—¿Será que quien salvó a Juan aquel día fue Agustín? Esto no puede ser… Agustín lleva desaparecido décadas, ¿cómo podría estar en Puerto Lúmina?El Noveno Guardián reflexionaba, intentando encontrar una explicación a todo esto.Esto no puede seguir así. Si las cosas continuaban de esta manera, estaba claro que moriría. La técnica Puño Ascendente Infinito de Agustín, según las leyendas, aumentaba de forma vertiginosa la potencia con cada golpe: después de diez puñetazos, su fuerza se duplicaba, y si alcanzaba los cien, la potencia era diez veces superior.Con este pensamiento, el miedo comenzó a apoderarse poco a poco del anciano.Era inconcebible que el noveno en la lista de asesinos de la Comunidad de las Almas Ligadas, estuviera siendo superado simplemente por un joven que acababa de alcanzar el rango de Poderoso Marqués Guerrero.¡No puedo permitirlo!Salir de esta situación era casi imposible bajo en la fuerte presión de los puños de Juan, pero debía intentarlo.Solo había una solu
¡Otra prohibición!Ni siquiera un maestro como el Noveno Guardián podía mencionar los eventos de aquel año sin ser asesinado por una fuerza invisible. Esto confirmaba aún más que lo ocurrido entonces era mucho más complejo de lo que realmente parecía.No importa quién seas ni qué poder tengas, ¡te haré pagar!Aunque seas un dios, ¡simplemente te derrotaré!Las imágenes de las víctimas en el Ángel Guardián cruzaron por la mente de Juan, reforzando su determinación.Con un movimiento seguro y decidido, Juan pateó el cadáver del Noveno Guardián hacia la entrada de la mansión de la familia Ferrero y descendió lentamente del cielo.Alicia y los demás se le acercaron emocionados.—Señor González, ¿qué hacemos con ellos? —preguntó Livia, señalando a los miembros sobrevivientes de Ferrero.—¡Maten absolutamente todos! —ordenó Juan sin dudarlo. No necesitaba ensuciarse las manos; Livia se lanzó directo al grupo, y Alicia, con su sed de venganza por su maestro, no iba a quedarse atrás.—¡Señor G
En cambio, Juan permaneció indiferente.Al notar que no obtenía alguna reacción, Wenceslao continuó: —Ya tenemos la mayoría de las locaciones seleccionadas. Aunque la primera escena se grabará aquí, en Puerto Lúmina, las demás se rodarán en diferentes lugares de Luzveria. Juan, tendrás que viajar con el equipo de filmación.Al escuchar esto, Juan se quedó pensativo.No esperaba que el rodaje lo llevara fuera de Puerto Lúmina, pero después pensarlo por un momento, simplemente respondió que todo estaba bien.—Perfecto. Aquí tienes el guion. Léelo muy bien, porque mañana empezamos con la primera escena. Nos vemos entonces. Ahora tengo otros asuntos pendientes, así que debo irme, —dijo Wenceslao con su habitual eficiencia, dejando el guion sobre la mesa antes de marcharse.Tan pronto como salió, fue rodeado de inmediato por un grupo de periodistas.—¡Wenceslao, unas palabras, por favor!—Gracias a todos por el interés en mi nueva película. Solo puedo decirles que el actor principal ya ha c
Puerto Lúmina, en las afueras.Todo el equipo de filmación de Wenceslao estaba trabajando en este lugar. A pesar de que Puerto Lúmina tenía numerosos lugares icónicos para grabar, Wenceslao había elegido este sitio apartado, reafirmando su singular sentido estético.De repente, por el camino cercano llegaron una docena de autos, de los cuales descendieron decenas de hombres vestidos impecablemente con trajes. En un instante, rodearon el lugar de filmación, bloqueando de inmediato todas las salidas.Siendo un director de renombre, Wenceslao había contratado seguridad privada parael rodaje.—¿Qué están haciendo? Este es un lugar de filmación autorizado por Wenceslao. No pueden interferir en lo absoluto, —advirtió uno de los guardias, decidido a detenerlos, aunque claramente estaban en inferioridad numérica.—Venimos por ustedes. ¡Atrápenlos!Tan pronto como el líder de los intrusos dio la orden, su grupo avanzó con fuerza. En cuestión de segundos, los guardias fueron reducidos y dejados
En ese preciso momento, Juan levantó la mano y le propinó una fuerte bofetada a Kevin.El golpe fue directo y certero.Kevin salió expulsado hacia atrás, incrédulo por lo que acababa de suceder.¿Cómo podía ser que, rodeado por decenas de hombres armados, Juan se atreviera a golpearlo en plena cara?—¡Jonás, mátalo ahora mismo! —exclamó Kevin mientras se levantaba, cubriéndose el rostro con una mano, lleno de furia.—Decidir si muere o no, y cuándo, es algo que solo yo determino, —respondió Jonás, ignorando por completo el berrinche de Kevin. Se acercó con lentitud a Juan, mirándolo fijamente. —Mi hijo, Ciro, ¿fue a quien mataste?—¿Y si así fue? —contestó Juan con tranquilidad.—¿Por qué lo mataste? ¿Fue por esta mujer? ¡Era mi único hijo! —La voz de Jonás temblaba de rabia y dolor mientras intentaba obtener alguna respuesta.—Porque lo merecía, —respondió Juan, con un tono tan seguro que dejó a todos los presentes sin palabras.Decirle a un hombre que su hijo merecía morir, y hacerlo
Después de las palabras de Juan, un simple movimiento en su mente bastó.De inmediato, todas las balas volvieron por el mismo camino, pero con una fuerza ligeramente mayor.En un abrir y cerrar de ojos, todos aquellos que habían disparado cayeron al suelo, muertos por los fuertes impactos.Jonás, antes de morir, solo pudo mirar con incredulidad.¿Acaso su jefe también había muerto a manos de Juan?Era lógico, entonces, que durante estos días no había podido contactar a su líder.Los hombres que habían llegado en apoyo solo quedaban reducidos a Wilma y Kevin.Al ver la carnicería que acababa de suceder, ambos quedaron en ese momento paralizados, incapaces de mover un músculo.—Juan, por favor, perdóname, ¡él, él me obligó! —imploró Kevin, señalando el cadáver de Jonás mientras rogaba suplicante por su vida.Al ver que Juan no mostraba ningún signo de misericordia, Kevin se arrastró hacia Amapola, suplicándole: —Amapola, no, hermana, ¡sálvame, no me mates!Amapola, con una mirada muy som
Juan no mostró mucha preocupación. Con un tono tranquilo, dijo:—No iré a ningún lado. Haz que se retiren y hablamos en privado, solo tú y yo. Al escuchar las palabras de Juan, el comisario se enfureció al instante.—¡Qué insolencia, Juan! ¿Qué crees que son las vidas humanas, algo que se puede resolver con unas simples palabras? Hoy, aunque venga el alcalde, tienes que venir con nosotros.—Qué fastidio, —murmuró Juan. Con un simple suspiro, sacó una ficha púrpura de su bolsillo y la lanzó al comisario.El comisario atrapó la ficha y la inspeccionó con detenimiento. Aunque decorada con un grabado de nueve dragones, no tenía idea alguna de qué era.—¿Qué es esto? —preguntó. —¿No lo reconoces? Está bien, parece que tu niveles muy bajo. ¿Y esto? —Juan sacó un objeto dorado y lo lanzó con desprecio.Era el Centro del Rey Justiciero, un símbolo de poder capaz de disciplinar tanto a generales como a oficiales corruptos.El comisario lo observó detenidamente, pero su expresión permaneció aú
—Además, —continuó Agustín con un tono de envidia profunda, —tú, muchacho, tienes un destino que otros no lograrían ni en toda una vida. Solo este Santuario del Dragón, este espacio mío, supera en gran manera cualquier secreto que la Comunidad de las Almas Ligadas pueda ofrecer. Deberías agradecer lo que tienes, en lugar de no valorarlo.—Y ni hablemos de que puedes entrar y salir de este santuario como si fuera tu patio trasero. ¿Sabes cuántos grandes maestros vendrían a buscarte si este secreto llegara a conocerse?Agustín, claramente molesto, parecía estar celoso. Pensar que el misterioso santuario que él mismo había perseguido durante tantos años estaba ahora en manos de un joven al que consideraba un —simple inútil— solo aumentaba cada vez más su frustración.—¡Apresúrate y vuelve al santuario para entrenar! —fue la última frase que dejó escapar antes de callar, lleno de disgusto.Al escuchar ese tono lleno de resentimiento, Juan sintió un repentino escalofrío.La última vez, cuan