Valentina se levantó temprano y preparó el desayuno, era la tercera mañana, y todavía no alejaba su rostro de su cabeza. De pronto se sintió estúpida por no dejar de pensar en ese chico, es que no tenía sentido, aún así seguía pensando a ese muchacho, tal vez porque no era posible olvidar lo que hizo por ella aquel día. Realmente le estaba muy agradecida.
Era sábado y por ende, ya no tenía que ir a trabajar, eso también quería decir que podría pasar tiempo con su pequeño hermano, a quien le agradaba la idea bastante. Era un chico que estaba apegado a ella, y por eso amaba la llegada los fines de semana, porque sabía que su hermana pasaría tiempo con él, de verdad le gustaba mucho que ella estuviera con él. Valentina había tenido la idea de que fueran al parque, pero esa mañana no tenía muchas ganas de salir, así que decidió quedarse en casa. Pero siempre que miraba esos ojitos hermosos de Mario, entonces estaba ya cambiando de opinión. —¿Así que quieres muchísimo ir al parque, mi niño? —cuestionó y él asintió con una enorme sonrisa en los labios. —Mucho, Tina. Quiero jugar en el parque. ¿Iremos? —inquirió con ojos de cachorrito, ella rara vez podía negarle algo, de hecho no le gustaba hacer, siempre quería complacer a su pequeño hermano. Y más si a cambio iba a mirar esos. Ojitos llenos de felicidad, él lo era todo para ella, así que asentir era lo que haría. —Por supuesto, yo también quiero salir por allí, que tú la pases bien, mi amor. Ahora, come un poco y luego iremos al parque, lo prometo —le soltó y él lo celebró en su lugar, después de eso se fue a buscar algo de ropa y la dejó sobre la cama. Ese era otro asunto que le preocupaba, ya tenía que comprar ropa, pero ahora con Mario, ella siempre se quedaba en segundo plano, lo importante era que el pequeño tuviera todo lo que necesitaba, sí él estaba bien, entonces ella también, eso era lo que realmente importaba. Eligió unos jeans desgastados, sus zapatillas Vanz y una camisa holgada. Se dio una corta ducha antes vestirse y luego de eso, se peinó, poniendo su cabello en una coleta alta. Ya estaba lista, no era el tipo de chicas que tenía que usar demasiado maquillaje para sentirse lista, ella con un poco, así se sentía bien. De pronto se sentó al borde de la cama, mientras se volvía retrospectiva, el tiempo volvía atrás solo en su cabeza, otra vez se ponía a pensar en el misterio de ese brazalete. Después de que Elena le dijera que podría ser que existiera alguna conexión, ella había estado pensando en ello, tal vez sí existía eso, pero no lo sabía, ¿y cómo podría confirmar algo así? No saber la dejaba más confundida y su corazón latía sin parar cada vez que se sumergía en ese asunto. Jamás se había puesto a pensar en algo así, ahora que Elena lo mencionó, lo había estado pensando demasiado. Y rotular demasiado en ese asunto, era algo muy profundo. Flores, rubíes, su nombre, todo en un bonito brazalete que siempre estaba en su muñeca, que no quería quitarse. ¿Por qué? Su padre. Estaba renuente a creer en la posibilidad de que ese hombre de ese día, que le había dado la pulsera, podría tratarse de su padre. Pero todo podía ser cierto, quizá fue él quien se la dio, pero no lo sabría hasta que se le fuera avalado. Se puso en pies y salió de la habitación, quería aprovechar el tiempo y el clima al máximo, así que no perdería otro segundo más en la casa y saldría con el pequeño Mario de casa, rumbo al parque. La zona estaba desolada, habían pocos niños, pocos ocupando el columpio, así que Mario pudo subir y ella empujaba del columpio, una y otra vez. Sus oídos se llenaron por la risa de su pequeño hermano, quién estaba disfrutando mucho el momento, siempre era lo mismo, le encantaba pasaba pasarla bien, era un chico bastante divertido y feliz a pesar de todo. Para dejar que también otros niños ocuparán el columpio, luego lo llevó al tobogán, una y otra vez se lanzó, pero Valentina abajo vigilante siempre porque Mario le daba un poco de miedo la caída. Lo abrazó fuerte. —Casi se hace el mediodía, ¿no crees que deberíamos ir a casa para comer? Le encantaría irse a un restaurante y comer, pero ahora tenía que hacer recortes, no podría hacer algo así, incluso si le dolía ver su carita pidiendo que lo haga. —Está bien. —Vale, podemos venir otro día y quedarnos más rato. —¿Me comprarías un helado? —le expresó y ella hizo una mueca. —¿A esta hora? No almuerzas todavía, no, Mario, pero la próxima sí. ¿Está bien? —le prometí tomando su mano y nos fuimos a casa. Poco tiempo después estaban en casa. Ella hizo pollo a la barbacoa y papas horneadas. Luego con tenedor las volvía puré, eso le encantaba a Mario. Le sirvió y comió junto a él. Siempre se comía todo. —¿Sabías que te amo, Mario? —Lo sé, y yo a ti más, gracias por la comida, Tina —le expresó sonriendo y ella asintió con la cabeza. —Bueno, sé que tu amor no se puede medir, es mucho y me encanta —expresó y le besó la frente antes llevarse los platos para lavarlos. Ese sábado tendría mucho tiempo como para hacer otras cosas con Mario. Pero la llamada de la señora del alquiler le cambió el humor. —Necesito que me pagues antes del viernes, es esa la chance que te puedo dar, pero más de eso no —le expresó a través de la llamada, otra vez volvía a llenarse de inquietud. —Señora Claudia, yo... —Lo siento, Valentina, ya es mucho tiempo, también tengo cosas que comprar, lamento no poder hacer más nada por ti —le dijo, estaba siendo sincera. Valentina suspiró hondo.Después de esa llamada se sentía demasiado preocupada al respecto, porque sabía que esa situación podría empeorar si no conseguía un empleo rápidamente, entendía perfectamente que Claudia estuviera necesitando su dinero, después de todo mucho tiempo ya había pasado desde que le pagó el último alquiler y ahora ya le estaba pidiendo que cancelara las deudas de los otros meses que todavía no había cubierto, así que se sentía pésima y entre la espada y la pared en ese instante, su pequeño Mario apareció de pronto y le tocó la pierna derecha para llamar su atención, ya que había estado bastante sumergida en todo es asunto del pago. Tenía demasiadas ganas de ponerse a llorar de la preocupación excesiva que estaba aplastando su cabeza, y llenando su mente de muchas más inquietudes, las cosas eran demasiado complicadas ni siquiera podía ir con su jefe de la cafetería y pedirle un préstamo, porque era un hombre demasiado tacaño, además había escuchado decir a otra compañera que tuvo la intenc
Maximiliano en ese momento estaba en su oficina mientras se daba cuenta de que sin su permiso, se había pedido el ingreso de la nueva persona que se encargara para limpieza de su oficina tras la ausencia de la persona anterior que estaba encargada de eso, Lucrecia había dejado su lugar. De manera que Maximiliano no quería que eso se llevara a cabo, hasta que él lo decidiera, por eso dio la orden de que la búsqueda de alguien para limpieza en su oficina se cancelara de inmediato. Eso fue justo lo que se hizo. Le molestaba bastante que se hicieran cosas sin su permiso, era eso lo que lo había pasado, por eso estaba molesto... en ese instante su amigo Félix hizo acto de presencia en el despacho, para comenzar con la lectura de un documento importante que luego de su análisis debía ser firmado por Maximiliano. —¿Puedo saber que te tiene así de enfadado? —le preguntó y él resopló. —El hecho de que se hagan cosas sin mi permiso, en ningún momento permití que se buscara alguien para sust
Él, a solas con el doctor, estaban en el consultorio. Se le explicó un poco más sobre todo, que la inseminación artificial es un tratamiento de reproducción asistida de baja complejidad. Consiste en introducir una muestra de semen, ya sea de la pareja o de donante, en el útero de la mujer. Además de que con ese procedimiento aumentan las probabilidades de embarazo con respecto a la relación sexual por varios motivos. —Señor Pimenova, La muestra de semen es procesada en el laboratorio: para seleccionar únicamente los espermatozoides móviles capaces de fecundar el óvulo. Existe un proceso de estimulación ovárica, que busca el desarrollo de varios folículos ováricos mediante una pauta de estimulación con gonadotropinas; de esta manera se controla el crecimiento y maduración de los folículos, lo que aumenta las posibilidades de embarazo. La muestra se deposita en el útero Aproximadamente en el momento en el que el ovario libera uno-dos óvulos para ser fecundados. Y Finalmente se program
—A veces pienso que tal vez la he visto y la recuerdo pero luego pienso en ese brazalete que ella tenía, quizás ahora sí lo lleve en su muñeca. Y si eso es así, entonces podré reconocerla si la miro alguna vez en la calle —llegó a la conclusión y su amigo se le quedó mirando, la verdad es que nunca lo había visto pensando tanto en un asunto, menos en uno que involucraba a una chica. —Hablas de una desconocida como si realmente fuera muy importante en tu vida, no lo comprendo aunque es posible que tú intriga sea por el hecho de que en ese momento se encontraba en un aprieto y te gustaría saber cómo está actualmente —expresó y el susodicho asintió con la cabeza, suspiró hondo. Su amigo tenía razón. —Sí, y físicamente ha de haber cambiado, es ya una mujer, supongo. Ella le mencionó ese día a Flor que no podía usar el brazalete porque su mamá no sabía que un desconocido se lo había dado y si le hablaba sobre ese accesorio a su madre se lo iba probablemente a quitar, pero creo que con e
A la mañana siguiente, ya el hombre estaba revisando el periódico, de llevó la desagradable sorpresa de ver un artículo sobre su visita a la clínica. Y las alarmas se encendieron, definitivamente no era una buena idea hacerlo. Maldijo furioso y soltó improperios mientras tiraba el papel con la mentira en primera plana sobre él. Félix ya sabía lo que estaba pasando y recogió el periódico quedando prendado a la primera página que hablaba sobre su amigo Maximiliano.—Te descuidas apenas un segundo y ya pasa esto. Solo respira hondo, porque es lo que quieren ellos, sabotear las vidas de los demás, sabes que nada de eso es cierto. Es lo importante después de todo, eh —señaló y él inspiró profundamente. Mucha, se necesitaba de mucha paciencia para no actuar con impulso ante una circunstancia así. La joven ya se encontraba de camino a su casa, cuando comenzó a pensar otra vez en el pasado y en todo lo que había vivido con su madre, la verdad es que mientras ella estuvo presente en su vida
Valentina seguía de camino a casa, poco le faltaba para llegar a la casa de Rosa, pasando a buscar a su hermano Mario que de seguro ya estaría preguntandose por ella, porque como tuvo que ir a la joyería, se estaba tardando más en regresar y había prometido que no lo pasaría buscando tan tarde, y de esa manera poder va a estar más tiempo juntos durante ese día, de todas maneras tampoco había demorado demasiado, lo importante era que tenía ahora suficiente dinero para pagar las deudas y solucionar algunos embrollos económicos, no era la solución para toda su vida pero por el momento podría darse un respiro ya que eso le ayudaría demasiado, justamente le había caído como anillo al dedo, realmente necesitaba mucho el dinero para poder estar más aliviada. Aunque... Deshacerse del brazalete le fue un poco difícil, en el fondo, ella no quería vender esa pulsera, incluso cuando se la había dado un desconocido, una persona a la que ella no le tenía cariño o admiración alguna, sin embargo la
Por otra parte, estaba la muchacha quién se había quedado en la sala junto a su pequeño hermano Mario para revisar su mochila y mirar si había alguna tarea por hacer, siempre que tenía algún pendiente de la escuela ella le ayudaba aunque habían momentos en los que no era necesario hacer eso, puesto que su hermano era un chico demasiado listo y podía hacer su tarea por sí mismo. Aún así, Valentina siempre trataba de cerciorarse de que todo estuviera en orden y así pudiera sacar una buena nota. Realmente era un buen chico y estudiante. —La maestra ha dicho que debo hacer una exposición sobre los animales invertebrados, pero yo no sé cuáles son los animales invertebrados —le expresó haciendo un puchero y su hermana le regaló una sonrisa mientras acariciaba dulcemente su coronilla. —Pero no tienes de qué preocuparte de nada, Mario, recuerda que la maestra te va a poner tarea sobre temas que no conoces, el objetivo de eso es que sepas un poco más sobre el tema y para eso vamos a investig
Ahora que miraba a Mario, podía sentir como su mamá de seguro se había sentido en ese momento, de alguna manera Mario era su pequeño, más allá de su único hermano. Lo quería como un hijo, y quería desempeñar el mejor papel posible, ahora que su madre no estaba. Solo así se sentiría realmente bien consigo misma. Creía que hasta el momento lo estaba haciendo bien, realmente ella hacía lo que podía. Quería que Mario sintiera un poco menos la ausencia de su mamá y por eso se esforzaba bastante en llenar ese vacío, a sabiendas de que por completo no lo iba a llenar, de todas maneras esforzaba bastante. Al menos así le quedaría la satisfacción de que había dado lo mejor de ella para hacerlo. Después de buscar la información, Valentina consiguió la lámina para comenzar a realizar el dibujo pero él también ayudó cuando fue el turno de pintar. Todo había quedado hermoso, a ella también le gustó mucho y estuvo alegre de ver la lámina terminada. Ya solo quedaba que Mario que aprendiera la expos