Desayunaba en el comedor improvisado en la terraza todos los días. Roland había reprogramado su jornada laboral; salía en la madrugada, regresaba para desayunar conmigo, se encargaba de llevarme al baño las veces necesarias, me bañaba y esa era la única intimidad que compartíamos.Me gustaba, ahora se sabía cuántos lunares tenía en mi cuerpo, me ayudaba a vestir, y me dejaba en el comedor donde desayunábamos en familia con mi padre, la señora Consuelo, o con quien estuviera visitándonos. Raúl al mes pasa unos días acompañándome.Su novio era quien se encargaba de cepillarme el cabello, arreglarme las uñas y era nada más y nada menos que Manolo el primo de Roland, se ve que son familia y adora a mi suegra, ella le dio la mano cuando la familia en Valledupar le dio la espalda. Una tarde que me habían dejado a solas con Raúl le pregunté sobre su relación y me llenó de tanta tranquilidad escucharlo tan centrado.—Amiga, comprendí que soy un gay alfa, mis fracasos eran porque me buscaba ot
—Voy a…Aceleré las caricias y se entregó por completo al placer, mi mano se llenó de su abundante descarga.» Es mejor que me hagas la paja tú. Debo cambiarme de ropa quedé hecho una mierda. —Me llenó el rostro de besos—. Gracias, Vida. Me imagino que quedaste peor, voy a preguntarle a la doctora lo que puedo hacerte y que no afecte a los bebés.—No vas a preguntar nada, no te preocupes, me gustó mucho darte placer.—Lo necesitaba.Se dirigió al baño, a los minutos salió con otra ropa, me ayudó a levantar e ingresé al baño. Durante el almuerzo mi padre ponía al tanto a Roland de los pormenores de Las Alondras, en esos términos habían quedado.Como demando tiempo de mi marido, papá tomó las riendas del rancho de la señora Consuelo, quien se había instalado en nuestra casa hasta que finalizara mi embarazo, en las tardes él realizaba sondeos en El Renacer, así liberaba de carga laboral a mi esposo.La mentira que le dije ayudó a que no lo odiara de nuevo, ahora el viejo Fausto lo ve con
Las niñas dormían gracias a Guadalupe, esa chica tiene un don para los niños, pasa en su moto de un rancho al otro cada tarde después de llegar de la preparatoria.—Nos vemos mañana, señora Luisa.—Lupe ven. —La chica llegó a mi lado y le entregué el cheque, ella comenzó a negar.—Yo no lo hago por dinero, señora Moreno, amo a los niños y ustedes ya me regalaron una moto para ir más rápido a la escuela y poder repartir mi tiempo entre los dos ranchos.—Y yo solo pago un servicio.—Con lo que me paga el señor Miguel es suficiente.—Bueno, ellos te pagan por cuidar a Isaac, imagínate yo, tengo dos y créeme al paso que van serán terremoto y replica.La joven sonrió, me di cuenta de que ya no era esa niña delgada que llegó hace más de un año, ahora su cuerpo era esbelto, en la universidad será una de las chicas más asediadas.» Es nuestro pago, guárdalo para la universidad. ¡Por cierto! ¿Qué vas a estudiar?—Mi papá quiere que estudie algo en lo que pueda ayudar a los patrones, en el fond
Terminaba de pintar los cuadritos de madera en los que les puse una letra y al armar la frase dice «Felicidades, serás papá otra vez», el regalo se lo entregaría Isaac, a esta hora se encierra en el despacho, no saldrá hasta el anochecer. Estoy feliz, más que eso, me siento realizada, aunque por momentos sigo sintiéndome que estoy en un sueño.Terminé, guardé las fichas en la caja, le puse un moño. Bajé las escaleras, escuché la moto de Lupe, se la regalamos entre Luisa y yo hace un par de semanas cuando comenzó a cuidar a las gemelas y para que no tardara tanto en transporte de su escuela al rancho.—Lo siento señora Diana, ¿puedo pasar a la cocina por un vaso con agua?Estaba colorada, su piel canela se había tornado de un tono rojizo, supuse que así me ponía yo cuando Miguel lanzaba sus olímpicos comentarios subidos de tono. Literalmente Lupe estaba colorada.—Claro, ¿te pasó algo?La seguí hasta la cocina. Se tomó dos vasos con agua y luego hizo una pataleta.—¡Es un pendejo! —alc
Dejé a Verónica dormida, le tomé un par de fotos, se ve preciosa extra barrigona, después de arreglarme bajé las escaleras, don Fausto me esperaba para ir a trabajar, he de reconocer que estos cinco meses a su lado han sido gratificantes de alguna manera, cada día lo veo más como un padre.Al principio me molestaba el que mirara a mi madre como tonto enamorado, pero al ver los cambios en mi señora bonita dejé a un lado mis celos idiotas y egoístas, mi mamá ha sufrido mucho, no sabe lo que era tener un hombre a su lado que se desvivía por cuidarla, honrarla y venerarla.Si yo tengo eso con Verónica, ¿por qué mi madre no puede tener lo mismo?, y si era mi suegro mejor.—Buenos días, don Fausto—Buenos días, hijo. ¿Cómo amaneció mi hija y mis nietos?—Ella muy nerviosa y ellos haciendo festín en su vientre. —Lo vi sonreír—. Lo noto diferente, se ve feliz. —Se puso nervioso.—Parezco un jovenzuelo, Roland…Alcé mi mano, nunca me falla la intuición, él y mi madre estuvieron haciendo cosas
No deberían de asustarlo a uno, de esta manera, un doctor se acercó a mi mujer a verificar sus signos vitales mientras veía cómo la doctora sacaba a un nuevo integrante a nuestra familia, al momento que se lo entregan a la enfermera a mí me sacaban del quirófano y en el pasillo me muestran a mi cuarto hijo, a mi colado.—Bienvenido Liam Sandoval.Tocó ponerle un nombre, lo besé en la frente, me lo quitaron muy rápido, no me dejaron verlo bien. Vi cuando ingresó corriendo el oncólogo que llevaba el caso de Verónica, esta bendita zozobra me iba a dejar con una arritmia cardiaca. La enfermera me condujo hasta donde todos estaban esperando noticias.—De gracias que es una clínica pequeña y son los pacientes consentidos de la dueña, hay muchas personas para una misma paciente. —comentó malgeniada la enfermera—. Le avisaremos cuando pueda pasar a ver a sus hijos en neonatos.—Roland, ¿cómo fue todo?, ¿cómo está mi hija? Tienes sangre en la ropa.Miré a don Fausto, luego me miré y tenía la b
La carcajada de la doctora fue contagiosa, se tapó la boca para no despertar a los bebés que dormían, se habían quedado calladitos desde que los unimos, los ubicamos como creo que estaban en el vientre de Verónica,—Quiero ver a mi esposa.—Ya salió de recuperación, esta dormida, mañana te prometo que podrás verla.—Solo déjeme verla y darle un beso. Déjeme estar a su lado, los Sandoval no molestarán sino hasta las cinco de la mañana.—Con ustedes he quebrantado todas mis reglas. Veré que puedo hacer.—Doctora, me gustaría invertir en su clínica, hacerla una de las mejores en Texas con la mejor infraestructura y tecnología. —cerró los ojos y respiró profundo.—Necesitaba un inversionista. —Se tapó la boca.—Pues ya lo tiene. Y no solo uno, hasta el momento la asociación es de cuatro.—Gracias, luego hablamos de esto, ahora déjeme ver qué puedo hacer futuro socio.—Solo quiero dormir al lado de mi mujer.—Desde mañana Verónica podrá amamantar a sus hijos por quince días, lo podrá hacer
—Tranquilos, apenas salga de mis dos horas me relevará alguno.—El señor Gustavo solicitó una cita conmigo. —Se me acercó la doctora.—Es nuestro gerente financiero. —dije.—Ya acordamos ahora a las ocho.—¿Podemos utilizar el celular?Preguntó Simón, las enfermeras afirmaron, Verónica le sacó los gases a Victoria, al rato una enfermera me quitó a Dante.—Ellos pasan la mayor parte del día durmiendo, deben tener las horas de alimentación que no pasen de dos horas cada uno. Ya le traigo a su princesa mientras la madre alimenta a este galán. Son preciosos sus hijos, en verdad son unos niños de portada.—Gracias.Dije, no sé qué ha pasado con ese Roland tenebroso, mírenme ahora, la doctora Jones solicitó un suplemento vitamínico para Verónica, pidió que le instalaran una cama y pudiera estar más cómoda, la ubicarían a un lado de la habitación, por su herida era mejor mantenerla semi acostada, y no sentada.—En dos horas vendrá Gustavo y Miguel, luego Arnold y Guadalupe, para el medio día