Karim
Tenemos costumbres, pero mi padre parece ser que aquí para él no aplican. Desde joven había acatado cada costumbre y regla, pero después de mudarme, uno tenía que adaptarse, así que conservo unas, mi padre tiene que presidir la mesa, pero él se ha negado, quiere que se le trate como un invitado más.
―Está exquisito, salud para tus manos, señorita Green.
―Gracias, señor Farah.
―Quita el señor, me haces sentir viejo. Además, serás de la familia…he visto el gran anillo.
―Oh…sí. ―Madison mira en mi dirección nerviosa.
Alcanzo a agarrar su mano.
―El anillo de compromiso de mi abuela. Madre de mi padre…
―Si. Anillo que ha pasado en generaciones. ―mi padre se queda en absoluto silencio. Mira de nuevo el anillo. ―Tu abuela se negó entregárselo a tu madre,
MadisonPresiono el botón del elevador, las puertas se cierran frente a mí, mientras sube, reviso mi atuendo gris oscuro, mi camisa blanca de cuello alto, mis tacones de aguja, luego el brillo del anillo de compromiso llama mi atención. Estoy a punto de quitarlo pensando detenidamente que no es necesario usarlo en el trabajo, solo debemos de hacerlo delante de su padre, entonces decido retirarlo. Lo guardo en mi bolsa de mano, mi mente se concentra en los números que van subiendo, finalmente llego a presidencia, empiezo la rutina como la asistente personal. Mientras reviso los pendientes, mi mirada se pierde en lo que ha pasado entre Karim y yo. ¿Cómo puedo seguir cuando me hace temblar con su presencia? Ahora que he estado en su cama y su aroma se ha impregnado en mi piel, ¿Cómo voy a seguir? Con solo recordar sus besos, sus caricias, sus manos recorriendo mi piel, me hace removerme de mi
Madison“Mi mundo” esas palabras se repiten desde esta mañana, miro el reloj nuevamente y solo ha transcurrido un minuto desde que lo vi por ultima vez. Repaso el momento, mis piernas habían tenido dificultad para levantarse, Karim había tenido que romper el momento al escuchar una llamada entrante en su línea privada. No sé como pude estar de pie sin tropezar o caer por lo gelatinosa que había quedado.― ¿Señorita Green? ―escucho a la señora Anderson gritarme desde su escritorio.Salgo de mis pensamientos y presto atención a la mujer que ha mantenido su línea muy estrictamente laboral entre las dos.― ¿Si, señora Anderson? ―arquea una ceja mientras sostiene el teléfono en su oreja del lado derecho.―La señora Clark pide que baje a lobby inmediatamente.―No puedo bajar sin antes…―la se&nti
Madison¿Qué? ¿Acaso a dicho que…? ¿Está de broma?―Ah, ¿Quieres “Tú” que me case contigo en un mes? ―Karim asiente confirmando mis palabras. ― ¿Estás…tomando medicamento y no me has dicho? ―veo frustración en su rostro.―Habibi…―levanto la mano interrumpiendo sus próximas palabras.―Quedamos que solo sería una semana y era fingir ser tu prometida, Karim, ¿Ahora quieres… que me case contigo? En lugar de terminar de tajo esto, está empeorando.― ¿Casarte conmigo es lo peor de esta situación? ―sus ojos muestran sorpresa.―Espera, lo que has dicho suena mal, no es lo que quise decir…―Pero lo dijiste…―susurra.―Mira, esto realmente se está saliendo de nuestras manos. Tienes que terminarlo, Karim. No puedo casarme contigo solo para
KarimMiro a Madison ansiosa por que la toque, pero quiero y necesito saber una respuesta. Sus pechos están expuestos frente a mí, todo es tan real y excitante. Creo que no se ha dado cuenta que me tiene embrujado en cuerpo y alma. ¿Cómo todo ha sucedido tan rápido? Llevo poco tiempo de conocerla y tratarla…y me vuelve loco. Recuerdo aquellas palabras que le había comentado cuando la puse contra la pared, “Eres un peligro”, el hormigueo que me provoca cuando la tengo cerca, mi cuerpo es como un imán con su cercanía, quiero tocarla, hacerla mía una y otra vez.―Sé mi esposa…Madison Green. ―ella sigue con esos ojos marrones abiertos de par en par, muda, su respiración es inestable, puedo sentir levemente un temblor de su cuerpo. Suelto mi agarre lentamente, ella sigue en el mismo lugar por su cuenta, sin tener que tenerla con mi mano en su
MadisonEl frío me hace removerme en busca de algo para cubrirme, mi cuerpo está en trance, en una nube de relajación, mis ojos apenas puedo abrirlos, no recuerdo en que momento me he quedado dormida, el frío se hace presenta erizando mi piel, mi mano comienza a buscar algo con que cubrir mi desnudez, algo me cubre haciendo que me alerte. Abro mis ojos por completo y estoy abrazando a Karim.― ¿Tienes frío? ―pregunta, se inclina y acomoda su americana sobre mi cuerpo. Asiento, pero entonces reacciono, miro alrededor y me doy cuenta de que es la oficina. Los grandes ventanales me muestran los edificios vecinos mostrando sus luces, el cielo aun está oscuro, me reincorporo acomodando la americana para no mostrar mi desnudez ante Karim, el pudor está en su gloria.― ¿Qué hora es? ―pregunto alertada, mi hermana debe de estar histérica.―Son las nueve de
MadisonMi hermana da otro sorbo a su taza de café frío, llevo una hora hablando con ella, le he contado todo lo que ha pasado con Karim, la propuesta de matrimonio hasta el día de hoy antes de llegar al departamento.― ¿Entonces? ―dice finalmente después de su silencio.―No lo haré. No aceptaré su propuesta, Giorgia.― ¿Sabes que el amor a primera vista existe? ―arrugo mi entrecejo, niego. Me retiro mis zapatos y me subo al sillón, me hago bolita y me cubro con la frazada tejida de nuestra madre.―No creo que Karim se haya enamorado de mi a primera vista, creo que solo quiere cumplir el sueño de su padre y por presión a sí mismo, se haya fijado en mi para hacerlo realidad. ¿En mí? ¡Por favor! No soy de esas mujeres modelos que tienen medidas perfectas, no soy de mundo, no sé de arte, ni de política.
KarimMadison está dormida, estamos boca abajo sobre la gran cama, está desnuda, la sábana le cubre hasta su trasero. Tiene los labios entreabiertos y…está roncando.—¿Habibi? —acaricio su cabeza, mi sonrisa se expande recordando sus palabras anteriores, acomodo el mechón largo que atraviesa su rostro, entiendo entonces que ahora que quería hablar de todo…no sucederá por el momento. Me levanto, busco mi pijama y descalzo bajo a la cocina. Miro la hora en el reloj de pared a un lado del frigorífico, son las dos de la madrugada. Abro la puerta y busco algo de tomar, veo un botellón de cristal con jugo de arándano. Doy un trago largo y decido subir a la cama. El corazón baila de un lado hacia otro, teniendo la esperanza de que ella me diga que sí.—Habibi…—susurro y niego con una sonrisa. El sue&ntild
Karim—¿Entonces? ¿Ha dicho algo a tu propuesta? —termino de masticar mi comida. Mi padre me observa detenidamente curioso, ansioso y algo…esperanzado.—Dijo que no. —corto un pedazo de carne.—¿Así nada más? —asiento cuando llevo comida a mi boca, puedo ver ansiedad pura. —Debe de creer que lo haces solo para complacerme. Tu madre ha pasado esa línea, ¿Cómo puede ir a amenazarla y chantajearla para alejarse de ti? —me tenso el solo recordar lo que ha hecho. Es imperdonable.Doy un sorbo a mi copa de agua.—Lo que hizo mi madre no lo voy a dejar así, sé que no la detiene el que la haya vetado de mi empresa, ni que Madison y su hermana se negaran aceptar el dinero, sé que irá más allá…—Tienes que proteger a Madison y a su hermana, tu madre es