— Eres una mentirosa. Me he abierto contigo en muchos aspectos — me toma del cabello con fuerza y me jala hacia atrás, chillo por la fuerza que ejerce y el verdadero ser ha salido a flote —. Vete a la mierda, Sofia. Creí cada una de tus palabras y hasta llegué a pensar que serías la mujer de mi vida. No eres más que una mentirosa e interesada. Te conviene más un hombre bueno, como lo es Eric ¿no es así?.
— Contigo no hay manera de razonar. Eres un hombre que solo escucha lo que le conviene — grité, sus ojos se desviaron por unos segundos y cuando volvió su mirada a mí, solo vi oscuridad —. Dominic, he estado aquí, y tus estúpidos celos no te dejan ver más allá. Si nos aliamos con Eric, tenemos en nuestras manos a Loren.
— ¿Qué ganas tú con todo esto? — dice y me suelta. Me quedo atónita por pocos segundos y rio por lo que acaba de decir —. Deja a Loren y a mi hija tranquilas.
¿Será que sufre cambios de personalidad? Nuevamente la esta defendiendo y no voy a s
Así como empezó, asimismo todo acabó. Dominic es muy desconfiado, loco y obsesivo; sin embargo, me hace mucha falta sus arrebatos.Dos semanas después de nuestra pelea en el yate, nos distanciamos definitivamente. Tal como le dije, volví a mi casa y empecé a frecuentar el hospital donde se encuentra mi abuela. En pocos días le darán de alta y debe de tener muchos cuidados, he descuidado a mi familia por un loco maniático que supo envolverme en su juego. Mi hermano va muy bien con sus estudios y es algo que me hace inmensamente feliz. Me ha interrogado mucho por saber de donde he sacado el dinero; le dije una pequeña mentira, diciéndole que pedí un préstamo en el banco y que pago cuotas bajas. Por lo menos, me creyó.No he sabido nada de Dominic, no he ido al club y el teléfono que me dió, parece estar muerto. Él tampoco me ha buscado y en cierto modo, duele. Pero no puedo exigir cuando fui yo, quien le dijo que no quería saber más de él.Suspiro y término de guarda
— ¿Dónde esta Dominic? — pregunto después de un tiempo en el auto.— No sabría decirle, Srta. Hace días se marchó en el jet privado y no ha regresado. Tampoco contesta a las llamadas del Sr. Nicolás. El jefe de seguridad perdió su rastro en el radar.El estómago se me comprime y el corazón late apresurado. Mi cuerpo empieza a temblar y la ansiedad llega de insofacto.— ¿Cómo así? ¿Se supone que eres su guardaespaldas?.— No puedo decirle más de lo que ya he dicho. No se preocupe, el mejor equipo de rastreo esta en su búsqueda.¡Por Dios! No puedo estar tranquila sin saber donde o con quien está ¿Y sí esta con esa mujer? ¿Será que volvió a caer en sus juegos sórdidos? ¿Me habrá mentido? ¿Me ha dicho la verdad o solo fui un estúpida a quien engañó? La mente me maquina a mil. Cierro los ojos y respiro profundamente ¿Hice bien en dejarlo solo aquél día? Me culpo y niego con el corazón quebrándose dentro de mi pecho.No debí dejarlo. No, sabiendo de to
Un olor fuerte se impregna en mis fosas nasales, y de a poco abro los ojos con un agudo dolor de cabeza. Me lleva algo de tiempo restablecer mi visión debido al desmayo que tuve, una suave voz llama mi atención.— Que bueno que has despertado — Camila retira el algodón de mi nariz y frunzo el ceño. Me encuentro en una habitación que evidentemente no es la mía —. Duraste dos horas inconsciente.— Tanto... — asiente con la cabeza y toma mi mano con delicadeza; es donde me doy cuenta que tengo puesto un catéter en mi muñeca.— ¿Sufres de alguna enfermedad?.— No, creo.— ¿Has comido bien?— No mucho, la verdad.— ¿Estas durmiendo correctamente?.— Hace mucho no conozco que es dormir correctamente.— Debes cuidar de tu salud, Sofia. Al parecer, es una anemia. También estas deshidratada, por eso te coloqué suero — vaya, Camila es doctora, supongo —. Pasarás la noche aquí, verás que mañana vas a estar mejor.— Gracias — susurro y
DOMINICVer partir a Sofia, acabó con todo esa parte buena que quería ofrecer para ella y el mundo. Mi corazón volvió a ese pozo del que ella se encargó de sacarme de a poco; pero ahora estoy cayendo más profundo que otras veces. Me abstuve lo suficiente para no lastimarla más de lo que hice. Sin embargo, fue en vano apretarla contra mi pecho con fuerza. Ella decidió irse, y en parte la entiendo. Su vida sería una miseria y una tortura a mi lado ¿Quién estaría dispuesta a pasar el resto de su vida con un monstruo como yo? Quizás me vean como alguien sin sentimientos. Pero los tengo, nadie se había tomado ese tiempo que me dió Sofia, para conocerme y apreciar quien soy.Juego con el collar que mandé hacer hace unos días para Sofia. Espero y lo acepte. No lo hago para que vuelva conmigo, me nació dárselo, y de a poco, quizás pueda ganarme su amor. Bebo un trago de licor, y ya no hace el mismo efecto que antes. En lugar de hacerme olvidar, mi querido tormento, aparece con f
SOFIALas horas parecían no tener fin. No como ni duermo desde que informaron la muerte de Dominic. Su cuerpo lo habían encontrado a varios metros de donde se estrelló el jet; completamente irreconocible. Por más de que mis ojos lo lloren, mi corazón me dice que él está con vida. Que en cualquier momento saldrá de las sombras, y me verá con esa mirada tan penetrante y única que siempre me daba.Nicolás, no está mucho mejor que yo. Han sido tres días en los que sus desgarradores gritos resuenan por toda la casa. Camila nos ha mantenido la mayor parte del tiempo sedados, y es como disminuir un poco el dolor. Sin embargo, la opresión en el pecho, me dejará en cualquier instante sin respiración. El corazón quema, arde, duele; siento las inmensas ganas de arrancarlo de mi pecho, y así, no sentir más este dolor y est
DÍAS DESPUÉS.— ¿Estas bien, tesoro? Te he notado algo pálida, con bolsas en los ojos — inquiere mi abuela estrechando la mirada —. Y no soy boba, que esté enferma; no quiere decir que no me dé cuenta cada que corres al baño a vomitar.Palmea la cama y me acurruco a su lado. Que bien se siente tener a la abuela conmigo, saber que esta curándose de a poco; es algo que me conforta en esta amargura.— Para que negarlo, tarde que temprano se va a notar — cierro los ojos y su mano acaricia mi cabello suavemente; justo como lo hacia de niña —. Estoy embarazada, nana.— Ya lo sabía. Lo importante aquí ¿quién es el padre de la criatura? — sonrío con tristeza y me aferro al collar que cuelga de mi cuello —. No me digas que esa pareja te pagó para que les des un hijo, Sofia Evans, sí es así, déjame decirte que no estoy de acuerdo con semejante atrocidad ¿Cuánto te han pagado?.— Abuela — me incorporo y rio po
DOMINICPor donde sea que mis ojos pasen por el cuerpo de mi hija, veo su frágil y blanca piel lastimada; donde se aprecian varios moretones en sus brazos, al igual que en sus piernas. Sus mejillas tienen un leve color verde, que advierte que hace días fue golpeada en ese lugar. Alrededor de su cuello tiene varias marcas y, sus labios están partidos.Cierro los ojos y la alzo en mis brazos. Después de varios días, Loren accedió a traerla conmigo; a cambio de cumplir sus fantasías en la noche. Ya veré como me las arreglo para no tener que acostarme con ella.La sangre me hierve de ver a mi hija en el estado en que se encuentra. No tenía ningún tipo de conocimiento de los maltratos hacia la niña. Y de haberlo sabido, la hubiera peleado hace años.— Lo siento, mi amor — la pego contra mi pecho, y todo por dentro se deshace —. No dejaré que esa mujer te haga más daño.— Mami me quiere — susurra, su sua
Quito la máscara de mi boca una vez ya tengo restablecida la respiración. Dejo un beso en la frente de June y desabotono el primer botón de mi camisa. Aún siento los pulmones algo maltratados por la inhalación del gas.— ¿Quieres que nos hagamos cargo de ellos? — pregunta Maximiliano y niego.— No, de ellos me encargo yo — miro el rostro de mi pequeña y más rabia se acumula en mi corazón —. Les agradezco, pero esto es algo que debo acabar yo.— Tienes razón, y no hay porqué; para eso esta la familia, hermano — Remi golpea mi hombro y sonrío —. Eso sí, no dejes rastro de ellos.— No planeo hacerlo — murmuro.No comentamos más nada, por la presencia de June. Pero en sus rostros vislumbré la rabia que mostraron, al ver con atención los golpes de la ni&n