Capítulo 33
David se rio con frialdad: —¿Qué otra cosa podría ser? ¿Acaso Luis lo hizo por ti?

Juan, con una expresión muy seria, le respondió: —Claro, porque él es mi subordinado.

Cuando dijo esto, David se quedó totalmente pasmado, y también Daniel y los demás quedaron atónitos.

—¿Qué has dicho? —David pensó que había oído mal, se limpió muy bien los oídos y preguntó de nuevo: —¿Dijiste que Luis es tu subordinado?

—Sí— afirmó Juan.

—¡Ja, ja, ja…!

David estalló en grandes carcajadas: —¡No puedo más! Esto es demasiado, ja, ja, ja, me voy a morir de la risa.

—Daniel, Laura, lo oyeron, ¿verdad? Este tipo dice que Luis es su subordinado. He escuchado muchas fanfarronadas, pero esta realmente es la mejor.

David se doblaba de la risa, agarrándose con fuerza el estómago, riendo tan fuerte que parecía que se iba a ahogar.

Ana también se rio muy indignada: —¡Qué mentiroso eres! Si Luis es tu subordinado, entonces el emperador es mi hijo.

Daniel tosió algo incómodo, también pensando que Juan estaba solo fa
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