Bruno despierta por el sonido vibrante sobre la mesa de noche, del teléfono, con pesadez abre sus ojos y los frota, mira la hora es muy tarde se sienta en el borde de la cama tratando de recordar cómo llegó a casa y termina por ir al baño, toma una ducha larga y cuando sale violeta esta sentada en uno de los muebles, tiene puesto un vestido que le deja ver el vientre y el escote de sus pechos hinchados por su embarazo, se levanta cruzada de brazos lleva tacones puesto y él la observa sus gestos le dejan claro que ella está muy molesta

—buenos días casi tarde ¿como te sientes violeta?-

—el colmo del descaro eres bruno giordano, deberías pedirme una disculpa después de lo que me hiciste—

El detiene la respiración y luego resopla, se rasca la barbilla sin saber que había hecho

—no se que hice ¿por qué estás tan molesta?—

—empecemos por; saliste de la empresa muy temprano, no me llamaste en ningún momento del día para saber cómo estaba, volviste a casa a las dos de la madrugada no lo sé,