Capitulo 4

—¿Disfrutando del paisaje mi Dulce?

—Me está siguiendo señor Alcalá creo que deje todo claro con su primo, aun no me envía los papeles del divorcio

—No esperes eso preciosa, anda buscándote por todos lados para que le aclares muchas cosas, yo solo estoy de paso, vine a cerrar un negocio y por casualidad te encontre

—Permítame decirle que no le creo, Leandro ni se ha de acordar de mi existencia, por eso no agilita lo del divorcio, y usted si me anda siguiendo, no creo en las casualidades señor Alcalá

Termine de hablar, cuando el secretario del señor Alcalá se acercó a él, le señalo una mesa, donde una pareja lo esperaba, queria que el suelo se me abriera y me tragara vomitándome en mi casa

—Me disculpo Dulce, tengo negocios que atender, espero volver a verla antes de regresar, o si me tocara ponerle GPS para no perderla de vista  

—Yo espero que no, usted mejor que nadie sabe que no quiero a ningun Nobis cerca, no tengo buenas experiencias con esa familia

—Bien dijo “ningun Nobis” yo soy Alcalá, Alcalá de la Alameda no tengo nada que ver con los Nobis

Lo vi marcharse sonriendo, era un descarado sin escrúpulos, me coqueteaba sin ningun pudor o respeto hacia el que hasta este momento era mi esposo, el cual tambien era su primo “Leandro Nobis”    

—Mi amor te extraño tanto ¿Cuándo vienes? Me haces mucha falta

—No has salido a socializar ¿cierto Marcela?

—¿Qué comes que adivinas mi amor? Estoy muriendo como una pasa seca

—¿Es para lo unico que me quieres? dime como va todo en el estudio ¿Nadie te ha molestado?

—Bien, acabo de firmar tres contratos para amenizar fiestas privadas, obvio que la primera pianista que buscaron eras tú, pero les dije que no estabas disponible, hablando en serio, necesito que vengas a revisar unos cuantos documentos importantes y nuevas contrataciones, artistas que quieren que nuestra empresa los dirija

—Es bueno que el estudio tenga buena acogida despues de tanto tiempo inactivo, regresare mañana por la tarde, ya dejé todo listo aquí

*********

—¿Qué le paso a Leandro doctor?

—Antes que le diga cualquier cosa, primero hagámosle el chequeo, para eso vine

—Está bien

—En general está bien, le daré una orden para examenes y asi descartar cualquier enfermedad que a simple vista no se vea, por otro lado, todo está bien, debe alimentarse, descansar y tomar las vitaminas que les voy a enviar

—Claro doctor, digame la condición de Leandro ¿Por qué se desmayó?   

—Hace muchos años, el señor Nobis tuvo un accidente en la nieve durante unas vacaciones con su esposa, al parecer sus recuerdos se revolvieron, la comenzó a buscar a usted y señalo a su esposa como su asesina, por su condición nadie le aclaro las cosas y su padre se aprovechó de eso para destruir a los D’ Maria y quedarse con sus empresas, mientras el señor Nobis destruía a la señora Dulce por creerla su asesina

—¡Esto es demasiado! Mi padre es un ruin, un canalla que nada le importo, ni siquiera su hija, no puedo ni pensar como la paso la señorita Dulce, mi padre no tiene perdon

—La condición del señor Nobis es algo delicado, con su regreso puede que su mente se aclare y que al fin la señora Dulce tenga la paz que necesita, pero…… al no verla aquí con Leandro supongo que ya no pudo más y se fue ¿cierto?

—¿Leandro la trato muy mal?

—Mejor pregunte ¿Qué no le hizo? Pobre mujer aguanto por años desplantes, humillaciones, malos tratos, ella era fiel a su esposo, devota como nadie, eran una pena ver como se destruía poco a poco, por alguien que al parecer jamás la amo    

—Mi padre no tiene perdon, pobre Dulce y pobre Leandro, les arruino la vida 

El doctor y Evangelina hablaban sin saber que yo escuche todo, sintiéndome el hombre más ruin del mundo, trate a Dulce como asesina, cuando yo era el que tenía las manos sucias de sangre, la sangre de la familia D’ Maria corría por mis manos, aun asi estaba conmigo, cuanta soledad, angustia y dolor tuvo que haber sentido mi esposa, me bella Dulce   

*******  

—Por fin en casa ¿Dónde estás mi cielo?

Fue raro llegar y no encontrar a una Marcela llorando y haciendo berrinche por el tiempo que la abandone, me senté y masajee mis piernas, el viaje me agoto física y mentalmente, hasta que sentí unas manos en mis hombros 

—Ya decía yo que era imposible que salieras sin mi cariño, solo estabas escondiéndote de mí bebe, traje de mi viaje todo lo que me pediste nena, todo para el amor de mi vida

—Gracias, pero no te pedi nada

Me asusté al escuchar esa voz, me puse de pie muy rapido mirando a la persona frente a mí, nunca pense encontrarlo en mi pequeño departamento

—¿Qué hace aquí señor Nobis? En esta humilde casa, digame ¿en qué podemos ayudarle?

—Necesito hablar contigo Dulce

—Mi abogado me comento que ya habia enviado los papeles del divorcio, si quiere comentar algo de eso, soy toda oídos, si es por algo más puede retirarse lo acompañare a la puerta

—No es del divorcio que quiero hablarte Dulce, necesitamos hablar de nosotros

Me sorprendí cuando se arrodillo frente a mí, su mirada de dolor me comprimió el pecho, pero ya no necesito su lastima, ni su amor, me quedo muy claro en tantos años de matrimonio que nunca me amo, solo fui una suplente de su verdadero amor, ahora no vale la pena ni escuchar lo que dice

—Levántese, no sé qué trama señor Nobis, sin embargo, no creo que esto que está haciendo sea algo coherente, ademas no creo que a la señorita Evangelina le guste saber que está en la casa de su ex esposa  

—Por favor acepta mis disculpas Dulce, fui un infame durante nuestro matrimonio y te pido perdon por eso, sé que no será facil que me perdones y…….

—Lo siento por interrumpirlo señor Nobis, no tenemos nada que hablar a mí me quedo claro todo al largo de los años, con cada mujer que llevaba a la casa, una más parecida que la otra a su amor pedido a su Evangelina, no veo de que quiere hablar ahora

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