Al llegar a su mansión, Dominic me mando a tomar una ducha, y luego de quedar como nueva, bajé a desayunar con él. En un principio creí que me llevaría al apartamento, pero me sorprendió al traerme nuevamente a su casa.
Lo miro comer con tranquilidad, mientras esta concentrado en su teléfono; y todo lo que me ha dicho en el auto hace eco en mi cabeza ¿Será que aún esta bajo el efecto del alcohol? Puede ser, y por eso ha dicho todas esas cosas. Lo cierto es, que ya las ha dicho y con ellas, ha hecho remover todo lo que siento por él.
Rayos, ¿Qué es lo que siento por Dominic Blaze?:
Atracción.
Deseo.
Pasión.
E infinidades de cosas más.
— Deja de mirarme de esa manera — bebo un sorbo de agua y frunzo el ceño.
— ¿Cómo? — levanta la cabeza y sonríe.
— Con hambre. Además, que esa mirada tan fija sobre mí, me provoca de sobre manera — confesó y el agua bajó por mi garganta como piedras.
Me gusta su directa forma de hablar. D
Lo miro a los ojos quedándome en completo silencio, tratando de entender y comprender lo que acaba de decir. Hace unos días atrás dijo que el amor de su vida era Loren, y que ella sería a la única a quien iba amar. ¿Qué me espera con un hombre que ama a otra mujer y no a mí? Yo deseo un hombre a mi lado, que me diga cada mañana lo mucho que me ama. Que sea yo la única en sus pensamientos y en su mundo. Que vea a través de mis ojos y se conforme con mi desastrosa manera de ser. ¿Que me espera a su lado? Si cada que, habla o la ve, resulta afectado y termina desquitándose conmigo... por mucho que me guste, no estaría dispuesta a tener una relación con un hombre como Dominic. Las razones sobran, pero el beneficio de la duda cualquiera merece ¿Y si le doy la oportunidad que me esta pidiendo? ¿Seré capaz de borrar esa mujer de su corazón para siempre?.— No calles, Sofia. Tu silencio me pone a pensar — me saca de mis pensamientos, tomándome de las manos. Miro sus ojos y solo veo a
DOMINICMiento al decir que Sofia no genera nada en mí. Si conforme van pasando los días, más la tengo en mis pensamientos. Lo pensé muy bien antes de llegar al pequeño apartamento de su ex pareja; ella podría ser la mujer que estaba esperando desde hace tiempo, y ser la que me ayude con este trastorno que tengo hace cinco años ya. Ni las estúpidas terapias o sesiones con el psicólogo han funcionado. Me sorprendo de mi propio subconsciente, al dejar de lado, los sentimientos que según dice tener mi corazón por Loren, a preferir a Sofia; que no más de un mes, se ha clavado en mi mente; adueñándose y siendo la protagonista, de mis impuros deseos.La tenía más que lista para mí; tan húmeda, tan mojada. Con sus dulces gemidos y sus súplicas envolviéndome en esa llama, que solo ella tiene el poder de encender, sin necesidad de tener que ver a Loren primero.Esa mujer arruinó cada aspecto de mi vida; tanto en lo personal, laboral y en lo sexual. Me convirtió en un hombre
SOFIAEsa mujer solo se llevó una pequeña porción de todo el odio que siento hacia ella. En verdad, que no conoce lo que es tener vergüenza alguna. Es una desgraciada, con esa manera en que le habla y le exige a Dominic; no pude contenerme, desde que me contó parte de lo que le ha hecho, tengo unas inmesas ganas de romper esa cara de barbie falsa. No le hice nada, en comparación de lo que tenia en mente, pero espero, que lo deje tranquilo por un buen tiempo. Dominic es como un niño, y donde encuentra protección, ahí se quedará.— Me gusta que tengas cara de ángel — desliza sus dedos acariciando mis muslos descubiertos, apenas un roce y ya siento agonizar —. Eres una diabla disfrazada de cordero tierno, Sofia — mete las manos bajo el vestido y baja las bragas lentamente.— Tú causas estos cambios en mí, Dominic — mi piel se eriza al sentir el roce de sus dedos.— Nena, no sabes lo que tú provocas con solo escuchar tu voz agitarse un poco — quita totalmente las
Mi pecho sube y baja pesadamente. Mis palabras quedan ahogadas por los fuertes gemidos que hacen eco en sus oídos; han de ser una dulce melodía para él. Su boca besa y muerde mis muslos suavemente, mientras sus dedos siguen en ese delicioso frenesí ofreciéndome placer. Llega hasta el punto exacto que me lleva al cielo, ese punto donde frena mi explosión y reemplaza el orgasmo por corrientes que hacen temblar cada parte de mi cuerpo ¿cómo lo logra? No lo sé, pero me esta volviendo loca y se empeña en jugar con mi cordura. Mis piernas ya empiezan a sentirse entumecidas por la posición tan incómoda en la que me encuentro, además que no estoy acostumbrada a esos juegos eróticos en los que Dominic me ha sumergido. De nuevo cuando estoy a punto de estallar; sustituye los dedos por su boca, logrando que su lengua se adueñe del potente clímax que llega, por sentir el suave roce de su lengua abriéndose paso por mi interior.— Dominic — gimo y gruñe hundiendo sus dedos en mi cadera apre
DOMINICDespierto en medio de la noche y sonrío al sentir su presencia a mi lado. Levanto la cabeza y Sofia esta profundamente dormida sobre la almohada boca abajo. Su cabello largo esta desordenado al igual que la ropa que trae puesta. Recuerdo que su rostro mostró cansancio en el momento que la tenia a mi entera merced, y aunque estuviera disfrutando, sé que ella no es como las otras. Por más que desee hacerla mía de cualquier manera, ella es distinta y esa protección me invade; lo que menos quiero y confundir a Sofia con Loren, y después llegue a cometer actos de los cuáles me pueda arrepentir.Resoplo y me incorporo en la cama. Le echo un vistazo por última vez a Sofia, antes de adentrarme en el baño. Abro el grifo y el agua cae sobre mi cuerpo, quitando el sudor y borrando por completo su fragancia de mi piel. Luego de largos minutos salgo envuelto en una toalla y la contemplo desde el marco de la puerta. Hace años no me sentía tan bien, teniendo una mujer dormida e
SOFIADesperté por unos labios húmedos y fríos paseándose de a poco por mi cuello. Me removí aún sin abrir los ojos y un suspiro salió de mi boca al sentir la suya robarme un beso lento y suave. Es algo agradable despertar de esta manera, por la persona que quizás pueda haber un futuro juntos. ¿Puedo ser más cursi cuando despierto? ¡No! Lo que sí sé, es que esto me gusta y me atrapa cada vez más.— Buenos días, princesa — murmura con esa ronca voz, que me desestabiliza en segundos —. ¿Cómo has dormido, hermosa?.Demasiados cumplidos para mi gusto, pero los acepto. No se deben de despreciar palabras bonitas de un guapo hombre como lo es Dominic.— Buenos días — callo y pienso ¿cómo debería de llamarle? Levanto la cabeza y me encuentro con esos desgarradores ojos grises y sonrío quizás por nervios — Bien ¿y tú como dormiste?.— La verdad, hace años no dormía tan bien — sonríe y muerdo mi labio. Lejos del amor, él no me conviene; eso me lo grita el sexto s
El viento juega con mi cabello y aspiro profundamente el olor del mar. Abro los ojos y contemplo los alrededores, cada vez más nos alejamos a gran velocidad del muelle donde estábamos hace poco, al igual que ya no se escucha los motores de los barcos de carga. El agua esta calmada y Dominic de a poco disminuye la velocidad del yate, dejándolo totalmente quieto en un punto muerto; y sin nada más que agua a nuestro alrededor.— Este es mi lugar favorito — dice, apagando el motor —. Solía venir con mis padres y mi hermano cuando éramos niños.— Tienes familia. Creí que estabas solo — digo y se sienta a mi lado —. ¿Tus padres viven cerca? ¿tu hermano es mayor o menor? Oye, ¿los debo conocer?.Ríe.— Respira — palmea sus piernas e inmediatamente me siento de lado en su regazo, su brazo rodea mi cintura y coloca la barbilla en mi hombro. Mi corazón quiere salir desbocado de mi pecho —. Mis padres fallecieron hace seis años. Mi hermano es mayor, por un par de años,
DOMINICSus palabras son confortantes y mi corazón cree a cada una de ellas. Sofia se caló más allá de mi piel, eso es algo que no puedo negar. Sus labios se han convertido en la maldita droga que necesito para respirar y no hay quien me salve a la marea de sentimientos que están naciendo en mí. Sus manos quitan botón por botón de mi camisa mientras nuestras bocas se estrellan con violencia. Jugando en una guerra en la cual estoy a punto de perder. Una vez quita por completo la camisa; desabrocha con destreza el pantalón y lo baja un poco junto con el bóxer. Nos separamos en busca de aire y su pequeña mano envuelve mi miembro, gruño y empieza moverla de arriba hacia abajo.— Me voy a desquitar por fin, de todo lo que me has hecho padecer, Dominic — sonríe traviesa. La tomo de la nuca y vuelvo a besarla con más fuerza.He caído por completo a sus píes, que me consuma todo lo que quiera, hasta que se canse de hacerlo.— Estas muy traviesa, princesa — muerdo su