—¿violeta?—

Su madre entra a su habitación y la escucha vomitar le toca la puerta del baño

—¿violeta estás bien? Son las 10 de la mañana y aún no bajas al desayuno—

—ya voy mamá dame un minuto—

Su madre la espera mientras escucha como ella vomita con desesperación, al verla salir se ve echa un desastre

—¿que te pasa hija mía?—

—¿te importa madre?—

—claro que me importa tú bienestar (le quita el flequillo de la frente) eres mi hija y no sabes cuánto me dolió darle a luz—

Ella resopla y va al closet, frota sus ojos pero su estado de ánimo solo le pide dormir

—¿mamá que es lo que quieres? Aún estoy cansada quiero dormir—

Su mamá se acerca y toma asiento cruzando las piernas y la mira

—tienes la cintura un poco diferente, tienes nauseas, estás comiendo un poco más que antes, te ves pálida, estás vomitando y siempre estás cansada, mmmm ¿a ver hija estás embarazada?—

Violeta niega y se sienta en la cama, está pensando seriamente en que debe mentir acerca del padre de su bebé una mentira