DOMINIC
Por donde sea que mis ojos pasen por el cuerpo de mi hija, veo su frágil y blanca piel lastimada; donde se aprecian varios moretones en sus brazos, al igual que en sus piernas. Sus mejillas tienen un leve color verde, que advierte que hace días fue golpeada en ese lugar. Alrededor de su cuello tiene varias marcas y, sus labios están partidos.
Cierro los ojos y la alzo en mis brazos. Después de varios días, Loren accedió a traerla conmigo; a cambio de cumplir sus fantasías en la noche. Ya veré como me las arreglo para no tener que acostarme con ella.
La sangre me hierve de ver a mi hija en el estado en que se encuentra. No tenía ningún tipo de conocimiento de los maltratos hacia la niña. Y de haberlo sabido, la hubiera peleado hace años.
— Lo siento, mi amor — la pego contra mi pecho, y todo por dentro se deshace —. No dejaré que esa mujer te haga más daño.
— Mami me quiere — susurra, su sua
Quito la máscara de mi boca una vez ya tengo restablecida la respiración. Dejo un beso en la frente de June y desabotono el primer botón de mi camisa. Aún siento los pulmones algo maltratados por la inhalación del gas.— ¿Quieres que nos hagamos cargo de ellos? — pregunta Maximiliano y niego.— No, de ellos me encargo yo — miro el rostro de mi pequeña y más rabia se acumula en mi corazón —. Les agradezco, pero esto es algo que debo acabar yo.— Tienes razón, y no hay porqué; para eso esta la familia, hermano — Remi golpea mi hombro y sonrío —. Eso sí, no dejes rastro de ellos.— No planeo hacerlo — murmuro.No comentamos más nada, por la presencia de June. Pero en sus rostros vislumbré la rabia que mostraron, al ver con atención los golpes de la ni&n
DOMINICLa sensación que siento dentro de mi pecho es algo que no puedo describir con ninguna palabra. Ya me había resignado a perderla y nunca más tenerla a mi lado. Verla atravesar la puerta y correr a mis brazos, confesar y decir que me ama; es lo mejor que he sentido en toda mi vida. Sofia es esencial para seguir en esta patética existencia, pero a su lado; toda esa amargura y soledad, se ha acabado del todo. Ella me hace sentir que ahora sí soy completamente feliz.Sin embargo, no puedo olvidar de un momento a otro lo que Loren y Eric han hecho. Para ser completamente feliz; debo acabar con esos dos repugnantes seres, que han marcado y perjudicado a mi hija. Camila lleva más de treinta minutos revisando a June en su pequeño consultorio, y su demora; me advierte que algo no anda bien.— Esa mujer merece pudrirse en el infierno — murmura Sofia, sosteniendo mi mano con fuerza &mdash
— No hemos llegado tarde ¿verdad? — Remi entró con Maxi y Emily irrumpiendo en la bodega —. Al parecer no. Llegamos justo a tiempo para ver el inicio del show.— Blaze, no sabemos qué tipo de armas te gustan, así que trajimos varias — dijo, Maximiliano — Muchachos.Varios hombres entran tras ellos con varios maletines en sus manos; los dejan sobre una gran mesa y las abren sacando todo de su interior por nosotros.— Bueno, no hagas esperar a los invitados — cada uno se sienta en una silla, Sofia me sonríe y toma su lugar junto a ellos.Miro cada arma sobre la mesa; algunas son desconocidas para mí, e incluso no sé ni la mitad de los nombres de cada una de ellas, pero no importa. Lo que vale es la utilidad que les voy a dar en sus asquerosas pieles.— Traje esto también — Emily se acerca con una peque&ntil
Miro su cuerpo detenidamente; sus pies están bien asegurados contra la mesa, al igual que sus piernas y muslos. Una correa ajusta su cintura y su vientre para que no pueda moverse. Sus brazos están asegurados con varias correas, y sus manos están abiertas con cada dedo bien separado uno del otro. Su cabeza está afianzada por un aparato metálico, uno qué también rodea su cuello.— Es una lástima, que una basura hija de perra, vaya hacer presencia en el averno — digo, acariciando su rostro —. No debería existir ningún tipo de lugar para putas como tú.Sus ojos están reventados mirándome fijamente. Sonrío y camino por alrededor de la mesa. Toco el cuchillo que aún está clavado en su piel, y jadea cuando lo saco.— Blaze, acaba con ella de una vez; no la hagas sufrir — volteo mi cabeza hacia Eric, y sonr&iacu
— ¿Por qué no me dijiste antes, mi amor? — susurro en su oído.— Apenas si llegaste y no tuve la oportunidad. Quería que te enteraras de otra manera y no de esta. Además, que me afectó mucho lo de June; el corazón quema de pensar todo ese sufrimiento que vivió junto a ellos.— Pero ya esta con nosotros, princesa. Estará bien, ¿te importa si vive en nuestra casa.— Me preocupan sus traumas. Ella sufrió mucho — se enderezó y luego de limpiar su boca con un pedazo de papel qué saco del bolsillo de su chaqueta, se giró —. Amor, puedes llevarla, es tú casa. No debes de preguntarme a mí.— Claro que sí, mi reina. Ahora todo lo mío es tuyo — negó con una sonrisa.— Vayamos con calma, cariño — asiento —. Anda, ve. A&ua
SOFIASabía desde un principio que sería cruel con ella. Lo vi en sus ojos, por primera vez vi el odio contra Loren. Quizás he subestimado y creído que Dominc era un hombre con trastornos y locura grave. Pero me ha quedado clarísimo, lo cuerdo e inteligente que es. Traté de soportar lo que más pude, pero fue demasiado para mí. Es la primera vez que veo como asesinan de la manera más despiadada, pero bien merecida a una persona; si es que se se puede llamar así a esa desgraciada. Merecía eso e incluso más sufrimiento. Un hielo bajó por toda mi espina dorsal al ver como el ácido quemó todo su interior. Sus gritos y su llanto era atroz y desgarrador, ese sí es el infierno en vida. Sin embargo, mereció cada una de las torturas de Dominic.— Srta, Sofia, que bueno es verla por aquí nuevamente ¿le preparo algo de comer o de to
Me encanta como reacciona ante mis toques. Envuelvo su miembro en mi mano y empiezo a moverla de abajo y hacia arriba, el agua hace que se deslice con gran facilidad y pueda mantener un buen ritmo al movimiento de la muñeca.— Eres una pequeña demonía, Sofia — jadea, me electrocuto con el toque ronco de su voz cuando está excitado —. Te gusta tentarme, y estoy perdiendo la cabeza; por no hacerte mía como se debe — se gira y no me da tiempo a reaccionar a nada, pues ya me tiene acorralada contra los azulejos —. Quiero hacértelo aquí, en nuestra cama, en el despacho y por cada rincón de nuestra casa. Que tus gritos y gemidos sean lo único que se escuchen en el silencio. Así de mal me tienes, y más sin embargo me gusta. Me gusta que seas la mujer que me llevará más a la locura, y al tiempo; demostrar lo cuerdo que estoy — me encara y más me
— Abuela, recuerdas que te había hablado de Dominic, mi novio y el padre de mi bebé — asiente. Es como si fuera a pedir permiso para quedarme en casa de algún amigo, cómo cuando estaba en la escuela.— Lo recuerdo muy bien, pero no mencionaste que era tu novio.— Bueno, abuela. Creí que lo supondrías — estrechó los ojos y sonreí —. Sabes que esta casa es algo pequeña, y ahora que Dominic ha vuelto, iremos a su casa. Solo por un tiempo, abuela ¿Sí?.— No quiero ser grosera ni mucho menos desagradecida, pero quiero irme a mi casa. Me siento muy incómoda estar en un lugar que no conozco, y siendo una intrusa en la vida de estas personas.— ¿Quién le ha dicho que es una intrusa? — entra Dominic sin tocar. Mi abuela lo mira por unos segundos, y luego me da una mirada que no comprendo &md