—¿Puedes contarme qué te motiva a insistir tanto? —preguntó Juan sin dar una respuesta directa, devolviendo la interrogante con una mirada algo curiosa.El director de mayor renombre en el círculo cinematográfico no solo había mostrado interés en su impecable actuación, sino que incluso había renunciado a una inversión significativa y ofrecido concesiones extraordinarias solo por retenerlo. Juan no podía creer que no hubiese algo más detrás de todo esto.—¿Podemos hablar en privado? —propuso Wenceslao tras echar un vistazo alrededor, llevándose a Juan a un rincón apartado del fuerte bullicio.—Juan, la película que voy a dirigir se llama Guerreros del Viento.—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —replicó Juan con un tono tranquilo, aunque curioso.—Sé, Juan que no eres una persona común y corriente —respondió Wenceslao con seguridad.Esta afirmación tomó a Juan completamente por sorpresa.—¿Mi habilidad fue detectada con facilidad?—Entonces, ¿este es el verdadero motivo por el que me bu
El anciano, con una expresión inmutable, cambió de repente el tono de su voz.—Qué lástima, chico. Tu destino te ha jugado una mala pasada. ¡Has tenido la mala suerte de encontrarte conmigo!Apenas terminó de hablar, el hombre extendió de inmediato la mano en un movimiento aparentemente simple, sin mostrar ninguna perturbación en el aire ni manifestación alguna de energía. Parecía el gesto casual de cualquier mortal. Sin embargo, para Juan, esa acción insignificante creció de forma vertiginosa hasta convertirse en una presión abrumadora que llenaba todo el espacio a su alrededor.—¡Romperé tu ataque!Con un rugido que resonó en su interior, Juan canalizó toda su energía vital y desató el intenso poder de un Gran Maestro en el noveno nivel. Su cuerpo temblaba bajo la presión invisible que lo aprisionaba, pero finalmente logró liberarse, aunque empapado en sudor.—¿Quién es este anciano? ¿Cómo puede ser tan aterrador?Juan apenas tuvo tiempo para reflexionar antes de lanzar su propio ata
—¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy? —Juan miró a su alrededor, pero no vio a nadie. Solo podía escuchar una voz que resonaba con gran fuerza en el aire, si su dueño se mostrara sería diferente.Las heridas de su cuerpo estaban completamente curadas, como si el enfrentamiento anterior con los asesinos de la Comunidad de las Almas Ligadas hubiera sido solo un sueño.—Ni siquiera sabes dónde estás y ya te han encerrado aquí. Qué patético eres. No esperaba menos de un inútil tan débil como tú, —continuó la voz con un tono lleno de desprecio.Un practicante en el noveno nivel de Gran Maestro estaba siendo llamado inútil. Si alguien más escuchara esto fuera de aquí, quizás quedaría boquiabierto del susto.—Señor, aunque su nivel de cultivación era misterioso, si continúa humillándome de esa manera, no me culpe por ser tan descortés, —respondió Juan, que, aunque por lo general era muy paciente, no pudo contener más su enojo ante semejante burla.—Tu poder no vale nada, pero vaya que tienes mal gen
Agustín sintió de inmediato que su oportunidad había llegado.Si lograba salir de ese espacio, con el poder que ahora tenía, estaba seguro de que podría dominar toda Luzveria sin dificultad alguna.—Escucha muy bien. Este lugar es el Santuario del Dragón, un tesoro secreto que todo aquel en el mundo de la cultivación sueña con encontrar. Aquí, el progreso en el entrenamiento es al menos el doble de rápido que en el exterior, y cuanto más progresas, más confusa es la energía vital. Mira, te ofrezco este lugar. Solo tengo una condición: libérame de aquí. Es sencillo, solo necesitas usar tu voluntad para dejarme salir, —dijo Agustín con aparente desprecio, como si le estuviera haciendo un favor inmenso.Lo que Agustín no sabía era que, mientras el colgante de dragón grabado se fusionaba con el cuerpo de Juan, en la mente del joven aparecía una visión.En un espacio vacío, una majestuosa sombra de dragón se elevaba y giraba con gran imponencia . Debajo de esa figura monumental, había innum
Juan entendió que había llegado el momento de marcharse.Con solo pensarlo, apareció de la nada en medio de una calle desierta. Por suerte, era de madrugada y no había nadie alrededor. De lo contrario, cualquiera que lo viera a simple vista habría gritado que era algún fantasma.—El Santuario del Dragón…—Juan miró hacia el colgante de jade que colgaba de su pecho, el legado de su familia, y murmuró: —¿Será posible que el señor Supremo del que hablaba Agustín sea mi padre?Ahora comenzaba a comprender que la verdadera razón por la cual intentaron matarlo en el pasado tal vez tenía que ver con ese colgante con forma de dragón.Pero, ¿qué habría pasado con Amapola?La preocupación lo invadió por completo. Temía que, al no encontrarlo, los miembros de la Comunidad de las Almas relativas pudieran tomar represalias contra las personas cercanas a él. Sin preocuparse por parecer extraño, se elevó en el aire y voló directo hacia el edificio donde vivía Amapola.Al llegar, sus temores se confir
Livia, al escuchar esas palabras, dejó escapar una risa burlona. —¿Líder de los Custodios del Horizonte? No es más que un simple títere.Quizás por sentirse menospreciado, Evaristo elevó el tono de su voz, claramente ofendido.—¿Sabes acaso lo que representa la Comunidad de las Almas Ligadas? Hay miles que sueñan acercarse a ellos, y tú, una insignificante miembro de la familia Ibáñez, ¿pretendes despreciarlos de la peor manera? Bah…, no tengo tiempo para discutir contigo. Después de hoy, serás solo un cadáver.Livia, sin mostrar el menor rastro de miedo, respondió: —Aunque yo muera, tú tampoco terminarás del todo bien. ¿Cómo te atreves a capturar a los amigos del señor González? El día que él venga a buscarte, quiero ver cómo te defiendes.Evaristo soltó una gran carcajada como si hubiera escuchado la mejor de las bromas.—¿El señor González? ¡Ja, ja, ja! ¿De verdad crees que los dejamos vivos hasta ahora por simple bondad? Todo fue para atraer a ese miserable mocoso. Una vez que se a
Al ver que todos los presentes tenían alguna relación con Juan, Evaristo se sintió lleno de satisfacción.Recordó aquella noche en el banquete de la familia Delgado, cuando no tuvo el valor suficiente de enfrentarse a Juan. Ahora, ese recuerdo parecía ser un mal trago del pasado que, finalmente, se tragó con facilidad.Juan, pensó, no tenías idea, ¿verdad? Todas las personas que conoces aquí en Puerto Lúmina, las tengo bajo mi control.Evaristo miró a los prisioneros frente a él, especialmente a las tres mujeres.Entonces, una idea perversa cruzó con rapidez por su mente. Si al final iban a morir, ¿por qué no disfrutar un poco antes de que eso sucediera? Después de todo, los superiores solo le habían pedido que mantuviera a las mujeres con vida hasta el día de hoy.—Livia, he escuchado que nunca te casaste y que has mantenido tu pureza hasta ahora. Bueno, qué oportunidad tan perfecta para comprobar si eso es realmente cierto. Y ustedes dos, no se preocupen, también tendrán su turno, —d
—¡Señor González, nos volvemos a encontrar! Muchas gracias por salvarnos.Alicia, después de recuperar sus poderes, no dudó en expresar su sincera gratitud hacia Juan.Juan, al verla, también estaba sorprendido. Aquella mujer de blanco, elegante y llena de determinación, la misma que había encontrado por casualidad en el Río del Silencio, aparecía ahora en unas circunstancias completamente diferentes a lo que estaba acostumbrado a ver.Y ahora, conocía su nombre. Aunque esto despertaba su curiosidad, sabía que no era el momento adecuado para preguntar.Mientras tanto, los maestros de la Comunidad de las Almas Ligadas flotaban en el aire, observando a Juan sin hacer ningún movimiento.Desde su perspectiva, Juan no representaba una amenaza real. Consideraban que todo lo que hacía era una simple pataleta de un condenado.La idea era bastante sencilla: primero dejarlo luchar, permitirle un rayo de esperanza, y después destruirlo junto con los demás, arruinando cualquier posibilidad de salv