Esa mañana en la veterinaria Happy Animals. Sophia ingresó a su oficina y seguidamente lo hizo su esposo, Vincent Taylor. — Les has agradado mucho a las chicas, aunque exageraron un poco con eso de jamás haber estado cerca de alguien tan adinerado y conocido. — Reía Sophia mientras se dirigía a su asiento tras el escritorio. Vincent paseaba su mirada por los alrededores, era una oficina pequeña, bastante sencilla y muy ordenada. Sophia revisaba las cuentas como frecuentemente lo hacía cada que llegaba antes de comenzar a ocuparse de su trabajo práctico. Por otro lado, su esposo se sentó en una de las dos sillas frente al escritorio de Sophia, viendo con atención su alrededor. Él se preguntaba cuántas veces ese hombre (Charlie Jones) y su esposa habían estado intimando en ese lugar. Una horrible sensación le quemaba en su interior. Él sabía a qué se debía.
No pudo evitar sentir el desgarrador dolor que el impacto de esa simple negativa ocasionó en su corazón. Las palabras no salieron de su boca y ni siquiera logró hacerle una pregunta más a su esposo, ella desvío la mirada. No quería verse afectada y mucho mejor vulnerable. No quería "quebrarse" y llorar ante él. ¿Pero como lo lograría? ¡Por supuesto que estaba alterada! ¡Por su puesto que ella tuvo una ligera esperanza! Pensó que el cambio extraño de ese hombre sería algo positivo para ella y significaba el avance de su esfuerzo. Al menos eso quería creer su enamorado corazón con todas sus fuerzas. Sophia había dirigido su mirada a la puerta y continúo su camino sin decir más nada. Quería salir de ahí. No quería estar en su oficina encerrada un minuto más con ese hombre o creía que no lograría resistir y no solo iba
El señor mayor ingresó por la puerta del salón con amplias ventanas de cristal por las que se filtraba la claridad veraniega de ese hermoso día. — Un placer conocerlo, señor Frederick Taylor. — Decía amablemente Charlie acercándose al imponente hombre rubio de ojos dorados y extendiendo su mano. — Así que tú eres el señor Charlie Jones, veterinario y ex novio de mi nuera Sophia Williams. — Dijo el hombre mayor estrechando la mano de quién estaba frente a él. — El mismo, señor. — Sonrió Charlie. Frederick Taylor se sentó en un sofá individual unos cuantos metros frente donde se dirigió Charlie a sentarse. — Así que, ¿Cuál es la información importante que tienes e involucra a mi amado hijo y su esposa? Charlie suspiró, dudó por unos segundos de si decirle o no al respecto; pero había hecho todo ese viaje para ello, no decirlo haría que todo fuera una perdida de tiempo. — Su h
"Así que este chico está dispuesto a todo por los sentimientos que tiene hacia mi nuera, Sophia Williams" Pensó el hombre mayor, padre de Vincent. — Es poco creíble que hagas esto sin esperar nada a cambio, ni dinero o algún beneficio extra; pero investigaré a ese hombre supuestamente llamado "Ray" que es cercano a Enma. Por el momento necesito que sigas fingiendo que todo sigue igual y estés del lado de ellos, déjame tu contacto, te hablaré cuando sepa algo al respecto. Charlie sonrió mientras asentía. — Lo haré, le agradezco señor Frederick Taylor. Él sentía ese choque de emociones en lo profundo de su ser, una parte de él estaba arrepentida por ayudar en la relación de Sophia, ya que no debía impulsar si no más bien hundir ese matrimonio; otra solo quería lo mejor para su amada. ¡Él amaba locamente a Sophia Williams! ¿Por qué ayudar en su matrimonio? Sería
Sophia desvío su mirada hacía la ventanilla a su lado. — No es que haya aprendido de cocina de la noche a la mañana, verás, cuando estaba en la universidad no tenía ningún novio oficial, de ves en cuando salía con algún chico pero algo pasajero y casual, cuando tenía tiempo libre prefería dedicarme a mis pasatiempos, uno de ellos era cocinar, tome varios cursos. Vincent sonrió. Ella nunca antes le había contado tan abiertamente de su pasado y él inevitablemente sintió curiosidad por saber más de esa mujer que tanto le gustaba. — Has dicho que ese es "uno de tus pasatiempos" se puede saber ¿Cuáles son los otros? — Me gusta ejercitarme y correr en la playa, me gusta la natación y disfruto mucho de la música. — Respondió ella casi de inmediato, volviendo a ver a su esposo para ver qué reacción tendría él. — Oh, bueno, tiene sentido he sabido que has usado bastante el gimnasio en la mansión y
Vincent alejó sus labios de los de su esposa. — ¿No estás cocinando? — Preguntó él viendo a Sophia tan relajada en el baño. Ella de pronto se sorprendió. — ¡Oh Dios si! ¡Rayos! Iré a ver. — Contestó ella saliendo rápido del cuarto de baño. Vincent sonrió y se dirigió a su dormitorio para terminar de vestirse. …..Poco más de cuarenta minutos después. Sophia había terminado de preparar la cena y fue a tomar un baño.Cuando salió ella pensó que tendría que utilizar la misma ropa que llevaba puesta, ya que hace horas atrás en la veterinaria, ella fue tan rápido detrás de su esposo que no le dió tiempo de cambiarse su traje de trabajo por el casual que había utilizado esa mañana. Cuando Sophia ingresó al espacioso dormitorio se encontró con que en la cama había un hermoso vestido corto, volado y rojo, tal como a ella le gustaban, así mismo ropa inter
"No podía asimilarlo""Lo primero que vino a mí mente fue que se trataba de una broma, una de muy mal gusto" "Pero…""Él no parecía estar mintiendo y mucho menos bromeando al respecto""Tenía esa expresión directa y honesta en su rostro, esa que ya le conocía de un mes, esa que había visto día tras día, noche tras noche""¡Un momento!""¿Eso significa que realmente él me ama?""¿Me ama a mí?""¿Por qué lo hace? ¿Desde hace cuanto lo hace? ¿Cómo comenzó? ¿Realmente está seguro de lo que siente?"Cientos de preguntas y pensamientos comenzaron a surgir en la mente de Sophia Williams y fue en ese momento que ella se volví un lío de emociones. — ¿Hace… Hace cuanto me amas? — Preguntó ella titubeante. Él sonrió. Le dedicó una dulce y cariñosa sonrisa que causó un estremecer en todo el cuerpo de la hermosa Sophia Wi
Vincent sonrió animado ante la clara insinuación de su esposa. Él le rodeó con sus brazos por la delgada cintura de esa bella mujer castaña. — ¿Vienes a la tina conmigo? — Preguntó coquetamente. Sophia asintió dándole una mirada llena de complicidad y deseo. — ¡Me encantaría! …..Varios minutos después, ambos estaban metidos en la amplia tina como Dios les trajo al mundo. Sophia estaba sentada en el regazo de su marido con una pierna a cada lado bajo el agua, ella pasaba sus manos por la cabellera de él jugando infantilmente con el cabello rizado de su marido que se había vuelto semi liso por el agua. — Vinci~ Antes dejaste en claro que no querías hijos conmigo cuando compraste tus preservativos y las pastillas anticonceptivas para mí. Él se sorprendió, no esperaba que ella sacara ese tema de pronto. — Sí, es verdad, no quiero hijo