CAPÍTULO CINCO

Gina Renaux

La noche terminó en un aguacero torrencial que arrazaba sobre el asfalto  del parqueadero del  Club. Para  el  regreso a pesar de que Carol  estaba pegada a Emiliano como una bola de chicle,  no logró su propósito de regresar a la casa de los Grossin con él.  No tengo claro de que táctica o excusa  se valió Ra, pero lo cierto es que sólo recogió a Maria Eduarda  y se fue usando un paraguas negro que no tengo idea de donde lo saco. Al parecer además de parecer un Dios, también tenía poderes, y es que es así... quien tiene magia no necesita trucos. 

Carlos  subió a mi automovil seguido de Milenne, obligando a Laura a correr bajo la fuerte lluvia hacia el coche de Solange, donde ya estaba sentada con un pésimo carácter la hermana de Carlos .

Llegamos a la residencia y varios empleados nos alcanzaron paraguas para descender de los coches. Apague el motor, tome el paraguas que me ofrecían y corrí adentro. Permaneci unos segundos hablando con Solange, ella me aconsejaba  que no dejará que el comentario de Emiliano Santorini  me arruinara el fin de semana; mientras que Milenne  se despedía de un modo romántico  de Carlos.

— Gina , si deseas adelántate, la noche se ha puesto muy fría como para estar mojadas y sin cambiarte. Enseguida te alcanzo — me dice tímidamente mi hermana y yo asiento con la cabeza.

Estoy agotada, y con cierta depresión que me provoca normalmente la lluvia, esta vez catalizada por el rechazo de cierto señor. Aunque ni siquiera se puede llamar rechazo. Su conversación con su amigo  sólo dejó claro que nunca tuve una oportunidad con alguien como él, y eso lastimo mi orgullo. Una cosa es que yo sepa que no estoy a la altura de sus millones,  su clase, y su sangre azul y  otra bien diferente es que me lo restrieguen en las narices. 

Me despido de Solange y avanzó por el corredor abrazándome el cuerpo con mis manos. Cuando estoy por alcanzar la puerta de mi habitación aparece de la nada Emiliano, entrando por la puerta lateral  que da al jardín que use para evadir a mi madre esta mañana. El pelo mojado y la camisa negra se le pega al cuerpo haciéndolo lucir como el ángel de la muerte, atractivo, cruel y despiadado.  Me quedó impactada ante la imagen que da, pero abandono   mi trance recordando que me llamo fea con palabras refinadas sin motivo ninguno.

— Pase buenas noches señor— digo cuando paso por su lado sin ni siquiera detenerme. No me responde haciendo que me enfade conmigo misma por haber cruzado palabra con ese narcicista orgulloso que ni modales posee. Empuño el pomo de la puerta,  más me congelo cuando miro hacia el pasillo donde él continúa de pie observándome.

—Gina— mi nombre pronunciado por su voz varonil casi me produce un descalabro, soy una débil que sintió sus pies como mantequilla. Pero hago todo por no volver a observarlo, yo no soy una mujer tóxica ni deseo tener un apasionamiento platónico con un hombre al cual no le levanto ni un mal pensamiento. —Gina yo...— vuelve a decir cuando aparece Milenne  en el otro extremo del corredor cortándolo. —Pase usted buenas noches Sr.  Santorini — musito escuetamente y entró a la habitación tratando de olvidar ese rostro, ese cabello revuelto sin gota de fijador y mojado por la lluvia.

Milenne entra tras de mi con las mejillas prendidas y me ofrece una sonrisa tímida.

— Estoy feliz, siento que al fin ha aparecido alguien que valga la pena admirar— le sonreí  porque ciertamente Carlos era un muchacho demasiado agradable y guapo. Ella se quedó en ropa interior desechando la ropa húmeda por la  lluvia y se sentó en la cama — es todo lo que un buscaba en un hombre, educado, alegre, con sentido del humor.

— Y esta muy bueno— la corte yo agregando un cumplido, sonriendo, mi hermana volvio  a asentir — Hmm, de modo que es un hombre completo. Tendremos que aplicarnos para que Dora no termine por espantarlo— me reí débilmente, mi estado de humor era pésimo, pero me alegraba sinceramente por mi hermana.

— Me siento muy adulada de que se haya fijado en mi, no me lo esperaba.

—¿No te lo esperabas? Pues yo si. No pasa desapercibido que eres hermosa, unas cinco veces más que las mujeres comunes. No porque te haya cortejado es que lo acepto, eso lo haría cualquier hombre hetero con sentido común y una pizca  de buen juicio. La verdad es que es lindo, y muy agradable; apruebo que te guste. Te han  gustado muchos especímenes raros y con poco cerebro.

—¡Gina no exageres!— me reprende ella.

— Oh, pero si es la verdad. Tienes cierta tendencia a que te guste todo el mundo . Jamás ves los defectos en otros, todo el mundo es bueno y agradable para ti. Nunca te he oído hablar mal de un ser humano en mi vida, eso incluye el nido de víboras en el cual te desartollas, tus compañeras modelos te envidian y jamas te he oído pronunciar una palabra en su contra.   

— Gina eso es solo porque no me gusta juzgar a las personas, cada cual tiene sus motivos para hacer lo que hace. Pero cuando emito un criterio lo hago de corazón, jamás he fingido ser dulce, siempre digo lo que pienso.

— Eso es lo más asombroso cariño, que eres buena y que no finges. Dulzura la finge cualquiera, es muy corriente por estos días. Pero nadie es como tú,  que solo ves lo bueno de cada persona y lo mejoras. Eso solo lo haces tu. Tienes que creerme cuando te digo que solo tú. 

— Estas exagerando otra vez Gina— me dice y la miro seriamente.

— Ok, digamos que exagero, !probemos entonces¡— la reto al paso que me siento  en la cama después de haberme puesto una piyama cómoda y llevo en las manos los productos para retirarme el maquillaje —¿A qué te simpatizaron sus hermanas?— la miro alzando las cejas y con una malvada sonrisa en los labios.

— Eso es una pregunta trampa, !Tramposa¡— esquivo la almohada que me lanza y me responde finalmente— Al principio obviamente no me simpatizaron, pero una vez que hablas con ella son muy agradables— me cubro el rostro sin poder creerme la candidez de mi hermana.

— A ti como te fue esta noche me pregunta ya acostándose  cómodamente— ¿Algo que destacar?.

—¿ A parte de que Emiliano Santorini me llamara fea? No, creo que no me ocurrió más nada— le simplificó.

— ¿Te llamó fea?— insistió sorprendida y como un resorte se sentó en la cama nuevamente — Seguramente te confundiste o entendiste mal, eres muy hermosa para que alguien te llame fea, además de lo genial y talentosa que eres, es un aditivo a tu belleza. No te debe haber llamado fea, solo te confundiste.

— Eso díselo a él— no necesito que mi hermana me suba la autoestima,  estoy consiente  que no soy una mujer fea. — No hubo ningún mal entendido, sus palabras exactas fueron y citó ...”Me equivoqué, no es bonita como crei que era” ...fin de la cita .

—No puedo creer eso de él, un joven tan educado. Algo falta en esta historia, no te llamó fea abiertamente. Quizás se sintió ignorado por ti— Milenne  se cubre las boca con la mano azorada del comportamiento de Emiliano.—Tuvo que ser eso. 

— Tranquila, casi siento que pudiera perdonarlo. Esta muy bueno y es casi un "Debe ser" que sea arrogante y vanidoso, pero no creo haber hecho nada para ofenderlo y prácticamente  fue descortés . Pero ni modo, después de este fin de semana lo veremos muy poco y no vale la pena amargarse— me acomodo y me volteo para dormir.

— Solo espero que el pésimo comportamiento de Emiliano Santorini, no te impida acompañarme a Madrid, sin tu presencia no tendré el valor de viajar. ¡Ay Gina! y realmente muero por ir.

— Eso lo hablaremos mañana— le lanzo  un beso al aire y apago la lámpara de noche.

Me cuesta conciliar el sueño a pesar que ya pasan las tres de la madrugada.  Doy vueltas en la cama constantemente pero la imagen de Emiliano  en la piscina se me aparece, Santorini  en el Aston Martin, Emiliano en el club,  Emiliano  en el corredor. ¡Maldito sea tu cara y tu cuerpo Ra!

¡Joder! ¡ Enloquecí! es la única respuesta lógica para que siga pensando en ese Ra engreído. Ni siquiera me di cuenta cuando logré dormirme, y para variar... Soñe con el señor Santorini. Emiliano  besándose con Carol Martínez  y el dichoso vestido rojo escarlata que esta llevaba noche.

Si esto es Karma, no tengo idea que es lo que estoy pagando.

A las ocho y treinta  de la mañana despierto confundida, y tengo tanto sueño que apenas puedo abrir los ojos con facilidad.

—¡Milenne  abre esa maldita  puerta o mamá la echará abajo!— después de casi gruñirle a mi hermana me volteo, intento acomodarme y me cubro la cabeza con la cobija.

Mila paracticamente se arrastra y saca el seguro dejando que Dora entre como un ciclón tropical. Como siempre mi madre tiene las baterías cargadas a mil y revoluciona la habitación en un segundo. Corre las cortinas, tira de mi frazada, la ignoro y me vuelvo a cubrir.

— Tienen que arreglarse niñas. Ya la señora Kathia está desayunando, también Solange y el dueño de la Santi Dress. Seguro no tarda en acompañarlos el señor Carlos— la sola mención del rubio hace que Mila salga corriendo hacia el baño apresurándose por estar lista.

— Tu, perezosa anímate— me dice mamá  y tira de mis pies. — Si quieres tener prestigio como diseñadora debe parecer que eres responsable y tienes algún tipo de disciplina y no dormir hasta el mediodía después de haberte ido de parranda.

Mi teléfono suena y me lo alcanza de mala gana. Abro la mensajería y leo el texto restregando mis ojos.


Solange🌸:

en línea

[Tu madre ya va en camino a despertarte, no lo pude evitar😅✅✅]

Yo:

[Ya está aquí , descuida 🥴😴🥱🤯😭😭✅✅]

Solange🌸:

en línea

[ En seguida voy contigo. Estoy a la mesa con Emiliano  Santorini y   aunque quiera no puedo odiarlo por lo de anoche, no puedo. Hoy se ve mas bueno que ayer. 🤤Ya verás que cuando veas el outfit que se carga hoy le perdonas cualquier cosa]✅✅

Yo:

[ Traidora, no te puedes pasar al bando enemigo solo porque este guapo. ¿Perdonarlo? Ni de broma, a ese he decidirlo odiarlo por toda la eternidad]✅✅

Milenne sale del baño y me paro de la cama para no escuchar el constante cotilleo de mi madre, tomo algunas cosas y sigo a bañarme.

Aunque me pese reconocerlo tengo curiosidad en saber como se ve Emiliano  hoy  y qué de su atuendo llamó tanto la atención de mi amiga. Me desnudo lentamente en el baño una vez que llega mi turno  y dejo que el agua caliente  corra por mi rostro y por mi cabello.

Si mi amiga que tiene mucha más experiencia que yo con los hombres lo haya irresistible, no todo está perdido. El hecho que no deje de pensar en él, de seguro se debe que quede impresionada por su físico. Recuerdo lo mucho que me desagrada su vanidad, su orgullo y su desdén por otros y trato de sacar una vez más su imagen de mi cabeza. Amo a las personas sencillas, genuinas y no a estirados que se creen mejor que los demás solo porque su fortuna los haga pensar que pueden comprar medio mundo.

Al salir del baño con el cabello aún húmedo, en la habitación están acompañando a Milenne y a mi mamá , las señora Ana de Grossin y su hija. Ana vino por mi nuevamente para que la ayude a escoger la prenda que llevará durante el día. Pero cuando se encontró  a mi madre comenzaron a cotillear sobre los invitados.

— El que hayan invitado a Milenne  a España es un rotundo éxito— expone Ana y mi hermana le regala una sonrisa nerviosa, no le gusta ser el centro de atención.  — Luc  lo conoce hace varios años y me aseguro que nunca lo había visto tan prendido a una chica como con Milenne, al parecer su belleza lo conquistó— mi madre sonríe autosuficiente y emocionada por este comentario. — Es un hombre muy cortes y agradable. A Andrew le gusto mucho su forma de ser— respondió mi Dora oronda, por una vez tengo que agradecer que no mencione la palabra boda y que diga algo medianamente sensato.

— Aún no puedo creer lo que dijo el Señor Emiliano Santotini de ti, mi Gina— abro los ojos como platos cuando menciona mi nombre, le lanzó una mirada de reproche a Solange  que evidentemente se fue de lenguas — aunque parece un joven educado no es más que un desagradable orgulloso que se cree mejor que los demás. Gina yo que tú no le volvería a dirigir la palabra, ni siquiera mirarlo.

—Te suplicó que no le metas ideas en la cabeza a Giny para que odie al tal Emiliano, como quiera que sea es el dueño de la Santi Dress y puede ayudarle en su carrera— Ana asiente ante tal afirmación de mi madre. — Es un hombre tan desagradable que la verdadera desgracia sería gustarle. Te imaginas Giny. De él solo nos interesa su empresa para posicionar los diseños de mi hija— concluye Dora y suspiro aliviada que haya tomado con tal madurez el asunto.

Mi madre tiene miles de defectos, pero no me cabe duda que nos ama inmensamente.

—Carol me comentó que él no suele hablar mucho, solamente con sus amigos íntimos. Con ellos es increíblemente buena persona — acota mi hermana y mi madre la regaña con la mirada haciendo que se  encoja de hombros.

—No me creo una palabra— refunfuñó mi Dora, —si fuera tan agradable se hubiese relacionado mejor con nosotros ayer y hubiese sido al menos un poco más simpático con Ginebra. 

—Hubiese adorado que sacará a bailar salsa a Gina— se burla Solange  y  la sulfuro con los ojos— no me culpes amiga, amaría ver ese cuerpo y ese trasero lujurioso moviéndose al ritmo de una sexy canción. Es mi fantasía.

—Yo que tú Gina — agrega mi madre —no bailaría con el jamas.

—Creo, mamá, que puedo prometerte eso.

— ¡Por dios señoras! —lanza Solange ganando la atención de todas — ¡Que no fue para tanto!. Que sea engreído y orgulloso pues ofende, pero en su caso no me resulta tan ofensivo, él tiene disculpa. Es natural que un hombre extremadamente atractivo,   con fortuna y todo a su favor tenga un alto concepto de sí mismo y se crea la ultima coca cola del desierto. Por decirlo de algún modo, tiene derecho a ser como es.

— Tienes razón— contesto — Solo alguien con ese físico impresionante puede ser perdonado por lo que sea. 

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