En el momento que su pequeño cuerpo dejó de temblar, sus brazos rodearon con fuerza parte de mi cintura. Sus manos se aferraron a mi cuerpo, mientras su respiración agitada se calmaba de a poco. Nos tomará un largo proceso ayudar con esos traumas que han marcado la vida de un ángel, la cual no tuvo culpa de haber nacido de un ser tan despreciable, cómo lo era esa mujer. Todo parece irreal, siquiera me había dado cuenta que Dominic estaba con nosotras en la habitación. Solo quería que la pequeña sintiera esa confianza por primera en vez en su vida.
Una madre es tan necesaria en la vida de un hijo. Desafortunadamente, por azares del destino no pude contar con el cariño de la mía. Pero mi abuela es esa madre que sin importar qué, siempre nos brindó ese amor, nos dió lo mejor de sí para que en la vida no nos hiciera falta nada; incluso a costa de su propia salud.DOMINICPor más que la abrace contra mi pecho, sus lágrimas y sus gritos siguen echándole ácido en este odio que siento por dentro. Cada suplica quiebra mis huesos en miles de pedazos. Tiembla en mis brazos, provocando que todo mi ser se erice. El sufrimiento de mi hija es algo que no puedo arrancar de sus más recónditas memorias. De mis manos se escapa ese poder de lograr que olvide para siempre todas las huellas que están marcadas en su piel y en su corazón. No puedo contener las lágrimas y término llorando sobre sus cabellos. Un dulce susurro más una cálida mano me atrapa y me lleva a esa paz, la cuál solo me brinda ella.— Shhhh, todo está bien — susurró, acariciando el dorso de mi mano y la espalda de June —. Duerme y no llores, cierra tus ojos que un ángel cuida de ti. Sonríe y no llores, deja que el alma brille con
SOFIACada día es peor que el anterior, cada noche se vuelve a reproducir el mismo escenario lleno de dolor y ansiedad. Esto está siendo mucho más difícil de lo que creí. Tres meses en los cuáles han sido una verdadera pesadilla. Aunque June a mostrado un poco de avance en sus citas con la psicóloga, aún queda mucho daño que resarcir. Sus pesadillas la atacan justo en la cúspide de la noche, cuándo se supone que un niño deba tener una dulce noche. Cada noche le canto y le arrullo hasta que sus sueños queden en plena tranquilidad, pero los míos quedan esparcidos en la habitación. Llevo tiempo sin dormir correctamente, y a causa de ello he enfermado un poco. Aunque tuve un leve sangrado hace unos días, gracias a Dios no le sucedió nada al bebé. Ahora debo aguardar reposo mientras Dominic trata de hacer lo humanamente posible por controlar la situac
Verlo partir por voluntad propia fue lo más duro y feliz que he podido experimentar en todo este tiempo. El doctor ha estado muy al pendiente de su seguimiento y del tratamiento adecuado que debe seguir; me ha dicho en varias ocaciones qué su comportamiento aunque ha mejorado, aveces muestra arranques de ira, lo qué, mayor parte del tiempo: lo mantienen sedado o bajo diferentes tipos de juegos de mesa, dónde pueda descargar un poco la frustración y el encierro. No me ha dejado hablar con él, y eso es lo que más me está matando. Ha sido dos largos meses, en el cual extraño todo de él. En pocos días tengo la ecografía para conocer el sexo del bebé, y me da algo de tristeza saber qué no estará tomando mi mano cómo en las primeras.June, ha estado algo callada por la inesperada desaparición de su padre, pero he tratado de hacerle entender que pronto volver&
DOMINICLa mejor decisión fue haber venido a este lugar. Al principio me negaba por tres razones muy importantes para mí. Por ellas mismas, hoy me encuentro acá; salvándome de mí mismo. No voy a negar que estar lejos de ellas, me hace dar cierta punzada en el corazón. Sofia está sola; embarazada y con mi hija a cargo. Mi princesa, contemplo la foto que me ha facilitado el doctor, y me culpo por haberme dejado llevar por la ira; sin embargo, es algo que no podía controlar. Ahora con las intensas terapias, he aprendido a manejar mis emociones un poco más. Su vientre está mucho más grande que la última vez que la vi. Sus ojos muestran demasiado cansancio, y su hermosa sonrisa sigue estando ahí. Por otro lado, está mi otra princesa; en sus labios se muestra una sonrisa que llega a sus ojos, los mismos que brillan de emoción, mientras sus mejillas han ganado carne. Est&aa
SOFIAObservo las calles lluviosas de la ciudad, mientras vamos con June y la abuela hacia la clínica para realizarme la ecografía. El frío que siento en los huesos, está penetrando mi corazón. Un temblor me recorre el cuerpo de pensar el día de volver a tenerlo acá conmigo. June toma mi mano fuertemente, y las bellas palabras que me ha dicho un par de días atrás, han quedado grabadas en mi corazón para siempre.Si tan solo estuvieras, la felicidad fuese completa, mi amor. El Dr. Rivas, no se ha comunicado conmigo, y tampoco ha recibido mis llamadas. Es extraño, o supongo que he sido algo intensa al llamarlo todos los días para saber de Dominic. La angustia me está matando. Lo necesito a mi lado; fuerte y seguro de sí para nosotros.Suspiro.— Mi Sra, hemos llegado — asiento, Francis baja del auto y alza en sus brazos a Jun
Despierto y lo primero que hago es dejar un beso en el redondo cachete de Kilian, se remueve un poco y procedo hacer lo mismo con June. La princesa de la casa, abraza muy delicadamente a su hermanito. Mi abuela dijo que los estábamos mal enseñando, pero pronto tendrán que salir de nuestra cama... o eso esperamos.Contemplo a Dominic dormir muy profundamente a mi lado. Su rostro muestra tal relajación, que me hace desearlo mucho. Nuestra vida sexual se ha convertido en largas sesiones en el baño; y eso es un milagro cuándo podemos estar juntos. Tomaré la palabra de mi abuela, ellos no pueden seguir durmiendo con nosotros. En cuánto nos mudemos de casa, todo será diferente. Lo qué más me dolerá, son los tres días que nos vamos a tomar a partir de mañana; nuestra luna de miel será corta, pero no podemos dejar los niños solos por mucho tiempo.Me leva
DOMINICValió la pena pagar tan cara deuda de una chiquilla que buscaba a cómo diera lugar una ayuda; su familia a pesar de estar unida, estaba rota y quebrada por todas las desgracias que le llegaron de golpe. Aseguré a mi esposa atándola a mí; y todo por una estúpida venganza.Sofia puede llegar hacer tan perversa, cómo lo es de buena persona. Su mente puede maquinar la maldad y el hacerme padecer cuándo así lo desea. Y más con esta sequía que llevamos por largos meses.— Tres días son pocos, mi reina. Debí sugerir más — subo parte de su vestido de novia, el cuál le queda mortalmente matador, y deslizo la yema de los dedos por sus muslos —. ¿No te parece, mi amor?.— No — golpeó mi mano, y se levantó.— ¿A dónde crees que vas? — la tom&ea
No sé que tanto hace mi esposa allá adentro, pero ya ha pasado más de treinta minutos y aún no sale del baño; hasta la sangre se me enfrió de tanto esperar. Quito los zapatos y el pantalón, me levanto de la cama y sirvo una copa de vino. Echo un vistazo rápido a la puerta y me acerco sigilosamente a ella.— Sofi, mi amor. ¿Estás bien? — pregunto, jugando con la copa de vino en mis manos.— Sí, mi amor. Dame un momento — dice algo fatigada.— ¿Qué estás haciendo? — bebo el vino de golpe y coloco la copa volteada sobre la palma de mi mano.— No seas impaciente, Dominic. Ya salgo — resopla, y la vuelvo girar.— Bien, como sea — supongo que la luna de miel ya se acabó.Dejo la copa sobre una mesita y me acuesto en la cama, colocando los brazos bajo