[Ya traen de regreso a la señora. ] — Archer. Vincent sonrió cuando vió el mensaje de su mayordomo para después guardar su teléfono celular. Él se cruzó de brazos observando el interior del departamento de Enma. "Probablemente sea la última vez que esté aquí" "Sinceramente no pensaba venir, tampoco pensaba terminar con ella realmente" "Muchas cosas que no tenía en mente están comenzando a suceder, por ejemplo… Mi cambio de parecer con esta relación" "Mis sentimientos por Sophia…""Querer huir de ellos, querer evitar a la causante" Él se dirigió al dormitorio de Enma, viendo como habían varias cosas que le pertenecían a él y con el tiempo había ido dejando ya sea guardadas u olvidadas. Sentía que le debía a Enma, ella estuvo ahí ayudándolo cuando más necesito de ello. El tiempo había pasado, las situaciones habían cambiado, especial
11: 30 pm. Enma finalmente logró salirse de la fiesta y rápidamente llegó a su departamento. Estaba emocionada por qué su amigo Raynold Lorens le había llamado informando que todo había salido bien con Charlie y tenían algo que podía ayudarla. Sin embargo, Raynold no quería darle las fotografías sin más, él esperaba "un buen servicio" a cambio y por supuesto Enma estaba totalmente dispuesta a dárselo.La joven actríz estaba segura de que está vez Vincent terminaría con Sophia y ella sería la siguiente en casarse con ese apuesto CEO y en su mente, sería la última mujer en la vida de él. Por supuesto, esa era solo su manera de pensar y ver las cosas. La amplia sonrisa en su rostro no podía ser borrada mientras ella tarareaba una canción saliendo del ascensor. Su novio estaría esperando en el departamento y ella pensaba pasar una alocada noche con él. Ya tenía un
*****•••••*****•••••*****•••••*****>>> Sophia:Él no me había dado una respuesta. No sabía por qué él reaccionaba así, ni por qué me buscaba tan pronto como había llegado. Era más de la media noche y estaba muy molesta antes de acostarme a dormir creyendo que él se quedaría con esa mujer hasta el día siguiente. Quería decirle muchas cosas, pero es curioso como en ese momento las palabras desaparecieron. Mi mente estaba en blanco, todo lo que quería era sentir el calor y el tacto de ese hombre del que me había enamorado locamente. Mientras sus fuertes brazos se aferraban a mi cuerpo, mis manos se movieron a su cabeza apoyándose una a cada extremo, hice que él me volviera a ver. Esos hermosos ojos verdes se posaron en los míos. Entonces una inquietud invadió mi pecho, no quería preguntar que había hecho, ni que había sucedido, no quería saber los
Mis caderas y mis piernas moviéndose lentamente mientras él tenía su rostro posado entre mi entrepierna degustando de mi intimidad. Yo disfrutaba el placer, ese que él me estaba provocando, causando que me sintiera cautiva de la pasión que desbordaba en todo mi cuerpo dándome una electrizante y acalorada sensación embriagante que me recorría de pies a cabeza. Dejé escapar un largo gemido, yo quería verle. — Vinci ~ Bésame por favor ~ Le dirigí hacía mi y lo besé, una y otra vez, su boca, sus mejillas, su mandíbula, su cuello, nuevamente me posé en sus finos labios. Mis brazos lo rodearon y fue así como nuestros resbalosos cuerpos se enredaron deleitándose del calor del otro, me moví hasta quedar encima de él. Vincent sonrió al ver qué era yo la que estaba viéndolo hacia abajo ahora. Me deslizaba lentamente de sus labios a su cuello y de el a su clavícula, continúe bajando mi
— Creo que tengo curiosidad. — Confesó Vincent apartándose de su esposa, de modo que quedó sentado al lado de ella. — ¿Crees que la tienes? ¿Por qué tendrías curiosidad de ir a mí veterinaria? — Por que te casaste conmigo por proteger la empresa de tu padre y esa veterinaria, eso lo tengo claro. — ¡Eso fue al comienzo! — Exclamó Sophia volviendo a ver a su esposo seriamente. — ¡Ahora es distinto! ¡Ahora tengo sentimientos por ti y no pienso dejarte! Él sonrió. Una pequeña sonrisa curvó las comisuras de sus finos labios. — Con mucha más razón, quiero ir. Ella exhaló. — ¡Esta bien! Pero no vengas vestido así, te verías muy presumido, utiliza ropa un poco más sencilla y cómoda, de lo contrario mis amigas se sentirán presionadas con tu aura y no trabajarán bien, son mujeres buenas y humildes. — Esta ropa es cómoda. — Respondió él tajante.
Esa mañana en la veterinaria Happy Animals. Sophia ingresó a su oficina y seguidamente lo hizo su esposo, Vincent Taylor. — Les has agradado mucho a las chicas, aunque exageraron un poco con eso de jamás haber estado cerca de alguien tan adinerado y conocido. — Reía Sophia mientras se dirigía a su asiento tras el escritorio. Vincent paseaba su mirada por los alrededores, era una oficina pequeña, bastante sencilla y muy ordenada. Sophia revisaba las cuentas como frecuentemente lo hacía cada que llegaba antes de comenzar a ocuparse de su trabajo práctico. Por otro lado, su esposo se sentó en una de las dos sillas frente al escritorio de Sophia, viendo con atención su alrededor. Él se preguntaba cuántas veces ese hombre (Charlie Jones) y su esposa habían estado intimando en ese lugar. Una horrible sensación le quemaba en su interior. Él sabía a qué se debía.
No pudo evitar sentir el desgarrador dolor que el impacto de esa simple negativa ocasionó en su corazón. Las palabras no salieron de su boca y ni siquiera logró hacerle una pregunta más a su esposo, ella desvío la mirada. No quería verse afectada y mucho mejor vulnerable. No quería "quebrarse" y llorar ante él. ¿Pero como lo lograría? ¡Por supuesto que estaba alterada! ¡Por su puesto que ella tuvo una ligera esperanza! Pensó que el cambio extraño de ese hombre sería algo positivo para ella y significaba el avance de su esfuerzo. Al menos eso quería creer su enamorado corazón con todas sus fuerzas. Sophia había dirigido su mirada a la puerta y continúo su camino sin decir más nada. Quería salir de ahí. No quería estar en su oficina encerrada un minuto más con ese hombre o creía que no lograría resistir y no solo iba
El señor mayor ingresó por la puerta del salón con amplias ventanas de cristal por las que se filtraba la claridad veraniega de ese hermoso día. — Un placer conocerlo, señor Frederick Taylor. — Decía amablemente Charlie acercándose al imponente hombre rubio de ojos dorados y extendiendo su mano. — Así que tú eres el señor Charlie Jones, veterinario y ex novio de mi nuera Sophia Williams. — Dijo el hombre mayor estrechando la mano de quién estaba frente a él. — El mismo, señor. — Sonrió Charlie. Frederick Taylor se sentó en un sofá individual unos cuantos metros frente donde se dirigió Charlie a sentarse. — Así que, ¿Cuál es la información importante que tienes e involucra a mi amado hijo y su esposa? Charlie suspiró, dudó por unos segundos de si decirle o no al respecto; pero había hecho todo ese viaje para ello, no decirlo haría que todo fuera una perdida de tiempo. — Su h