. —Mil gracias.Las horas pasaron, ayudé a Verónica a bañar a nuestros hijos, Daniel dijo que se demoraba un poco para traer el carro, porque Arnold le pidió algunos detallitos personales y sé que le debe de estar instalando rastreador satelital, luego dice ese Mojón que no está lleno de mierda, a sabiendas de que ya lo aplastó, todo lo habla
—Personal de seguridad y mis hermanas.No podíamos revelar el informante que era Mole, pero nuestro hombre ya sabía que el novio de la hermanita menor era un integrante de la nueva mafia.—Mis hermanas jamás me traicionarían.—Eso lo sabemos, pero la inocencia de una mujer de veinte años que se deja deslumbrar por un hombre con cierto interés en saber de tu paradero.—Roxana no tiene novio.—Si tiene Alessandro y te sugiero que te vayas de este lugar lo más pronto posible. —El italiano se frotó la cara.—Este mundo, cansa, hay momentos que deseo ser una persona normal, el dinero y el poder no sirven si no puedes disfrutarlos con tu familia, enamorarse en este medio es el puto fin de nosotros. He hablado mucho con mi esposa y la propuesta para tu patrón era que nos ayuden a desaparecer a nuestros hijos.Miré a Verónica y ella tenía los ojos humedecidos, ahora soy padre, miré a Enrique que ya estaba dormido con su chupo tan inocente, tan vulnerable, yo también estaría desesperado en hac
El güerito se puso al frente de la mesa, se cruzó de brazos mirándome a la espera de mi respuesta. Por dentro gritaba de emoción, estaba a punto de explotar.—Siempre tan lindo, ahora no puedes, pero a tu regreso podrás consentirme todo lo que quieras.—Eso es un gran avance. ¿Si te envió un regalo con Simón, lo aceptarías?—No acostumbro a devolver los regalos.—Espéralo pronto. Ahora debo irme princesa, estaré pendiente de ti. Cuídate mucho.—Tu igual. —cuando Lobo terminó la llamada Arnold me miraba con ira.—Pídele que sea algo más original con el apodo, todo el mundo dice princesa.Miles de mariposas, hormigas, micos, elefantes y todos esos animales que dicen que uno siente en estos momentos los sentí al tiempo, yo no tenía un solo animal, en mi estómago tenía el zoológico completo, mi güerito estaba muerto de celos.—Es más bonito que Renacuaja, eso sí. —Como describir la mirada de mi güerito pendejo.—¿Vas a aceptarlo? —Me encogí de hombros.—Nos estamos conociendo, esa es la b