— No hemos llegado tarde ¿verdad? — Remi entró con Maxi y Emily irrumpiendo en la bodega —. Al parecer no. Llegamos justo a tiempo para ver el inicio del show.
— Blaze, no sabemos qué tipo de armas te gustan, así que trajimos varias — dijo, Maximiliano — Muchachos.Varios hombres entran tras ellos con varios maletines en sus manos; los dejan sobre una gran mesa y las abren sacando todo de su interior por nosotros.— Bueno, no hagas esperar a los invitados — cada uno se sienta en una silla, Sofia me sonríe y toma su lugar junto a ellos.Miro cada arma sobre la mesa; algunas son desconocidas para mí, e incluso no sé ni la mitad de los nombres de cada una de ellas, pero no importa. Lo que vale es la utilidad que les voy a dar en sus asquerosas pieles.— Traje esto también — Emily se acerca con una peque&ntilMiro su cuerpo detenidamente; sus pies están bien asegurados contra la mesa, al igual que sus piernas y muslos. Una correa ajusta su cintura y su vientre para que no pueda moverse. Sus brazos están asegurados con varias correas, y sus manos están abiertas con cada dedo bien separado uno del otro. Su cabeza está afianzada por un aparato metálico, uno qué también rodea su cuello.— Es una lástima, que una basura hija de perra, vaya hacer presencia en el averno — digo, acariciando su rostro —. No debería existir ningún tipo de lugar para putas como tú.Sus ojos están reventados mirándome fijamente. Sonrío y camino por alrededor de la mesa. Toco el cuchillo que aún está clavado en su piel, y jadea cuando lo saco.— Blaze, acaba con ella de una vez; no la hagas sufrir — volteo mi cabeza hacia Eric, y sonr&iacu
— ¿Por qué no me dijiste antes, mi amor? — susurro en su oído.— Apenas si llegaste y no tuve la oportunidad. Quería que te enteraras de otra manera y no de esta. Además, que me afectó mucho lo de June; el corazón quema de pensar todo ese sufrimiento que vivió junto a ellos.— Pero ya esta con nosotros, princesa. Estará bien, ¿te importa si vive en nuestra casa.— Me preocupan sus traumas. Ella sufrió mucho — se enderezó y luego de limpiar su boca con un pedazo de papel qué saco del bolsillo de su chaqueta, se giró —. Amor, puedes llevarla, es tú casa. No debes de preguntarme a mí.— Claro que sí, mi reina. Ahora todo lo mío es tuyo — negó con una sonrisa.— Vayamos con calma, cariño — asiento —. Anda, ve. A&ua
SOFIASabía desde un principio que sería cruel con ella. Lo vi en sus ojos, por primera vez vi el odio contra Loren. Quizás he subestimado y creído que Dominc era un hombre con trastornos y locura grave. Pero me ha quedado clarísimo, lo cuerdo e inteligente que es. Traté de soportar lo que más pude, pero fue demasiado para mí. Es la primera vez que veo como asesinan de la manera más despiadada, pero bien merecida a una persona; si es que se se puede llamar así a esa desgraciada. Merecía eso e incluso más sufrimiento. Un hielo bajó por toda mi espina dorsal al ver como el ácido quemó todo su interior. Sus gritos y su llanto era atroz y desgarrador, ese sí es el infierno en vida. Sin embargo, mereció cada una de las torturas de Dominic.— Srta, Sofia, que bueno es verla por aquí nuevamente ¿le preparo algo de comer o de to
Me encanta como reacciona ante mis toques. Envuelvo su miembro en mi mano y empiezo a moverla de abajo y hacia arriba, el agua hace que se deslice con gran facilidad y pueda mantener un buen ritmo al movimiento de la muñeca.— Eres una pequeña demonía, Sofia — jadea, me electrocuto con el toque ronco de su voz cuando está excitado —. Te gusta tentarme, y estoy perdiendo la cabeza; por no hacerte mía como se debe — se gira y no me da tiempo a reaccionar a nada, pues ya me tiene acorralada contra los azulejos —. Quiero hacértelo aquí, en nuestra cama, en el despacho y por cada rincón de nuestra casa. Que tus gritos y gemidos sean lo único que se escuchen en el silencio. Así de mal me tienes, y más sin embargo me gusta. Me gusta que seas la mujer que me llevará más a la locura, y al tiempo; demostrar lo cuerdo que estoy — me encara y más me
— Abuela, recuerdas que te había hablado de Dominic, mi novio y el padre de mi bebé — asiente. Es como si fuera a pedir permiso para quedarme en casa de algún amigo, cómo cuando estaba en la escuela.— Lo recuerdo muy bien, pero no mencionaste que era tu novio.— Bueno, abuela. Creí que lo supondrías — estrechó los ojos y sonreí —. Sabes que esta casa es algo pequeña, y ahora que Dominic ha vuelto, iremos a su casa. Solo por un tiempo, abuela ¿Sí?.— No quiero ser grosera ni mucho menos desagradecida, pero quiero irme a mi casa. Me siento muy incómoda estar en un lugar que no conozco, y siendo una intrusa en la vida de estas personas.— ¿Quién le ha dicho que es una intrusa? — entra Dominic sin tocar. Mi abuela lo mira por unos segundos, y luego me da una mirada que no comprendo &md
En el momento que su pequeño cuerpo dejó de temblar, sus brazos rodearon con fuerza parte de mi cintura. Sus manos se aferraron a mi cuerpo, mientras su respiración agitada se calmaba de a poco. Nos tomará un largo proceso ayudar con esos traumas que han marcado la vida de un ángel, la cual no tuvo culpa de haber nacido de un ser tan despreciable, cómo lo era esa mujer. Todo parece irreal, siquiera me había dado cuenta que Dominic estaba con nosotras en la habitación. Solo quería que la pequeña sintiera esa confianza por primera en vez en su vida.Una madre es tan necesaria en la vida de un hijo. Desafortunadamente, por azares del destino no pude contar con el cariño de la mía. Pero mi abuela es esa madre que sin importar qué, siempre nos brindó ese amor, nos dió lo mejor de sí para que en la vida no nos hiciera falta nada; incluso a costa de su propia salud.
DOMINICPor más que la abrace contra mi pecho, sus lágrimas y sus gritos siguen echándole ácido en este odio que siento por dentro. Cada suplica quiebra mis huesos en miles de pedazos. Tiembla en mis brazos, provocando que todo mi ser se erice. El sufrimiento de mi hija es algo que no puedo arrancar de sus más recónditas memorias. De mis manos se escapa ese poder de lograr que olvide para siempre todas las huellas que están marcadas en su piel y en su corazón. No puedo contener las lágrimas y término llorando sobre sus cabellos. Un dulce susurro más una cálida mano me atrapa y me lleva a esa paz, la cuál solo me brinda ella.— Shhhh, todo está bien — susurró, acariciando el dorso de mi mano y la espalda de June —. Duerme y no llores, cierra tus ojos que un ángel cuida de ti. Sonríe y no llores, deja que el alma brille con
SOFIACada día es peor que el anterior, cada noche se vuelve a reproducir el mismo escenario lleno de dolor y ansiedad. Esto está siendo mucho más difícil de lo que creí. Tres meses en los cuáles han sido una verdadera pesadilla. Aunque June a mostrado un poco de avance en sus citas con la psicóloga, aún queda mucho daño que resarcir. Sus pesadillas la atacan justo en la cúspide de la noche, cuándo se supone que un niño deba tener una dulce noche. Cada noche le canto y le arrullo hasta que sus sueños queden en plena tranquilidad, pero los míos quedan esparcidos en la habitación. Llevo tiempo sin dormir correctamente, y a causa de ello he enfermado un poco. Aunque tuve un leve sangrado hace unos días, gracias a Dios no le sucedió nada al bebé. Ahora debo aguardar reposo mientras Dominic trata de hacer lo humanamente posible por controlar la situac