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Inicio / Romance / Mimaré A Mi Esposo El Ceo Paralítico / Capitulo 02
Capitulo 02

Alexa lo siguió durante todo el día, primero estuvo pendiente de los exámenes que andaban el mismo resultado siempre ella amanecía en un estado vegetativo. por primera vez durante tanto veía una emoción y otra de cuál era de frustración y rabia.

Luego me haces una grosero inexpresivo y se marchó, pensó que llegaría a su mansión Pero llegó a donde está el tratamiento en realidad era demasiado pequeño mucho más pequeño y que ya se encontraba en la TV que la llevaran al hospital. Miró por todos lados y su curiosidad por toda la habitación, la cual está llena de libros.

Ella lo sirvo durante toda la mañana, llegó al mediodía y novio para comer y se la puso ansiosa. Durante todo su trabajo y no levantar la vista de los papeles le voy a hacer nada Le daban una computadora pero no había ningún índice para que fuera a comer ni beber absolutamente nada era como una máquina en funcionamiento constante sin ninguna perturbación.

.

— Liam, ya es hora de comer— Alexa floto su alrededor prácticamente gritó para ver si la olla pero siguió con lo que estás haciendo.

Continúo un largo tiempo hasta que el sol desapareció y llegó la noche, por una pequeña ventana. En el interior mostraba el inicio de la noche, que era demasiada fría ni siquiera, había calefacción en esa habitación lo cual la estaba frustrando.

— ¡ Oye idiota!— golpeó su frente sin ningún éxito. siguió intentando sin ninguna creación las 9 de la noche, fue que Liam deja los papeles luego salió unos medicamentos de su escritorio y se los toma.

Luego, solo abrió la puerta de la pequeña habitación y salió. Alexa con un poco de alivio pensó que por fin Liam iría a comer algo, pero no lo hizo, el hombre cansado se le dirigió nuevamente hacia el hospital.

Alexa miró al cielo y luego recordó que al testaro de hombre no había comido nada desde que pudo salir junto a él, y era la tarde de la noche y no había comido nada y dicho su secretario todavía no había probado nada de bocado, ni siquiera había dormido bien tenía miedo de que colapsara en cualquier momento.

Su cuerpo no puedo evitar encogerse del miedo y preocupación. Él el hombre no comía ni bebía nada.

—¡ Liam, debes de ir a cenar ahora o te vas a desmayar!—grito nuevamente exaltada, tratando de que la notara se puso frente a él pero la silla de Lola la traspaso y sintió mucha furia, en ese momento deseo tanto poder decirle que comiera que dejara de ignorar su salud por la de ella ella ya no tenía regreso en cualquier momento digan que estaba muerta pero él no se merece morir, no por ella.

Después estar un rato dentro de la habitación, dándole masaje por fin su secretario parece hacer útil y le trajo algo de comer. Pensó que no lo haría, que seguiría negándose a comer pero lo hizo al fin empezó a comer, era uno comida simple. Había carne, y un poco de ensalada, también había un jugo de naranja y un tarro de medicamentos, no sabía cuál era la medicina que estaba tomando; solamente era un frasco sin etiqueta negro, donde no podía ver el contenido de medicamento. Solo sabía que era unas pastillas también de color negro no sabía qué tipo de medicamento podría hacer pero por lo poco que había visto bien lo tomó todo el tiempo.

Comió solo un poco y luego desechan la comida de verdad sentía tanta rabia y quería golpearlo en la cara después sacar la comida y así se la tragar Cómo era posible de que no estuviera comiendo y estuviera desechando la comida solo le dio unos dos bocados al plato y lo desechó solo fue como para tomarse medicamento pero no comió más nada. Ignorando la mirada fría de su secretario volvió a su cuerpo y volvió a masajear sus manos y sus piernas en ese momento compartía el mismo enojo con el secretario Jonathan aunque le sorprendió escuchar que el secretario la maldecía y le echaba toda la culpa en su mente.

Ya sabía que no era del agrado de Jonathan desde un principio ambos no se cayeron bien y los demostraron aunque Jonathan trató de ser menos obvio cuando estaba junto a su jefe pero cuando están solos las miradas llenas de desprecio El día de ambos era evidente con él fue el que más tuvo 12 ya que él muchas veces la criticó por su comportamiento frente a su ex esposo y por su alta salida y por gastar el dinero de la familia A pesar de que ella no lo hablaba y lo detesta y lo odiaba usa su dinero prácticamente era su venganza por haberse la obligada a casarse con él así que ni siquiera utilizaba y la otra parte la gastaba en su amante y en su familia.

Salió luego de darle nuevamente unos masajes a contestar una llamada quiso ir pero a ver al secretario Jonathan estaba mirandola con un fuego ardiente en los ojos, penso que este hombre la desconectaría o le aplicaría algo para que su cuerpo fallara.

— Usted es la ruina de mi jefe, debería de morirse de una vez para que mi señor Liam pueda descansar de usted— Sus ojos se siguieron oscureciendo —lo único que le trajo usted fue desgracia, si él no se hubiera casado con usted no estaría en tantos problemas —la miro y apartó los puños con fuerza pero luego su rostro se recompuso — Pero también se bien, que si usted muere mi jefe también moriría con usted y no quiero que el muera— la observó durante un rato y salió de la habitación antes de que pudiera cometer homicidio.

Bueno, los sentimientos son mutuos, ella también se quiere morir definitivamente, porque quiere descansar. Que por fin digan que su cuerpo ya no tiene respuesta ni recuperación, pero al mismo tiempo no quiere irse, porque no quiere morir.

Estaba pensando en todo cuando se escuchó una voz llena de burla y la puerta se abrió.

— Oh, ¿Eres tú Alexa?— su voz llena de felicidad la sorprendió mucho.

—Mirarte da tanta lastima — exclama antes de cerrar la puerta, cuando la puerta de cielo sus ojos llenos de fastidio la miran—Ha ahora estás tirada en la cama como una mujer muerta y dejando que un paralítico limpie tu orina y tu m****a limpie tu m****a. ¿No te sientes como basura inútil?— se acerca con pasos elegantes a su cama —¿No quieres morir ya y librarte de toda esta miseria?

Está Es la primera vez que Alexa ve en la cara de su hermana, esa expresión tan ansiosa llena de ira y esperanza de que muera prontamente, y también burla, como un regocijo, ¿Cómo si la sola idea de verla en esa situación fuera un regalo para ella?

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