Mi pecho sube y baja pesadamente. Mis palabras quedan ahogadas por los fuertes gemidos que hacen eco en sus oídos; han de ser una dulce melodía para él. Su boca besa y muerde mis muslos suavemente, mientras sus dedos siguen en ese delicioso frenesí ofreciéndome placer. Llega hasta el punto exacto que me lleva al cielo, ese punto donde frena mi explosión y reemplaza el orgasmo por corrientes que hacen temblar cada parte de mi cuerpo ¿cómo lo logra? No lo sé, pero me esta volviendo loca y se empeña en jugar con mi cordura. Mis piernas ya empiezan a sentirse entumecidas por la posición tan incómoda en la que me encuentro, además que no estoy acostumbrada a esos juegos eróticos en los que Dominic me ha sumergido. De nuevo cuando estoy a punto de estallar; sustituye los dedos por su boca, logrando que su lengua se adueñe del potente clímax que llega, por sentir el suave roce de su lengua abriéndose paso por mi interior.
— Dominic — gimo y gruñe hundiendo sus dedos en mi cadera apre
DOMINICDespierto en medio de la noche y sonrío al sentir su presencia a mi lado. Levanto la cabeza y Sofia esta profundamente dormida sobre la almohada boca abajo. Su cabello largo esta desordenado al igual que la ropa que trae puesta. Recuerdo que su rostro mostró cansancio en el momento que la tenia a mi entera merced, y aunque estuviera disfrutando, sé que ella no es como las otras. Por más que desee hacerla mía de cualquier manera, ella es distinta y esa protección me invade; lo que menos quiero y confundir a Sofia con Loren, y después llegue a cometer actos de los cuáles me pueda arrepentir.Resoplo y me incorporo en la cama. Le echo un vistazo por última vez a Sofia, antes de adentrarme en el baño. Abro el grifo y el agua cae sobre mi cuerpo, quitando el sudor y borrando por completo su fragancia de mi piel. Luego de largos minutos salgo envuelto en una toalla y la contemplo desde el marco de la puerta. Hace años no me sentía tan bien, teniendo una mujer dormida e
SOFIADesperté por unos labios húmedos y fríos paseándose de a poco por mi cuello. Me removí aún sin abrir los ojos y un suspiro salió de mi boca al sentir la suya robarme un beso lento y suave. Es algo agradable despertar de esta manera, por la persona que quizás pueda haber un futuro juntos. ¿Puedo ser más cursi cuando despierto? ¡No! Lo que sí sé, es que esto me gusta y me atrapa cada vez más.— Buenos días, princesa — murmura con esa ronca voz, que me desestabiliza en segundos —. ¿Cómo has dormido, hermosa?.Demasiados cumplidos para mi gusto, pero los acepto. No se deben de despreciar palabras bonitas de un guapo hombre como lo es Dominic.— Buenos días — callo y pienso ¿cómo debería de llamarle? Levanto la cabeza y me encuentro con esos desgarradores ojos grises y sonrío quizás por nervios — Bien ¿y tú como dormiste?.— La verdad, hace años no dormía tan bien — sonríe y muerdo mi labio. Lejos del amor, él no me conviene; eso me lo grita el sexto s
El viento juega con mi cabello y aspiro profundamente el olor del mar. Abro los ojos y contemplo los alrededores, cada vez más nos alejamos a gran velocidad del muelle donde estábamos hace poco, al igual que ya no se escucha los motores de los barcos de carga. El agua esta calmada y Dominic de a poco disminuye la velocidad del yate, dejándolo totalmente quieto en un punto muerto; y sin nada más que agua a nuestro alrededor.— Este es mi lugar favorito — dice, apagando el motor —. Solía venir con mis padres y mi hermano cuando éramos niños.— Tienes familia. Creí que estabas solo — digo y se sienta a mi lado —. ¿Tus padres viven cerca? ¿tu hermano es mayor o menor? Oye, ¿los debo conocer?.Ríe.— Respira — palmea sus piernas e inmediatamente me siento de lado en su regazo, su brazo rodea mi cintura y coloca la barbilla en mi hombro. Mi corazón quiere salir desbocado de mi pecho —. Mis padres fallecieron hace seis años. Mi hermano es mayor, por un par de años,
DOMINICSus palabras son confortantes y mi corazón cree a cada una de ellas. Sofia se caló más allá de mi piel, eso es algo que no puedo negar. Sus labios se han convertido en la maldita droga que necesito para respirar y no hay quien me salve a la marea de sentimientos que están naciendo en mí. Sus manos quitan botón por botón de mi camisa mientras nuestras bocas se estrellan con violencia. Jugando en una guerra en la cual estoy a punto de perder. Una vez quita por completo la camisa; desabrocha con destreza el pantalón y lo baja un poco junto con el bóxer. Nos separamos en busca de aire y su pequeña mano envuelve mi miembro, gruño y empieza moverla de arriba hacia abajo.— Me voy a desquitar por fin, de todo lo que me has hecho padecer, Dominic — sonríe traviesa. La tomo de la nuca y vuelvo a besarla con más fuerza.He caído por completo a sus píes, que me consuma todo lo que quiera, hasta que se canse de hacerlo.— Estas muy traviesa, princesa — muerdo su
SOFIALa estaba pasando muy bien, de eso no cabe la menor duda. En mi mente ya tenia pensado la una y mil maneras en las que iba a enloquecer a ese hombre; pero siempre debe aparecer la mosca en la sopa y lo arruina todo.— Nunca te he mentido, princesa — se gira y en sus ojos noto miedo.— Pero tampoco has dicho toda la verdad, Dominic. Si empezamos una relación es para que no hayan secretos entre nosotros. Y sé que no hace falta que te cuente sobre mi vida, si ya me has investigado y sabes todo de mí — respiro profundamente —. En cambio, cada día me estrello con alguno de tus secretos. Los he aceptado, pero no quiere decir que esté de acuerdo con esa vida que llevas. Dime ¿Qué sientes al meterte esa porquería?.Calla y relame sus labios. No soy tonta y lo que ese hombre le dio, es coca.— Estas pidiendo explicaciones que antes no pedías, Sofia. Te dije que te contaría todo de a poco, no me presiones.Resoplo y no puedo evitar sentirme decepciona
— Eres una mentirosa. Me he abierto contigo en muchos aspectos — me toma del cabello con fuerza y me jala hacia atrás, chillo por la fuerza que ejerce y el verdadero ser ha salido a flote —. Vete a la mierda, Sofia. Creí cada una de tus palabras y hasta llegué a pensar que serías la mujer de mi vida. No eres más que una mentirosa e interesada. Te conviene más un hombre bueno, como lo es Eric ¿no es así?.— Contigo no hay manera de razonar. Eres un hombre que solo escucha lo que le conviene — grité, sus ojos se desviaron por unos segundos y cuando volvió su mirada a mí, solo vi oscuridad —. Dominic, he estado aquí, y tus estúpidos celos no te dejan ver más allá. Si nos aliamos con Eric, tenemos en nuestras manos a Loren.— ¿Qué ganas tú con todo esto? — dice y me suelta. Me quedo atónita por pocos segundos y rio por lo que acaba de decir —. Deja a Loren y a mi hija tranquilas.¿Será que sufre cambios de personalidad? Nuevamente la esta defendiendo y no voy a s
Así como empezó, asimismo todo acabó. Dominic es muy desconfiado, loco y obsesivo; sin embargo, me hace mucha falta sus arrebatos.Dos semanas después de nuestra pelea en el yate, nos distanciamos definitivamente. Tal como le dije, volví a mi casa y empecé a frecuentar el hospital donde se encuentra mi abuela. En pocos días le darán de alta y debe de tener muchos cuidados, he descuidado a mi familia por un loco maniático que supo envolverme en su juego. Mi hermano va muy bien con sus estudios y es algo que me hace inmensamente feliz. Me ha interrogado mucho por saber de donde he sacado el dinero; le dije una pequeña mentira, diciéndole que pedí un préstamo en el banco y que pago cuotas bajas. Por lo menos, me creyó.No he sabido nada de Dominic, no he ido al club y el teléfono que me dió, parece estar muerto. Él tampoco me ha buscado y en cierto modo, duele. Pero no puedo exigir cuando fui yo, quien le dijo que no quería saber más de él.Suspiro y término de guarda
— ¿Dónde esta Dominic? — pregunto después de un tiempo en el auto.— No sabría decirle, Srta. Hace días se marchó en el jet privado y no ha regresado. Tampoco contesta a las llamadas del Sr. Nicolás. El jefe de seguridad perdió su rastro en el radar.El estómago se me comprime y el corazón late apresurado. Mi cuerpo empieza a temblar y la ansiedad llega de insofacto.— ¿Cómo así? ¿Se supone que eres su guardaespaldas?.— No puedo decirle más de lo que ya he dicho. No se preocupe, el mejor equipo de rastreo esta en su búsqueda.¡Por Dios! No puedo estar tranquila sin saber donde o con quien está ¿Y sí esta con esa mujer? ¿Será que volvió a caer en sus juegos sórdidos? ¿Me habrá mentido? ¿Me ha dicho la verdad o solo fui un estúpida a quien engañó? La mente me maquina a mil. Cierro los ojos y respiro profundamente ¿Hice bien en dejarlo solo aquél día? Me culpo y niego con el corazón quebrándose dentro de mi pecho.No debí dejarlo. No, sabiendo de to