Finalmente, Fortunato recordó dónde había visto a Juan antes.El ancestro de su familia guardaba un retrato de Juan cuando era niño.Aunque habían pasado doce años, si uno observaba con detenimiento, aún podía notar ciertos rasgos similares.En ese preciso instante, la única idea en la mente de Fortunato era escapar.Escapar de este lugar, regresar a su familia y notificar de inmediato al ancestro.La aparición de Juan solo en Puerto Lúmina significaba una oportunidad perfecta para asesinarlo. Si lograban acabar con él, todo podría arreglarse.Las reacciones de los cuatro guerreros no pasaron desapercibidas para Juan.Con un sagaz movimiento, apareció al instante frente a Fortunato.—¿Me reconociste? —La sonrisa de Juan, en la mirada de Fortunato, era la de un demonio que venía a reclamar su vida.—No. —Las palabras de Fortunato salían con dificultad.—Entonces, ¿por qué tiemblas de miedo?—No… no tengo miedo. Tú eres más fuerte que yo, es una reacción natural…— Fortunato intentaba man
—¡Hablas demasiado! —dijo Juan, y en un instante, una descarga de energía salió de sus dedos.Amancio, con la boca abierta, no alcanzó a decir ni una sola palabra antes de caer muerto.—Ahora solo quedan ustedes tres.Apenas había terminado de hablar cuando Wilfredo, con un movimiento muy preciso, atravesó el pecho de Rigoberto con un golpe de mano.Antes de morir, Rigoberto lo miró incrédulo. —¿Te atreviste a atacarme?Mientras Rigoberto exhalaba su último suspiro, Wilfredo retiró su mano ensangrentada y se dirigió furioso hacia Ciro.—Wilfredo, no puedes matarme, ¡somos como hermanos! Además, mi padre es el hombre más rico de Puerto Lúmina. ¡No puedes matarme, Wilfredo! —Ciro suplicaba desesperado, en un último intento por salvar su vida.Pero sus palabras no lograron calmara Wilfredo.Al ver que sus ruegos eran inútiles, Ciro sacó una pistola de su cinturón, apuntándola a Wilfredo con la única esperanza de que, a esa distancia, al menos la pistola le sirviera.Pero subestimó la habi
—¿Entonces quieres decir que puedes entrar y salir libremente? —Juan le preguntó, con una expresión de duda.—Exacto. En realidad, si el señor González solo quiere enfrentarse a la familia Delgado y a su ancestro, no solo yo, sino también las otras tres grandes Familias Guerreras Ancestrales estaríamos a favor.—A lo largo de los años, la familia Delgado se ha vuelto demasiado poderosa. Abiertamente y en secreto, han codiciado nuestros territorios, y muchos de los Grandes Maestros de las otras tres familias han muerto o desaparecido de forma misteriosa. Todo esto ha sido obra de la familia Delgado, pero nadie se ha atrevido a hacer nada al respecto. También se rumora que tienen el respaldo de una figura muy poderosa, lo que nos ha mantenido a todos en silencio, —confesó Wilfredo, revelando una serie de secretos sobre los Custodios del Horizonte.—Vamos, llévame a tu familia Ibáñez, —dijo Juan, tomando una decisión de inmediato.—¿Señor González ha decidido usted aceptarme como su segui
—Yo fui quien los mató, —dijo Juan sin intención alguna de ocultar la verdad.—Está bien, digamos que los mataste tú, —respondió Livia con una sonrisa de complicidad.Al ver su expresión, Juan se quedó sin palabras. Hoy en día, parece que ni diciendo la verdad te creen.—He escuchado de Wilfredo que quieres enfrentarte a la familia Delgado y al líder de los Custodios del Horizonte. ¿Podrías decirme por qué? —preguntó Livia, cambiando de repente el tono de su voz.—Venganza, —respondió Juan, con el rostro serio.—Si es por venganza, entonces la familia Ibáñez estará dispuesta a ayudarte. Wilfredo ya te habrá mencionado que fue Silvestre, ese viejo maldito, quien mató a mi hermano mayor. Y no solo eso: el veneno que llevo dentro también fue obra de Orlando, ese otro anciano despreciable de la familia Delgado. Livia habló con un resentimiento evidente, apretando con rabia los dientes al mencionar a ambos.—¿Me permites echarle un rápido vistazo? —Juan, quien antes pensaba que Livia estaba
Al poco tiempo, Juan llegó al lugar.El guardia de seguridad estaba profundamente dormido en la caseta y no notó la llegada de Juan.Sin prestarle mayor atención, Juan avanzó directo hacia el interior, tratando de ubicar la dirección exacta.Justo entonces, vio a dos hombres corpulentos que llevaban a una joven desde un edificio residencial.La joven era, sin duda alguna, Amapola.¡Qué coincidencia!Juan se les acercó con calma.Los dos hombres, al verlo avanzar hacia ellos en medio de la noche, no se inmutaron en lo absoluto.—¿Qué están haciendo? —preguntó Juan señalándolos con una expresión muy seria.—Amigo, ella bebió de más, ya sabes cómo es, —respondió uno de ellos con una sonrisa malvada y una expresión de complicidad.—No, no sé. Les sugiero que la suelten, —respondió Juan con una expresión de completa seriedad.—Amigo, no te metas en problemas, —amenazó el otro, molesto por la insistencia de Juan.—Lo siento mucho, pero tengo la mala costumbre de no ignorar este tipo de situa
—¿El mundo del espectáculo siempre es tan caótico? Entrar a la fuerza, llevarse a alguien y, encima de todo, ¡con armas! —bromeó Juan, pensando que todo esto debía ser parte de los desórdenes del medio.—Juan, ¿tienes tiempo estos días? —preguntó Amapola, de repente.—¿Para qué?—¿Por qué no trabajas como mi guardaespaldas unos días? Te ofrezco comida, alojamiento y el salario que quieras.—Comida y alojamiento suena bastante bien, pero, eso sí, sin servicio nocturno, —bromeó Juan.—¿Entonces aceptas?—Bueno, no me vas a echar a un hotel a medianoche. —¡Voy a prepararte en este momento una habitación! —respondió Amapola, emocionada, olvidando por completo los incidentes de la noche anterior.Pasaron la noche sin incidentes y al día siguiente, Amapola llevó a Juan a su empresa.Amapola trabajaba en Estrella Viva Producciones, una reconocida agencia de entretenimiento que representaba a gran cantidad de celebridades, aunque ella misma no era de las más populares.—¡Miren quién está aquí
—¡Ahhh!Amapola soltó un grito en el aire, aunque no podía hacer nada para cambiar su caída.La escena de repente dejó a todos congelados al instante: el director, el actor que estaba en la escena con Amapola, y todo el equipo se quedaron en completo estado de shock.Solo quedaba el grito ahogado de todos.¡Era el fin!Si Amapola moría en el set, esta producción quedaría arruinada, y el director seguramente terminaría en la ruina.Juan no lo pensó dos veces y, en un ágil movimiento, se lanzó hacia donde caía Amapola y logró atraparla en el aire.Ambos descendieron con suavidad, lo que dejó a todos los presentes boquiabiertos por unos instantes.Pasaron unos segundos antes de que alguien reaccionara.—¿Pero qué demonios? ¡Equipo de utilería! ¿Qué están haciendo? ¡¿Cómo es posible que se rompa un cable de seguridad en un set de época?! ¿Quieren perder su trabajo? —gritó el director, en un terrible arranque de ira.Luego de descargar su frustración, se acercó para asegurarse de que Amapol
El director Gregorio se le acercó apresurado a Amapola.—Amapola, ¿este es parte de tu equipo? ¿Por qué no lo presentas? —preguntó con cierta curiosidad.—Gregorio, te has confundido. Solo está haciendo el papel de mi guardaespaldas por un tiempo; en realidad, es mi amigo, —explicó Amapola con rapidez. —Juan, él es Gregorio, un director muy conocido en la industria.—Así que te llamas Juan, ¿verdad? ¿Te interesaría actuar? —preguntó Gregorio, intentando ser amable al darse cuenta de que no era un miembro del equipo.—No, no estoy interesado para nada en esto, —respondió Juan sin dar tantos rodeos. Pensaba que, después de ver la actuación en vivo, lo último que quería era actuar. En ese preciso momento, una voz inoportuna interrumpió.—Director, tampoco es como para buscar actores al azar, ¿no es así? No cualquiera puede actuar, —comentó Ignacio con desprecio, mientras se le acercaba acompañado de una mujer atractiva.—Sí, director, mejor llamo a un amigo del medio para que interprete