Karim
Josef me entrega un arma, me había puesto el chaleco antibalas antes de subir al auto, Giorgia estaba aterrorizada por lo que estaba sucediendo, le he prometido que regresaría con su hermana, a salvo. Madison había encendido el móvil, así es como Josef y el equipo de seguridad ha dado con su ubicación. La puerta de mi lado se abre, mi sorpresa es cuando veo a Farid.
—¿Qué es lo que haces aquí? —me hace señas de que me recorra para tomar lugar. Niego.
—Voy a cubrir tu espalda. —niego otra vez.
—No vas a ir, ¿Sabes lo que va a pasar si tu padre se entera? —pregunto en un tono duro.
—Que estoy ayudando a un amigo, qué me ha puesto a disposición toda la seguridad posible hasta las personas más peligrosas están en el auto gris. —me vuelvo a ver, y efectivamente hay u
Sophie sabía lo que debía de hacer, quitar toda pieza que le estorbara, que le estorbara a su hijo, Karim. Había decidido limpiar su imagen, necesitaba recuperar el terreno que se le había arrebatado. No se quedaría atrás, solo siendo un recuerdo en la vida de él.Había hecho las cosas mal. Lo sabía, no era tonta. ¿Pero qué más podía hacer? No quería a Madison para su hijo, pensaba que era poca cosa, qué no había motivado a Karim a ser importante, a ser grande para que quedara al lado de alguien que no estaba a su nivel.Sophie miraba a Madison temblar del miedo, la tenía donde la quería, donde su plan estaba trazado a la perfección. Sabía con seguridad que Karim aun estaba en la empresa, que había confirmado con la persona que tenía en la seguridad de su hijo.—Me aburres. Vamos a terminar con ello, teng
Un año después—Jamás había siquiera pensando en unir mi vida a una persona, pero desde que llegaste aquel día a mi empresa, con esos hermosos que me cautivaron, sentí que había alguien para mi y llenó de esperanza e ilusión, alguien con quien caminaría el camino llamado vida, a tu lado he aprendido a superar poco a poco esos miedos, esos ataques de ansiedad, he aprendido a entregar todo de mi sin esperar nada a cambio, he aprendido que...cuando te enojas, aquí mismo se aparece una pequeña línea, —mi dedo índice señala esa línea en su frente, ella hace un gran intento para no romperse en llanto. —Qué cuando te propones algo, se que lo lograrás, con o sin mi ayuda, qué tu corazón es demasiado grande y que siento que no lo merezco, pero el ver como me miras en este momento y en otros
Tres años después...Madison miró de nuevo esa prueba de embarazo. Cerró los ojos pensando que quizás estaba viendo mal. No quería ilusionarse. Ya había pasado tres años desde que se habían casado, tenían un gran departamento, con una bella vista al lago, y un negocio que crecía como la espuma, tenían casi todo.Solo faltaban los hijos.Madison abrió los ojos y confirmó sus sospechas:Estaba embarazada.Tenía un gran apetito por los cereales llenos de pasas, cuando antes se negaba siquiera a comprarlos, su ropa ya no le quedaba, sus pechos estaban creciendo aún más, Karim le había dicho que la notaba más llenita y eso le encantaba.—Estoy embarazada. —se dijo a si misma. Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.Intentó tranquilizarse y
Madison― ¿Ya la enviaste? ―mi hermana Giorgia vuelve a preguntar, suelto un suspiro de cansancio.―Si, por sexta vez, si, Giorgia. Deja de ponerme más nerviosa de lo que ya estoy. ―Mi hermana tuerce los labios en desaprobación. Hace una semana había llegado a vivir con mi hermana aquí a Toronto, Canadá. Había ejercido presión cuándo no había encontrado trabajo en España en mi viaje de "encontrarme conmigo misma", tanta que había llamado para informarme que tenía que entregar el departamento en dos días, ya que el vuelo salía al día siguiente. Sé qué le preocupa qué esté sola, ¿Pero por qué no me da un voto de confianza? Sé qué si encontraba trabajo antes, podría demostrárselo, pero no. Finalmente había cedido, también una de las razones por las
Madison― ¿Documentos? Giorgia, apenas me han llamado y yo...―el auto se detiene en un semáforo, su rostro gira como la chica esta del exorcista lentamente hacia mí.―Yo los tengo preparados en una carpeta en el sillón de atrás―sonrío al ver qué es rápida y ella está en todo...―Gracias―encuentro la carpeta y la bolsa negra, comienzo a hojear los papeles, mientras se parquea en el estacionamiento asignado. Mira el reloj y me hace señas de que baje rápido.―Tienes cinco minutos para subir por el elevador principal, tienes que bajar en el piso 45, ahí se encuentra Kelly Anderson, debe de estarte esperando en este momento, odia la impuntualidad...Giorgia está demasiado ansiosa, me acomoda el traje y se humedece el dedo para pasarme un dedo por mi ceja, le hago señas de que no lo haga, es como si me dejara frente a la escuel
Madison Levanto mis manos para agarrar por completo mi cabello y atarlo en lo alto de mi cabeza, mis ojos leen detenidamente la carpeta que tengo sobre mi regazo. ¡Madre mía! ¡Con razón nadie le dura en el puesto de asistente! Son exigencias ridículas, pero...el sueldo es bastante bueno, un sueldo demasiado más que bueno, podría decir que están al nivel. ¿Y tú lo estarás Madison? Termino de colocar mi cabello castaño en un moño desbaratado en lo alto, levanto la carpeta, levanto mis piernas y hago un hueco con ellas, en medio meto la gruesa carpeta y comienzo a hojear, estoy que me parto de risa: "No discutir con el señor Burj."― ¡Por favor!―alzo mis manos al cielo― ¡Es lo que se me da mejor!―regreso la mirada a la carpeta, puedo entender varias, pero otras...son estúpidas. "Estar a las 6 am, puntual en la silla frent
MadisonCuatro de la mañana, había terminado de aprenderme todo. Cabeceaba de un lado a otro frente al reloj, tenía media hora para dormir. La alarma me hace brincar de mi lugar, me limpio la baba que ha caído sin darme cuenta, miro alrededor, no hay luz aún, me levanto, comienzo alistarme, doy un gran sorbo a mi café bien cargado, luego empiezo a maquillarme, miro de reojo la hora, tengo exactamente quince minutos para pedir un taxi y llegar a tiempo a la empresa. Me visto, estoy en shock:― ¿Es una broma?―el traje ejecutivo es algo largo y una talla extra de la normal. Comienzo a mirarme de pies a cabeza. El traje es azul oscuro, blusa blanca de botones hasta el cuello, es manga larga, falda tipo lápiz hasta la mitad de mi abdomen, y el largo...―Me quiero morir...―está debajo de la rodilla. Los zapatos son los únicos que me gustan. Tacón de aguja y el color es
Madison―Puedes tomar tu hora de desayuno a las ocho, tienes quince minutos, después de terminar, necesito que organices una junta con todos los jefes de los departamentos a las tres de la tarde.Estoy a punto de contestar, pero solo hago un movimiento de cabeza. Me ordena que me retire. Al salir, juro que puedo respirar, suelto el aire bruscamente, después me encamino hasta mi nuevo escritorio, veo que nadie ha llegado aún. Las puertas del elevador se abren y es la señora Anderson. Al verme se sorprende. ¿Qué? ¿Pensó que no vendría por la carpeta que me entregó ayer? ¿Cree que huiré asustada por la carga de trabajo? No conoce aún a Madison Green.―Buenos días, señorita Green. ¿Tiene todo en... orden?―dice este último mirando hacia el pasillo que lleva a la presidencia.―Buenos días, señora And