"Así que este chico está dispuesto a todo por los sentimientos que tiene hacia mi nuera, Sophia Williams" Pensó el hombre mayor, padre de Vincent. — Es poco creíble que hagas esto sin esperar nada a cambio, ni dinero o algún beneficio extra; pero investigaré a ese hombre supuestamente llamado "Ray" que es cercano a Enma. Por el momento necesito que sigas fingiendo que todo sigue igual y estés del lado de ellos, déjame tu contacto, te hablaré cuando sepa algo al respecto. Charlie sonrió mientras asentía. — Lo haré, le agradezco señor Frederick Taylor. Él sentía ese choque de emociones en lo profundo de su ser, una parte de él estaba arrepentida por ayudar en la relación de Sophia, ya que no debía impulsar si no más bien hundir ese matrimonio; otra solo quería lo mejor para su amada. ¡Él amaba locamente a Sophia Williams! ¿Por qué ayudar en su matrimonio? Sería
Sophia desvío su mirada hacía la ventanilla a su lado. — No es que haya aprendido de cocina de la noche a la mañana, verás, cuando estaba en la universidad no tenía ningún novio oficial, de ves en cuando salía con algún chico pero algo pasajero y casual, cuando tenía tiempo libre prefería dedicarme a mis pasatiempos, uno de ellos era cocinar, tome varios cursos. Vincent sonrió. Ella nunca antes le había contado tan abiertamente de su pasado y él inevitablemente sintió curiosidad por saber más de esa mujer que tanto le gustaba. — Has dicho que ese es "uno de tus pasatiempos" se puede saber ¿Cuáles son los otros? — Me gusta ejercitarme y correr en la playa, me gusta la natación y disfruto mucho de la música. — Respondió ella casi de inmediato, volviendo a ver a su esposo para ver qué reacción tendría él. — Oh, bueno, tiene sentido he sabido que has usado bastante el gimnasio en la mansión y
Vincent alejó sus labios de los de su esposa. — ¿No estás cocinando? — Preguntó él viendo a Sophia tan relajada en el baño. Ella de pronto se sorprendió. — ¡Oh Dios si! ¡Rayos! Iré a ver. — Contestó ella saliendo rápido del cuarto de baño. Vincent sonrió y se dirigió a su dormitorio para terminar de vestirse. …..Poco más de cuarenta minutos después. Sophia había terminado de preparar la cena y fue a tomar un baño.Cuando salió ella pensó que tendría que utilizar la misma ropa que llevaba puesta, ya que hace horas atrás en la veterinaria, ella fue tan rápido detrás de su esposo que no le dió tiempo de cambiarse su traje de trabajo por el casual que había utilizado esa mañana. Cuando Sophia ingresó al espacioso dormitorio se encontró con que en la cama había un hermoso vestido corto, volado y rojo, tal como a ella le gustaban, así mismo ropa inter
"No podía asimilarlo""Lo primero que vino a mí mente fue que se trataba de una broma, una de muy mal gusto" "Pero…""Él no parecía estar mintiendo y mucho menos bromeando al respecto""Tenía esa expresión directa y honesta en su rostro, esa que ya le conocía de un mes, esa que había visto día tras día, noche tras noche""¡Un momento!""¿Eso significa que realmente él me ama?""¿Me ama a mí?""¿Por qué lo hace? ¿Desde hace cuanto lo hace? ¿Cómo comenzó? ¿Realmente está seguro de lo que siente?"Cientos de preguntas y pensamientos comenzaron a surgir en la mente de Sophia Williams y fue en ese momento que ella se volví un lío de emociones. — ¿Hace… Hace cuanto me amas? — Preguntó ella titubeante. Él sonrió. Le dedicó una dulce y cariñosa sonrisa que causó un estremecer en todo el cuerpo de la hermosa Sophia Wi
Vincent sonrió animado ante la clara insinuación de su esposa. Él le rodeó con sus brazos por la delgada cintura de esa bella mujer castaña. — ¿Vienes a la tina conmigo? — Preguntó coquetamente. Sophia asintió dándole una mirada llena de complicidad y deseo. — ¡Me encantaría! …..Varios minutos después, ambos estaban metidos en la amplia tina como Dios les trajo al mundo. Sophia estaba sentada en el regazo de su marido con una pierna a cada lado bajo el agua, ella pasaba sus manos por la cabellera de él jugando infantilmente con el cabello rizado de su marido que se había vuelto semi liso por el agua. — Vinci~ Antes dejaste en claro que no querías hijos conmigo cuando compraste tus preservativos y las pastillas anticonceptivas para mí. Él se sorprendió, no esperaba que ella sacara ese tema de pronto. — Sí, es verdad, no quiero hijo
Los hermosos ojos de un tono verde limón de Caroline Clark volvieron a ver a sus alrededores diligente, asegurándose de que nadie se encontraba merodeando o caminando por el pasillo en el que se encontraban. — Ahora si, vamos al salón cercano Sophia. — Sugirió la mujer rubia a su mejor amiga. Sophia asintió siguiéndola. Cuando Sophia aún seguía soltera y se veía con su amiga en la mansión de sus padres, siempre elegían un salón de estar de la segunda planta en la mansión de los Williams, el mismo tenía un decoración bastante artística con cuadros en todas sus paredes de excelentes pintores.El salón contaba con un amplio balcón que se extendía por todo lo largo de el y a ambas chicas les encantaba la vista al jardín del sector este que tenía a su disposición, con un bello lago a distancia. Algo que el veterinario Charlie Jones sabía a la perfección, pues en más de una ocasiones estuvo en dicho lugar junt
Sophia Williams decidió ocultar la verdad por el momento y continuar con la fiesta de su hermana menor como si nada hubiera sucedido. Entrada la madrugada la fiesta finalizó y ella se quedó junto a su esposo en su antigua habitación de la mansión. Vincent estaba sentado en la enorme cama bostezando, mientras torpemente se quitaba su traje. Sophia quien recién había salido del cuarto de baño con una bata cómoda de color roja, veía a su marido y le pareció bastante adorable, ella se dirigió al otro sector de la cama, subiéndose a la misma y quedando sentada detrás de su marido ella colocó sus manos en la espalda de él masajeando suavemente la misma. Vincent volvió a ver hacia atrás, su mirada verde se encontró con la de su amada y él sonrió. — ¿Ahora sí estás interesada en darme atención? — Preguntó él reclamando en un infantil tono. Sophia se sorprendió. — ¿Ahora sí? ¿De que
Ese mismo día en la mansión de Vincent durante horas de la noche. Sophia Williams se preocupó por qué su marido aún no bajaba para cenar con ella. — ¿Que tanto está haciendo Vinci? — Preguntó ella al mayordomo, Archer. Sin embargo, el hombre mayor negó lentamente con su cabeza y una seria e inexpresiva expresión. — Lo siento señora, no puedo decirle nada. Archer tenía la rotunda orden de no hablar nada al respecto con Sophia de lo que recién había sucedido. — Debería continuar la cena sola, es importante que se alimente bien, no creo que el señor baje aún. Sophia tuvo un mal presentimiento, una vez más… — ¡No lo haré! — Exclamó ella cruzándose de brazos mientras seguía sentada frente a la mesa comedor. — No voy a probar bocado alguno hasta que él baje y si no lo hace en una hora, yo misma subiré y le exigiré respuestas, él ha estado actuando de manera extrañ