Madison
Y esas palabras hacen que me congele por un momento, sus ojos oscuros me miran de esa manera extraña, mi cuerpo quiere lanzarse encima de él, rodearlo por el cuello y luego besarle hasta que mi aire se agote. Pero recuerdo que sigue siendo mi jefe y que su intención de irse de su propia fiesta es absurda, solo soy una empleada de tantas en su empresa.
Me suelto de su agarre, intento controlar esas sensaciones que provoca hacer cosas que no debo.
―Claro que tiene importancia, como soy una empleada de tantas en su empresa, es obvio que debe de temer por la información que pueda salir de mi boca…―intento retroceder para marcar distancia entre los dos, él me mira detenidamente y con ambas cejas levantadas por lo que he dicho, después se pasa ambas manos por su rostro, como si estuviese frustrado.
―Sube al auto. ―se gira impaciente y me señala el asiento trasero de l
MadisonEstoy esperando a que diga lo que tengo que hacer. Pero él se queda en silencio absoluto, ¿Podría haberse arrepentido de haberme pedido ayuda? Vaya, Madison, debe de pensar que quizás no funcione contigo.―Tienes que saber cosas de mí, que solamente la familia sabe, si estamos comprometidos, quiere decir que es por algo, es por amor, y si es por amor, tienes que saber cosas de mí y así el sabrá que esto es real.―…pero no será real. ―digo.―Ante él y el mundo lo serás.―…solo durante una semana. ―replico.―Si, solo durante la semana. Sé que puedo convencerlo de que no es necesario que tenga que cumplir sus costumbres, una de esas es buscar una esposa entre sus aliados. ―abro mis ojos un poco más al escucharlo.― ¿Aun a sus recién treinta cinco años pueden buscarle una espo
KarimCamino de un lado a otro, miro de nuevo el reloj, son las tres de la madrugada, de nuevo ese ataque de ansiedad por la pesadilla, ¿Cuándo será el día que podré dormir tranquilo? Me paseo de nuevo, tengo la in tención de ir caminar o ir al gimnasio a correr, pero sé que, si lo hago, no estaré el cien por ciento para el día de mañana en las compras. Me dejo caer en mi sillón frente a la gran ventana que abarca de pared a pared y de suelo a techo. Miro hacia el gran jardín, que está iluminado por unas lámparas al ras del césped. Intento distraerme...y entonces escucho ruido. Me vuelvo hacia la puerta de mi habitación, otra vez otro ruido. Entonces camino hasta la puerta, la abro y me asomo por el gran pasillo, veo una sombra, entonces me alerto. El corazón se me acelera, ¿Han burlado mi seguridad? voy hacia mi cama y d
MadisonEs una Madison que no reconozco, tiemblo a sus caricias, tiemblo como una gelatina cuando sus manos comienzan a retirar mis dos piezas de seda con toda delicadeza y tiempo, la respiración de ambos es agitada. La habitación está iluminada solamente por la luz de la luna que entra a través del gran ventanal de su habitación. ¿Madison estás segura de lo que pasará a continuación? Algo en mi grita eufórica: “¡Si, muy segura!” Estoy en medio de su cama, su silueta alta e imponente me muestra a un hombre con un fuego y pasión desbordada, un hombre cargado de deseo. Sus manos con delicadeza comienzan a acariciar mis pies, luego el empeine.―Karim…por favor…―suplico, estoy a punto de carbonizarme en cualquier momento. Él sonríe de una manera que casi me quita el aliento.―Juego…previo, Madison. ―se reinc
KarimMis manos recorren la piel exquisita de Madison, sensaciones nuevas crecen en mí, sensaciones que se aferran en mi interior. Los labios entreabiertos de ella, su cabello regado sobre mis almohadas, su piel erizada, los ruidos que hace son ahora…música para mis oídos. La palabra que nunca había dicho en mi vida simplemente había salido sin más:“Habibi”Por primera vez había experimentado esto, entregarme a alguien. Algo me abruma en mi pecho, no puedo descifrarlo, es frustrante y al mismo tiempo…un tipo de euforia.Estamos bañados en sudor, la habitación tiene un olor único, un olor que jamás voy a olvidar, un olor que quedará impregnado en mi piel o quizás hasta en mi alma, quien sabe por cuánto tiempo. ¿Qué es lo que me está pasando? No lo sé. Lo qué sí
Karim―Gracias, actúa normal. ―cuelgo. Miro los ojos marrones de Madison, noto nerviosismo, mi mano busca la suya donde tiene puesto la gran piedra del anillo de compromiso.―No estamos preparados. ―susurra ella.―Siempre estamos preparados, solo sigue el hilo. Ven, comencemos a servir la comida, muero de hambre. ―dejo un beso en su frente antes de esquivarla y entrar de nuevo a la cocina, abro el refrigerador en busca de la botella de vino que puse a enfriar, Madison busca los platos.Se escucha desactivarse la alarma principal, luego escucho pasos a lo lejos.― ¿Y ahora que necesitas, Josef? ―imito irritación.―Soy tu padre. ―escucho la voz de él. Cierro la puerta del frigorífico y sonrío. Pero no miro a Madison en la cocina, miro a todos lados y entonces sale del almacén con unos tapetes de mimbre, recuerdo el regalo de mi madre cuando recién adquir&iac
KarimTenemos costumbres, pero mi padre parece ser que aquí para él no aplican. Desde joven había acatado cada costumbre y regla, pero después de mudarme, uno tenía que adaptarse, así que conservo unas, mi padre tiene que presidir la mesa, pero él se ha negado, quiere que se le trate como un invitado más.―Está exquisito, salud para tus manos, señorita Green.―Gracias, señor Farah.―Quita el señor, me haces sentir viejo. Además, serás de la familia…he visto el gran anillo.―Oh…sí. ―Madison mira en mi dirección nerviosa.Alcanzo a agarrar su mano.―El anillo de compromiso de mi abuela. Madre de mi padre…―Si. Anillo que ha pasado en generaciones. ―mi padre se queda en absoluto silencio. Mira de nuevo el anillo. ―Tu abuela se negó entregárselo a tu madre,
MadisonPresiono el botón del elevador, las puertas se cierran frente a mí, mientras sube, reviso mi atuendo gris oscuro, mi camisa blanca de cuello alto, mis tacones de aguja, luego el brillo del anillo de compromiso llama mi atención. Estoy a punto de quitarlo pensando detenidamente que no es necesario usarlo en el trabajo, solo debemos de hacerlo delante de su padre, entonces decido retirarlo. Lo guardo en mi bolsa de mano, mi mente se concentra en los números que van subiendo, finalmente llego a presidencia, empiezo la rutina como la asistente personal. Mientras reviso los pendientes, mi mirada se pierde en lo que ha pasado entre Karim y yo. ¿Cómo puedo seguir cuando me hace temblar con su presencia? Ahora que he estado en su cama y su aroma se ha impregnado en mi piel, ¿Cómo voy a seguir? Con solo recordar sus besos, sus caricias, sus manos recorriendo mi piel, me hace removerme de mi
Madison“Mi mundo” esas palabras se repiten desde esta mañana, miro el reloj nuevamente y solo ha transcurrido un minuto desde que lo vi por ultima vez. Repaso el momento, mis piernas habían tenido dificultad para levantarse, Karim había tenido que romper el momento al escuchar una llamada entrante en su línea privada. No sé como pude estar de pie sin tropezar o caer por lo gelatinosa que había quedado.― ¿Señorita Green? ―escucho a la señora Anderson gritarme desde su escritorio.Salgo de mis pensamientos y presto atención a la mujer que ha mantenido su línea muy estrictamente laboral entre las dos.― ¿Si, señora Anderson? ―arquea una ceja mientras sostiene el teléfono en su oreja del lado derecho.―La señora Clark pide que baje a lobby inmediatamente.―No puedo bajar sin antes…―la se&nti