04

Después de esa llamada se sentía demasiado preocupada al respecto, porque sabía que esa situación podría empeorar si no conseguía un empleo rápidamente, entendía perfectamente que Claudia estuviera necesitando su dinero, después de todo mucho tiempo ya había pasado desde que le pagó el último alquiler y ahora ya le estaba pidiendo que cancelara las deudas de los otros meses que todavía no había cubierto, así que se sentía pésima y entre la espada y la pared en ese instante, su pequeño Mario apareció de pronto y le tocó la pierna derecha para llamar su atención, ya que había estado bastante sumergida en todo es asunto del pago.

Tenía demasiadas ganas de ponerse a llorar de la preocupación excesiva que estaba aplastando su cabeza, y llenando su mente de muchas más inquietudes, las cosas eran demasiado complicadas ni siquiera podía ir con su jefe de la cafetería y pedirle un préstamo, porque era un hombre demasiado tacaño, además había escuchado decir a otra compañera que tuvo la intención de hacerlo pero se retractó, también otra compañera de trabajo que lo hizo se lo había negado, así que también sería lo mismo con ella, por eso no perdería el tiempo en siquiera intentarlo.

Lo que tenía que hacer era encontrar ese empleo que le permitiera cubrir los gastos y sentirse de esa forma más aliviada pero hasta el momento lo único que tenía era el trabajo en esa cafetería de la que ganaba demasiado poco, las cosas no iban a mejorar sí continuaba allí nada más.

—Mario, ¿por qué no te has cambiado, eh? —señaló al verlo con la misma ropa de la salida.

—¿Estás triste? —le susurró preocupado. A valentina no le gustaba que Mario se diera cuenta de las cosas malas incluso cuando era algo que estaría presente siempre en su vida, la parte amarga... Y esas bolas curvas que el destino siempre lanzaba, pero quería que fuera feliz y no se pusiera inquieto, era algo que solo ella debía resolver.

—No, lindo. No lo estoy, ¿es que eso parece? Porque no es así —le expresó, Mario era demasiado listo, pero su buena actuación tampoco se quedaba atrás y finalmente el niño se quedaba tranquilo de saber que su hermana no estaba triste y luego Valentina lo subió sobre sus piernas para mecerlo un rato y darle cariño.

—Tina, veamos una película.

—¿Eso quieres hacer? Porque me parece una idea súper genial y también estoy planeando poder ir a la casa de Elena mi compañera de trabajo, así podrás jugar con su hija, casi tiene tu edad.

—¿Cómo se llama?

—Lena, por su madre Elena, es un nombre lindo. Y ella es una dulce niña. De seguro te agrada.

—¿A Lena le gusta jugar a las carreras? —quiso saber y ella asintió con la cabeza.

—Sí, Elena me ha dicho que su pequeña es muy divertida, por eso te puedo asegurar que le gusta jugar a las carreras —le expresó.

Tan solo con saber eso, se entusiasmó un poco más con la idea de que llegara ya ese fin de semana para jugar con la hija de Elena, la compañera de trabajo de Valentina.

—De acuerdo.

Bajó de sus pierna y avisó que iría a cambiarse. Valentina suspiró hondo, se quedó allí un rato más, sí, pensando en lo que haría para poder salir de toda esa situación.

Pero no venía nada su cabeza, la solución todavía estaba lejos de ella. Si su madre estuviera allí, las cosas fuera menos complicadas, pero lamentablemente solamente era su ausencia.

Le hacía demasiado falta.

De pronto vibró el teléfono, estaba sonando, era la llamada entrante de Elena, su compañera de trabajo, y no tardó en contestar, de seguro era algo importante, rara vez le llamaba al teléfono así que se sorprendió un poco por la repentina llamada telefónica.

—Hola, Elena.

—Valentina, espero que estés bien, te llamo para hablar sobre un empleo que podría servirte, la verdad es que me gustaría tener esa oportunidad, pero no me funcionaría a mí, así que pensé en ti y como sé que andas en busca de un trabajo, además de tu lugar en la cafetería, entonces no tardé ni un segundo en llamarte, ojalá te guste es en una compañía. Están buscando a alguien para que se encargue de la limpieza en la oficina del jefe. Es todo, pero el pago es demasiado bueno. Siendo así, no me imagino lo que ganarán las personas que tienen otros puestos importantes.

—¡Vaya! ¿Es en serio? Porque me sentía demasiado mal, hace poco me llamó la señora del alquiler y me está pidiendo el dinero dándome un plazo hasta el viernes nada más, no sé de dónde lo voy a sacar, pero esta noticia me pone muy feliz, la verdad me gustaría saber un poco más sobre eso y por supuesto que me animo.

—Vale. Te dejaré toda la información por un texto, no es sino hasta la semana que viene que pueden ir las personas interesadas para la presentación y luego le dirán si se quedan o se van.

—De acuerdo, entonces no cantaré la victoria todavía, tendré que esperar si soy o no la elegida la verdad eso me desilusiona un poco, pero lo intentaré.

—Oh no, tú piensa en positivo, porque las probabilidades de que quedes son gigantescas, eres fantástica y en presentación se te pregunta sobre ti. Yo estoy segura de que vas a poder obtener ese puesto, ya lo vas a ver —le dejó saber, para animarla un poco y la muchacha suspiró.

No sabía lo que se iba a encontrar, pero valdría la pena intentarlo. Su madre siempre le enseñó que cualquier trabajo era bueno siempre y cuando no fuera en contra de la moral y de los principios que le había inculcado como persona. Así que no tenía ningún problema en hacerlo, con tal de ganarse el dinero y así estar un poco estable.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo