Capítulo 02
Gina Renaux
—Necesito que le subas más el tono de esa sombra. Que el ojo esté aún más ahumado— le digo al estilista.
— Esos no son los accesorios de ese traje. Cámbialos rápido, Por favor— la asistente de vestuario se encarga velozmente de colocar los correctos. Camino al centro del enorme camerino, doy dos palmadas para llamar la atención
— ¡Atención todos!, en cinco minutos estaremos en la pasarela. Todo tiene que salir perfecto, tal y como se ensayo. Este no es momento para errores ni improvisaciones — todos aplauden— Este es el quinto desfile de esta temporada, después de habernos presentado en New York, Londres, Tokio, Milán ; es el turno de mi ciudad natal, París . Por favor lúzcase y hagan lo que mejor saben hacer, que es prenderle fuego a esa pasarela.
Así es, es hora de demostrarle a todo Londres de lo que soy capaz. Sobre todo a la demente de mi madre que es el ser más atolondrado que conozco.
Las modelos salen a ser diosas que pisan el cielo y el infierno a la vez, yo por mi parte me concentro en lo mío, organizando todo desde dentro mientras que Solange Luc Grossin, la gerente de backstage del desfile y mi mejor amiga se encarga de que nada falle. Aunque parezca que soy la gran estrella de este show, solo soy la diseñadora exclusiva de la marca Sezane Psris, eso es lo que hago, vestidos de ensueño que visten a muchas celebrities en las alfombras rojas a través del mundo.
Mi nombre es Ginebra Renaux. Pero me llaman Gina, algo así como mi nombre artístico. Aunque para ser sincera no me gusta aparecer en público, cosa que por mi trabajo es inevitable. Si cuento un secreto, sería que en realidad odio los desfiles de moda. Demasiada adrenalina que queda desechada por modelos anorexicas después de fugaces minutos en una pasarela.
Todo se resume a eso a breves instantes, el trasfondo real del mundo de la moda es mucho más decadente.
...Aquí vamos otra vez. Una treintena de modelos cazando a los millonarios que rondan este mundo, a su vez los más presumidos y ególatras tratando de atrapar a la chica más atractiva para exibirla en los medios como su nueva adquisición. De eso va este negocio.
Me apasiona diseñar pero no dejo de reconocer que todo el que entra a este mundo tiene sus días de fama contados. Nada aquí es vitalicio, ni las modelos, ni los diseñadores, solo los dueños que hacen crecer su fortuna cada vez más para derrocharla después con sus yates en islas privadas en el Caribe viviendo al máximo sus excentricidades.
Eso es lo que quieres todas las chicas, capturar a un mega millonario, y si a todas estas es guapo, pues es como sacarse la lotería. Pocas son las que tienen esa suerte.
Para eso vive mi madre, para tratar de perseguir el mejor partido para mis dos hermana, conmigo creo que ya dejo de intentarlo.
Mi padre por su parte, no es como mi madre. Mi viejo padre Andrew es un amor. El señor Renaux es un hombre agradable, inteligente y sarcástico; algo excéntrico como todo científico respetado, solo puede divertirse a costa de mi ”nerviosa” madre y de mi hermana pequeña, Laura .
Se que en el fondo se siente más cercano a Milenne y, sobre todo a mi, que somos las dos hijas mayores, las más sensatas y con carrera hecha, las otra es una loca modelo de poca monta, totalmente descalabrada.
Papá ha encontrado el equilibrio quedándose en la soledad de su estudio y desentendiéndose de la crianza de nosotras. Con ello, en cierto sentido ha abandonado sus responsabilidades hacia la familia, cosa que nos ha llevado un poco al desastre.
Andrew Renaux fue nombrado caballero de la corte de Francia cuando obtuvo el premio Nobel de Química en el año 1990. Suficiente para ganar cierto prestigio ese año y que su escasa fortuna heredada de mis abuelos creciera en una suma considerable para ser un blanco fácil para cazar por una modelo; ya que aparecía con frecuencia en los eventos acompañando a su gran amigo el señor Luc. Parte del dinero que obtuvo con el premio se invirtió en nuestra finca familiar en el poblado de Roussillon y otra buena parte se fue en caprichos de mi madre.
Mamá creyó que casarse con mi padre era un buen partido sin duda, ya que su carrera como modelo iba en decadencia, y se enamoró del científico cayendo ella misma en su propia trampa de seducción.
Dora de Renaux es una mujer de poca inteligencia, mal temperamento y pasión por los chismes. En su juventud convenció a mi padre para le presupuestará una pequeña empresa de modelos y así no alejarse de un mundo que la ayudaría con sus planes de posicionarse. Este es su principal centro de operaciones para aparecerse en cuanto evento importante se organice en Paris.
Su principal preocupación en la vida es ver a sus hijas bien casadas, sin importarle con quién mientras sean ricos y le den fama y fortuna una vez que la ya casi acabada fortuna familiar se termine. Sin embargo, sus propios esfuerzos se ven siempre obstaculizados por su naturaleza imprudente y frecuentes desatinos en sociedad.
Dora es irresponsablemente tonta y despilfarra todo lo que se le pone a la mano. Lo peor, es que no se detiene a la hora de dejarnos en ridiculo a mi y a mi hermana Milenne , ya que a la otra no parece importarle sus constantes desvaríos.
Soy anunciada como la diseñadora central del desfile y salgo a la pasarela en medio de un estallido de aplausos y los flashes de las cámaras que me ciegan momentáneamente. Saludo y poso para los principales medios que cubren el evento y trato de retirarme lo antes posible.
Una vez que se acaba el desfile hacemos un breve brindis con lo más selecto del mundo de la moda parisino. Las modelos salen usando vestidos que hacen resaltar aún más sus atractivos.
Soy entrevistada como de costumbre después de cada desfile. Un simpático reportero de la revista Cosmopolitan cubre la noticia y me hace preguntas sobre mis próximos proyectos para esta temporada. Veo a mi madre venir hacia a mi arrastrando prácticamente a mi hermana mayor Milenne, y mis hermana menor la sigue y le sirve de alcahuetas como suelen hacer normalmente.
— Una joven muy talentosa y hermosa mi hija, no es así?— le dice con rostro sugerente al reportero, por Dios me esta ofreciendo en bandeja de plata. — Claro que su brillo no opaca a mi hija mayor, la más hermosa de todas, mi bella Milenne. La mejor modelo de mi compañía— La pobre Milenne se sonroja.
— Mamá por favor, es el turno de Gina de brillar— comenta mi hermana con una tímida sonrisa en el rostro, se acerca y me da un abrazo rápido que queda plasmado en una foto del reportero justo antes de alejarse del grupo. Mamá no para el cotillero con Laura, mientras que derriban con la mirada a los mejores partidos del salón.
— Otro éxito este desfile, estoy muy orgullosa de tu gira— me habla Milenne tomándome ambas manos— Has logrado mucho en muy poco tiempo— la vuelvo a abrazar, Milenne es la mejor hermana mayor de todos los tiempos y la amo muchísimo— Ya no pareces la cerebrito nerd que se graduó antes de tiempo de ingeniería química en Oxford— se burla, y sonrió ante este último comentario, me gradué con honores en la universidad en Química, aunque no lo ejerza mi padre se siente muy orgulloso de que siga sus pasos de alguna forma. Milenne me toma de la mano y me aleja un poco del grupo donde está mi madre, mi hermana pequeña y se les han unido otras pocas modelos jóvenes que trabajaron en el espectáculo de esta noche.
Mi hermana mayor y yo caminamos poniéndonos al día de la situación familiar, ya que llevaba varias semanas fuera de circulación por tanto trabajo. Ella es ciertamente hermosa, heredó los mejores rasgos de mi madre. Tiene el cabello rubio natural, unos hermosos y expresivos ojos azules casi violetas que adornan su perfil fino, conformando un rostro digno de una muñeca de porcelana. Su expresión la mayoría de las veces es indescifrable para la mayoría, es difícil de discernir que está pensando realmente para aquellos que no la conocen bien, debido a sus maneras reservadas y su dulzura con todos. Es incapaz de creer lo peor de la gente; tiene una personalidad tímida, ingenua y pura de sentimientos; ve solo lo bueno de todo el mundo.
Nos aborda Solange con 3 copas de champagne Moët Chandon rosa en las manos.
—Un brindis por el éxito— dice levantando su copa y las tres brindamos riéndonos felices de habernos reencontrado en Paris después de meses sin vernos.
Cuando ya ibamos por al tercera copa mi padre llegó. Me lanzo a abrazarlo.
— Mi niña— me dice abriéndome los brazos para que me acomode en ellos.
— Mi viejo y sexy padre. No hay nada tan sexy como tu usando tus lentes. ¡Te extrañe sexy!— le digo volviendo a rodear su cintura con mis brazos y enterrándo mi nariz en su pecho.
Mi padre siempre huele delicioso. No podría definir su esencia natural, pero solo se que así huele la seguridad y el amor.
El padre de Solange se acerca a nosotros y nos saluda. Es un viejo amigo de mi familia, ademas es un respetado Productor de espectáculos reconocido en todo Europa. Mi madre siempre ha estado tratando de competir con la familia Luc, pero lo cierto que ellos poseen un mejor estatus social y su cuenta bancaria es un poco más amplia que la nuestra, cosa que no le hace gracia en absoluto a Dora Renaux .
— Gina todo un éxito tus diseños— comenta sonriendo y pasándole un brazo a su hija por la cintura— ¿no es así, Solange ?— la chica asiente— Solo he escuchado puros halagos por parte de los críticos. Mañana serás la portada en todas las revistas de Paris. Mi madre lo aborda por la espalda y toca su hombro tomándolo desprevenido.
—No llames Gina a mi hija, su nombre es Ginebra. Ese Gina solo me suena a mariamacho rebelde sin causa. Me alegro que reconozcas que como diseñadora es más elogiada que como simple gerente de backstage.
— !Mamá!— la reprendo y Solange rueda los ojos, ya está acostumbrada al veneno natural que desprende mi madre.
— Mi querida Dora, tú cómo siempre tan querida— comenta él ignorando los comentarios hirientes de mi madre — Siempre he estado convencido que Gina es la estrella de este show, a pesar que después de tus múltiples esfuerzos no lograste que fuera modelo como te propusiste.
— Lo mejor que me puso pasar— comento entre risas y tomo cariñosamente la mano del padre de mi amiga entre las mías. — Siempre es un placer trabajar en un desfile que tú produzcas, me siento más segura.
—Por cierto Gina tengo una invitación para ti que no podrás rechazar. —alega el señor Luc Grossin—Partiremos a nuestra casa campestre en Vauclese y nos gustaría que nos acompañaras. Tendré a varios invitados ilustres, entre ellos uno de los accionistas mayoritarios de la marca Zandal, más algunos amigos allegados a él. Sería una excelente oportunidad para hacer nuevos contactos en este mundo— no tengo mucho que pensar, en serio es una buena oportunidad para darme a conocer ya para ser un buen diseñador en Paris hay que ser ambicioso y los contactos son lo más importante — Tráete a Milenne contigo, también le vendría bien un poco de publicidad—. Mi hermana se sonroja y mi madre interrumpe de golpe sintiéndose excluida. — Pues iremos todos— contesta airada, dejando sin habla al señor Luc Grossin.
Esta es una de esas ocasiones en que valdría la pena golpear a mi madre. Siempre tan irreverente, siempre tan altanera e inoportuna. Conseguir sus objetivos la llevan a cometer un error tras otro, sin importarle a quien enlode en el proceso.
Gina Renaux Volver a casa nunca es como lo esperas. Hay ocasiones que mi madre puede superarse así misma con su ridiculez. —Mamá son las 3:15 de la madrugada, estoy agotada— comenta Milenne mientras que mi madre saca más vestidos de su guardarropa para que se los pruebe. —Mañana podemos seguir con esto por favor—Yo estoy agotada y no soy modelo. No me imagino en qué condiciones esté mi pobre hermana. Pasó el día entre gimnasio y entrenamiento, para luego encerrarse en un camerino con un caos aterrador. Se que debe estar acostumbrada, pero el bullicio, la adrenalina y el escándalo en los momentos previos a un desfile causan un agotamiento mental gigante. Una vez que se apagan las luces y la adrenalina baja, queda una en tal estado que lo mejor que puede hacer es largarse a dormir lo más pronto posible. En nuestro caso no es ”posible” a menos que yo eche a Dora en este instante de la habitación que comparto con mi hermana mayor. — ¡Mamá se acabó por hoy!— digo decidida a sacarla— G
Capítulo 04Ginna RenauxPapá se une a nosotras saludando a Ana y acto seguido se nos acerca mi hermana menor. Laura tiene demasiada energía e ímpetu y es imposible que se esté quieta en algún lugar.— Tu esposo me acaba de escribir al celular para que lo acompañemos a la piscina— le informa mi padre a la dueña de la casa. Ana sonríe y entabla una animada conversación con él mientras caminamos en dirección al patio principal donde se encuentra la lujosa alberca. Esta casa siempre me gusto desde niña, es de las mejores residencias de los Grossin, sobre todo el patio de la piscina con sus camas balinesas blancas. Le dan un toque exótico.Solange se me acerca y papá entra al patio en compañia de Ana. Mi madre de la mano de Milenne y de Laura le siguen. Cerrando el grupo caminamos Solange y yo burlándonos de todos sin siquiera abrir la boca. Años de amistad nos hacen tener una especie de telepatía divertida que es muy útil en momentos como estos. Mi amiga luce un vestido juvenil floreado
Gina RenauxLa noche terminó en un aguacero torrencial que arrazaba sobre el asfalto del parqueadero del Club. Para el regreso a pesar de que Carolestaba pegada a Emiliano como una bola de chicle, no logró su propósito de regresar a la casa de los Grossin con él. No tengo claro de que táctica o excusa se valió Ra, pero lo cierto es que sólo recogió a Maria Eduarda y se fue usando un paraguas negro que no tengo idea de donde lo saco. Al parecer además de parecer un Dios, también
Gina RenauxSalí en busca de mi padre, deseaba la tranquilidad y el sosiego que siempre me transmite. Aún sin desayunar fui envuelta en los chismes de la noche anterior, aunque habitualmente no me importaban las charlas de cotilleo de mi madre y sus amigas, ya que eran un excelente boletín informativo hoy no fue el caso. Esta vez serví de tema de conversación, se lo debo a cierto dios egipcio de Ojos azules que me dejaron en ridiculo . Papá no está disponible ya que salió nuestra finca en los alrededores acompañado del Señor Luc Grossin. Resignada me senté en la Sala de estar y saque mi
Gina Renaux¿Alguna vez han sentido tanta vergüenza que se sienten diminutos? Pues bien eso fue exactamente lo que sentí. Emiliano entró y se sentó frente al sofá donde me encontraba trabajando con el señor Grossin. Hasta ese momento me pude concentrar. Mecánicamente deje mi vista pegada a la pantalla y asentía a todo lo que me decía el padre de mi amiga, sin mencionar una sola palabra ni emitir ningún sonido. No es que sea muy efectivo hacerse pasar por invisible, pero al menos me ayuda a mi con mi vergüenza. Mi móvil suena y lo tomo poniéndome de pie. Es el Jefe de los Patronistas de mi casa de moda, sin duda tengo que atender. Los patronistas son los encargados de hacer realidad mis más locos diseños. Estamos enfrascados en la colección siguiente , así que tengo que atender si o
Narrador OmniscienteSegundos despues de que Gina se marchara dejanado a Emiliano con una sensación agridulce en el pecho apareció Carol con su pelo rojo suelto cayéndole en ondas acabadas de hacer. Siempre perfecta, siempre tras de él.Camino frente a él tratando de llamar su atencion como de costumbre con el vestido corto y pegado que llevaba pero no fue el caso, ya que Santorini se encontraba sumido en sus pensamientos.— Estoy segura de que puedo adivinar tus pensamientos— dijo ella tratando de mostrarle su cara más enigmática— Merezco un premio si doy con la causa de que este tan pensativo.—Creo que no Carol, ni en tus sueños más lejanos podrí
Gina RenauxPor fin, llegó el lunes, no veo la hora de salir de este sitio. De alejarme de el dueño de la Santi Dress de una vez por todas. Ese hombre me inquieta y me revoluciona las hormonas con demasiada facilidad. Si no me voy de aquí terminaré por cometer una maldita locura y soltarle ... “Hey, tu... si tú mismo, reencarnación de Ra en la tierra, tienes un carácter del culo pero cómo estás tan rico, te daré una oportunidad de mejorar”. Ya hubiese hecho algo así si tan sólo fuera espontánea como mi hermana Laura, pero soy demasiado prejuiciosa. Salí de mi habitación demasiado temprano, Milenne aún
Gina Renaux Si alguien cree que recibir dos boletos de avión en primera clase con destino a España para asistir a un evento de moda exclusivo es ganarse la lotería, por favor que contacte conmigo para cambiarle mi suerte. Esta tarde llegaron dos pasajes, uno a nombre de la mayor de las Renaux y otro al mío propio. Otra estratagema bastante precipitada de Carlos Martínez por asegurar la presencia de Mila en Madrid. Mi ira crece por segundos, ya que no olvido lo qué pasó en la oficina a media tarde. Cuando el timbre de la casa sonó avisando que había llegado un paquete, esto solo sirvió para invocar las fuerzas del mal de Dora que se paró de un salto de la mesa donde ya todos nos disponíamos a cenar a excepción e mi padre que aún estaba en su des