Ginna Renaux
Al entrar en el edificio de seis plantas que ocupa media manzana me encuentro con una recepción minimalista en la primera planta, una mujer de unos cuarenta años me recibe con una sonrisa profesional.
Le regalo una sonrisa amable, pero dios sabe que me costó que me saliera espontánea.
—Buenos días bienvenida. ¿Que puedo hacer por usted? — me saluda y se queda expectante de mi respuesta.
—Mi nombre es Ginebra Renaux, o Ginna Renaux como prefiera llamarme. Tengo una cita con el gerente.
—Espere un insta
Ginna Renaux Llegue temprano a la agencia junto a Duda , tenía una pila enorme de pendientes en mi nueva oficina, y sentada en mi mesa de diseño sonrío sola pensando en el rostro de Emi la última noche que pasé con él. Cada vez soy más dependiente de sus sonrisa, de sus manos, de su cuerpo; de esa manera tan suya de poseerme, del modo en que me mira con esos ojos de hielo que me hacen arder con tan solo posarse sobre mi.Nunca pensé que podría amar así, no creía que yo no me vería envuelta en esta avalancha de sentimientos que me consume de un modo casi abismal. Ya no podría vivir sin Emiliano, y el temor constante de que se aleje de mi aún llega por la noche robándo
FinalGinna Renaux El rostro de Emi aún denota ira y desconcierto en igual proporción. Todo imaginó excepto encontrarse a su tía y a su prima dando esa penosa demostración de derrota. Al verse perdidas, llegaron aquí para tratar de intimidarme, era un hecho más que evidente que mi reciente relación con Emiliano las amenazaba.He aprendido a conocer cada una de las expresiones del rostro de Ra y aún percibo que las palabras de Graciela Giusseppe están como niebla rondando entre nosotros.—Siento haberle faltado el respeto a tu tía. Trate de conten
EPÍLOGO 5 años Después Ginna R. Santorini La Urbe de la Moda Europea se extiende ante mis ojos, Milán nos recibe cada vez más cosmopolita y glamorosa. La mayor capital de la moda en el mundo se vislumbra ante nosotros mientras que llevo en brazo a mi pequeño mini dios Ra que duerme plácidamente en mi regazo. Mi esposo me sostiene la mano y nos contempla orgulloso como si fuésemos su mayor tesoro, mientras que el Jet privado aterriza tranquilamente en la pista privada del Malpensa International Airport con la Deutsche-Privatjet. El desembarque en el aeropuerto es cómodo y rápido, sin tener que pasar por los terminales de pasajeros habituales. Un Rolls Royce plateado espera por nosotros a un costado de la pista, mientras que una veintena de reporteros y paparazzis rodean la salida del lugar tratando de robarse la exclusiva. Todos están a la expectativa de nuestra llegada. Desde que me convertí en la señora Santorini mi vida cambió de una manera drástica que sinceramente no e
Capítulo 01Emiliano SantoriniLa ciudad de Milán, metrópolis de Lombardía, una de las más famosa capitales de la moda y el diseño a nivel mundial me recibe cómo hijo ilustre una vez más. Una ciudad en la cual vestir bien es más que un gusto, es casi una obligación. Multitud de boutiques de las firmas más importantes del sector; muchos diseñadores y casas de moda tienen su sede en esta cosmopolita ciudad. Esta vez, me trae a esta ciudad, el deseo de Maria Eduarda de ver el trabajo de una joven diseñadora francesa que a su ojo, es una de las mejores del momento. Lastima que esté diseñando para una firma tan pequeña. En un imperio como el mío, esa mujer ya se habría lle
Capítulo 02 Gina Renaux—Necesito que le subas más el tono de esa sombra. Que el ojo esté aún más ahumado— le digo al estilista. — Esos no son los accesorios de ese traje. Cámbialos rápido, Por favor— la asistente de vestuario se encarga velozmente de colocar los correctos. Camino al centro del enorme camerino, doy dos palmadas para llamar la atención— ¡Atención todos!, en cinco minutos estaremos en la pasarela. Todo tiene que salir perfecto, tal y como se ensayo. Este no es momento para errores ni improvisaciones — todos aplauden— Este es el quinto desfile de esta temporada, después de habernos presentado en New York, Londres, Tokio, Milán ; es el turno de mi ciudad natal, París . Po
Gina Renaux Volver a casa nunca es como lo esperas. Hay ocasiones que mi madre puede superarse así misma con su ridiculez. —Mamá son las 3:15 de la madrugada, estoy agotada— comenta Milenne mientras que mi madre saca más vestidos de su guardarropa para que se los pruebe. —Mañana podemos seguir con esto por favor—Yo estoy agotada y no soy modelo. No me imagino en qué condiciones esté mi pobre hermana. Pasó el día entre gimnasio y entrenamiento, para luego encerrarse en un camerino con un caos aterrador. Se que debe estar acostumbrada, pero el bullicio, la adrenalina y el escándalo en los momentos previos a un desfile causan un agotamiento mental gigante. Una vez que se apagan las luces y la adrenalina baja, queda una en tal estado que lo mejor que puede hacer es largarse a dormir lo más pronto posible. En nuestro caso no es ”posible” a menos que yo eche a Dora en este instante de la habitación que comparto con mi hermana mayor. — ¡Mamá se acabó por hoy!— digo decidida a sacarla— G
Capítulo 04Ginna RenauxPapá se une a nosotras saludando a Ana y acto seguido se nos acerca mi hermana menor. Laura tiene demasiada energía e ímpetu y es imposible que se esté quieta en algún lugar.— Tu esposo me acaba de escribir al celular para que lo acompañemos a la piscina— le informa mi padre a la dueña de la casa. Ana sonríe y entabla una animada conversación con él mientras caminamos en dirección al patio principal donde se encuentra la lujosa alberca. Esta casa siempre me gusto desde niña, es de las mejores residencias de los Grossin, sobre todo el patio de la piscina con sus camas balinesas blancas. Le dan un toque exótico.Solange se me acerca y papá entra al patio en compañia de Ana. Mi madre de la mano de Milenne y de Laura le siguen. Cerrando el grupo caminamos Solange y yo burlándonos de todos sin siquiera abrir la boca. Años de amistad nos hacen tener una especie de telepatía divertida que es muy útil en momentos como estos. Mi amiga luce un vestido juvenil floreado
Gina RenauxLa noche terminó en un aguacero torrencial que arrazaba sobre el asfalto del parqueadero del Club. Para el regreso a pesar de que Carolestaba pegada a Emiliano como una bola de chicle, no logró su propósito de regresar a la casa de los Grossin con él. No tengo claro de que táctica o excusa se valió Ra, pero lo cierto es que sólo recogió a Maria Eduarda y se fue usando un paraguas negro que no tengo idea de donde lo saco. Al parecer además de parecer un Dios, también