Noah lo pensó un momento, no estaba completamente seguro de que fuera lo mejor, pues no deseaba que Charlie pensara más de la cuenta en lo que su padre estaba haciendo con una mujer que él no conocía. Al parecer su rostro dejaba ver lo que pasaba por su mente, pues Ale interrumpió sus pensamientos.—No le vamos a decir nada de esto, solo quien soy y que soy una amiga —propuso ella y él la miró fijamente.—¿Estás segura?—Claro que sí, Noah, no le pongas tanta cabeza. Será mejor que lo recibas, mientras que yo me doy una ducha rápida y después lo puedes hacer tú —comentó ella, quitándole peso a lo que pasaba. Al menos, quería lucir relajada ante Noah, pues ella por dentro se sentía ansiosa y emocionada de conocer al pequeño.—Noah, ¿qué hago con el niño? —preguntó Oscar al teléfono.—Ya alguien lo acompañará al ascensor —contestó Noah, mientras veía que Ale agarraba su teléfono y llamaba a la recepción del hotel.Sus instrucciones no demoraron, solo le pidió a Silvia que se encargara d
Después de unos minutos, Noah salió de la habitación, ya completamente vestido y con una actitud relajada. Encontró a Ale y Charlie en la cocina, este último muy concentrado mientras ayudaba a batir la mezcla para los panqueques. La escena le arrancó una sonrisa inevitable.—¡Ya casi estamos listos! —anunció Ale, mientras le guiñaba un ojo a Noah.—¿Puedo ponerle chocolate? —preguntó Charlie, mirando a Alessia como si buscara su aprobación.—Claro que sí. Panqueques con chocolate suenan deliciosos —respondió ella, disfrutando de la inocente alegría en el rostro del niño y sacó la salsa que el niño necesitaba.Los conejos quedaron un poco extraños, pero Charlie se sentía feliz y orgulloso porque “él mismo había puesto la masa en la plancha”, con ayuda de su papá.El desayuno transcurrió con risas y charlas amenas. Alessia fue cuidadosa en no cruzar ninguna línea, tratando a Noah con la naturalidad de una amiga de la familia. Al final, cuando el ambiente se volvió más distendido, Charli
Noah miró con intensidad a Alessia, por lo nerviosa que estaba, imaginó que le contaría lo que la atormentaba, y por eso, no la acosaba, sino que, esperaría el tiempo necesario, para que ella se abriera ante él.Ale no paraba de darle vueltas a las palabras en su mente, pero no encontraba una forma correcta de hacerle saber a Noah lo que había hecho, mucho menos, sabía cómo afrontar el haberle mentido.«Solo dile la verdad, así sin más», le dijo su consciencia. Respiró profundo y lo miró con algo de temor.—Noah, yo…No fue mucho lo que Alessia pudo decir, porque su celular empezó a sonar con fuerza, tanta, que ella se alejó de Noah y corrió a contestar, antes de que el timbre despertara a Charlie.Noah supo que esa interrupción había acabado con la valentía y determinación que alcanzó a ver por un segundo en los ojos de Ale.—¡Mamá! ¿Está todo bien? —preguntó ella al contestar.—Hija, sí, todo se encuentra bien. Hoy no nos hemos querido levantar de la cama con tu padre, creo que ya n
Ale no pudo disimular el interés que le generaba la llamada del abogado, debía ser importante, para que llamara a Noah un domingo en la tarde, aunque también era raro, porque ningún juzgado enviaría comunicados en días no laborales, por eso imaginaba que era algo delicado.—¿Qué debo hacer? —preguntó Noah. Ale siguió conduciendo hacia la dirección que le habían dado, pero todo el tiempo estuvo atenta de la conversación.—Imagino que se extraña porque lo llamo un domingo, lo siento, pero estaba alistando mi semana de trabajo y… —se hizo una pausa—está la citación a esa reunión, solo quería que estuviera al tanto, su presencia no será necesaria, solo estaremos los abogados y el representante del juzgado. —¿Solo es eso? Debo admitir que su llamada me hizo pensar que había algún problema —dijo Noah y Daniel soltó una risa seca.—Oh, no, señor Hyde, tranquilícese, que solo quería informarle al respecto. Más bien, tenga buena noche —se despidió el abogado y Noah frunció el ceño al intercam
Una vez se quedó sola, la inquietud por saber cuál era la demora de Noah, la llevó a caminar a pasos lentos hacia la puerta de la habitación donde estaban él y Charlie. Una sonrisa se le marcó en su rostro, la puerta estaba entreabierta y escuchaba como Noah le leía un cuento al pequeño Charlie, que se había despertado en algún momento.—¿Ale? —preguntó Noah al ver una sombra afuera de la habitación.—Perdón, no quería interrumpir —se excusó al asomarse por la abertura.—No molestas…—Ale, buenas noches —susurró Charlie con voz somnolienta y movió su manita en forma de saludo.—Descansa, cariño. Ten lindos sueños. —El pequeño asintió y se estiró para darle un beso a su padre en la mejilla.Noah sonrió cuando Charlie le dio un beso de buenas noches. A pesar de la sencillez del lugar, se sentía afortunado por tener a su hijo cerca, y eso era lo que realmente importaba. Sabía que su situación actual era temporal, y esperaba con ansias el día en que pudiera ofrecerle a Charlie un hogar má
La alarma del celular de Noah empezó a sonar en la mesa de noche. Charlie se enroscó más en la cama y cubrió su cabeza con la colcha, como si fuera una barrera contra la alarma, pero esta siguió sonando. El pequeño abrió los ojos con somnolencia y antes de apagar la alarma se percató de que su padre no estaba a su lado.Con el ceño fruncido apagó la alarma y después de frotarse los ojitos salió de la habitación. Se cubrió la boca con diversión al ver a su padre dormido en el sofá con Alessia abrazada sobre su pecho.Charlie se rio nervioso y caminó muy lentamente hacia ellos y con su dedito picó el brazo de su papá. Contuvo la risa cuando vio a Noah hacer una mueca y voltear la cabeza hacia otro lado, entonces volvió a picarlo, pero el cachete.—Papi… —lo llamó en tono bajo—. Papi, tengo que ir a estudiar.Noah y Ale se habían quedado hablando y disfrutando de su compañía hasta la madrugada, la primera en dormirse fue Ale y Noah aprovechó tenerla en sus brazos un rato, hasta que tambi
—¿Por qué lo dices, cariño? —preguntó Ale, con las mejillas totalmente acaloradas.—Porque estaban durmiendo juntos y Andy me dijo que eso hace su mamá con su nuevo novio —explicó el pequeño, mientras mantenía sus miradas fijas en sus acompañantes adultos.—Oh, cariño, anoche nos quedamos dormidos porque estábamos cansados —le aclaró Ale a Charlie y él frunció el ceño.—¿Entonces no son novios?—No, hijo, no lo somos… —dijo Noah y miró a Ale, que mordió su labio.—Charlie, ¿te gustaría que tu papito tuviera novia? —le preguntó ella, lo que provocó que Noah la mirara con más interés.El pequeño pareció pensarlo y levantó los hombros sin dar una respuesta clara.—No lo sé… ¿Si tuvieras una novia nueva, yo tendría una nueva mamá? —le preguntó Charlie a su padre.—No, tu mamá siempre será Andrea, eso no va a cambiar —le aclaró él y el pequeño pareció pensarlo.—Bien…Ale le regaló una sonrisa al pequeño, con la que intentó disimular la incomodidad que sintió en su interior ante la breve c
—Me iré a arreglar con prisa y podemos irnos —dijo Noah al entrar al apartamento de Oscar.Ale asintió y se quedó mirándolo cómo se alejaba hacia la habitación. Estuvo por sentarse en la sala, pero lo que menos deseaba era quedarse quieta y ponerse a pensar de más, en especial, después de la conversación que ya habían tenido. Por eso, se pudo a dar vueltas por el espacio y se detuvo ante cada fotografía que había. No era difícil saber que la bebé y la mujer joven de las fotos, eran la esposa e hija de Oscar; y una sonrisa se le marcó en su rostro.Noah veía a Ale desde el interior de la habitación, mientras tendía la cama y recogía la ropa que había quedado de Charlie.—La bebé de Oscar ¿qué edad tiene? —preguntó Ale desde la sala, pues no sabía qué tanto tiempo tenían las fotos que contemplaba.—Tiene siete meses recién cumplidos —comentó Noah, al tiempo que tomaba su ropa, para llevarla al baño.Alessia lo miró y sonrió.—Es una bebé preciosa. Espero que esté mucho mejor… Tener un h