Llegué al salón de artes, me senté hasta atrás como solía hacerlo y vi que el dark con chaqueta de cuero estaba sentado a un rincón, escribiendo o lo que sea que hiciera en su libreta, porque no estaba prestando atención, de eso podía estar segura.
Las clases concluyeron rápido, no era que realmente me interesara la clase de artes, sinceramente prefería hacer algo creativo en mi casa y arriesgarme con colores y texturas, a escuchar como trataban de enseñarlo de un libro. Para mí, el verdadero arte se tenía que vivir y sentir, y todo eso era algo que un libro no te enseñaba. Sabía que no era la mejor artista pero bastaba con que significara algo para mí.
Después de clases seguí al gemelo malvado. De alguna forma, una pequeña parte de mí sentía curiosidad por él, aunque al dar con su paradero me dí cuenta de que estaba con Marcus, lo cual fue más fácil.
—Hola Marcus —saludé con una sonrisa.
—Cait, quería saber si querías salir como lo hacíamos antes —preguntó inclinando un poco la cabeza mientras hacía un gesto tierno.
—Cla- claro —contesté con una sonrisa algo boba. Por favor, «Es tu mejor amigo tonta» pensé alejándome al ver que él ya se iba.
Cuando, de pronto, sentí un gran jalón detrás de mí, era Seth que me miraba con indiferencia como a todo lo que le rodeaba.
—¿Te gusta el tonto de mi hermano? —preguntó directamente. Había algo llamado disimulo, y al parecer Seth no lo conocía.
—Eso no te importa —contesté devolviendo su indiferencia.
—Bueno, y yo que pensaba hacer una buena obra y ayudarte —dijo rompiendo el silencio que se había formado después de mi respuesta.
—¿Qué sugieres? —dije fastidiada.
—Te espero a las 3:30 en el parque —contestó rodando los ojos.
Era increíble, un increíble tonto.
Ofrecía su ayuda y luego la expresión de su cara decía: "mírenme, detesto a todo el mundo".
Me cambié apenas llegué a mi casa para estar en el parque temprano, de alguna forma su misterio me intrigaba, y aunque es probable que fuera algo que no me ayudara, quería saber lo que tenía que decir.
Al llegar, pude verlo a un lado del parque, él seguía con su ropa negra, al parecer no conocía otros colores, y estaba segura de que su armario era más oscuro que un túnel.
—Pensé que no vendrías rara —dijo con mofa.
—¿Por qué siempre esa ropa? Me dirás que tienes una banda de rock y que asaltas bancos los fines de semana —contraataque a su comentario.
—No Brooks, y te recomiendo que dejes de leer clichés b****a, yo no soy el chico malo y tú sin duda no eres la inocente chica que no mata una mosca, y lo más importante y que cabe recalcar, es que no terminaremos juntos como en tu literatura barata —contestó algo irritado ante mi anterior comentario fingiendo una sonrisa.
Wow en serio era un cretino, mi carrera era literatura así que era el comentario más inapropiado que podía darme, aunque en realidad no podía negar que nunca rechazaba un enemies to lovers con un buen plot twist, y sobre lo otro, claro que podía dar por hecho que nunca me interesaría en la nube gris que él era.
—Dime cuales son tus libros "buenos" —dije simulando comillas con mis dedos.
—Sin esos tontos romances que todas las chicas leen —contestó con un gesto de fastidio.
—¿Para qué me llamaste? —cuestioné dando fin al tema anterior, ya que sería como pelear con la pared, y creo que incluso la pared sería más amable si no fuera un objeto inanimado.
—Brooks, solo llévalo al parque, me ha estado fastidiando toda la semana y me dejará en paz si tú lo invitas, puedes ir esta tarde, está en casa —explicó en un gesto neutro.
—¿Ahora soy Brooks? —pregunté dejando el tema atrás.
—¿Prefieres rara? —preguntó en un tono burlón.
—Me quedo con Brooks, gracias cretino —dije yéndome de allí, ya que probablemente Marcus estaría en mi casa en media hora, así que tenía que elegir que ponerme para sugerirle ir al parque de diversiones.
Decidí hacerme un moño y me puse una camiseta café y unos pantalones de mezclilla, me gustaba vestirme casual y sin llamar la atención, no quería parecer un algodón de azúcar o una pesadilla, así que a esto le llamaba equilibrio, a la ropa casual, cómoda y sencilla.
Mientras pasaba el rato viendo mi celular, me apareció una solicitud en I*******m y grande fue mi sorpresa al ver que se trataba de Seth, después de dudarlo, acepté algo confundida, realmente era raro, un momento estaba ofendiéndome y yo golpeándolo con un libro y al otro me ofrecía su ayuda, probablemente era como había dicho y solo trataba de quitarse a Marcus de encima, así que lo acepté sin tomarle importancia.
Al entrar a su perfil me di cuenta de que casi no tenía fotos, era un verdadero misterio, solo contaba con una foto con su mamá tratando de simular una sonrisa y otra con una guitarra eléctrica lo cual no me sorprendía, no tenía una banda de rock pero estaba cerca y por eso no tenía derecho a ofenderse.
De pronto alguien tocó a mi puerta, era Marcus, lo sabía por la ropa menos gótica y por qué Seth no sabía mi dirección, así que fui a abrir.
—Hola —saludé sonriendo.
—Hola —dijo observando el celular que se encontraba en mi mano, y que, para mí desdicha, estaba en una foto de Seth.
—¿Estás stalkeando a mi hermano? —preguntó enarcando una ceja con una mirada divertida.
—Claro que no, él me mandó solicitud —dije nerviosa. «¿Por qué estas cosas siempre me pasaban a mi?» pensé sin una repuesta aparente, quizás solo era muy tonta como Seth decía.
—Creo que deberíamos irnos —hablé tratando de evitar el tema y al parecer lo logré, pues no se volvió a hablar del castaño que vestía ropa negra en todo el camino.
Miles de juegos, palomitas en el suelo, niños jugando y mucha comida. El parque de diversiones tenía cierta forma especial de recordarme mi niñez.Después de un rato decidimos tomarnos algunas fotos, fuimos al carrusel, y aunque un caracol avanzaba más rápido, todo era divertido con Marcus que me hacía reír todo el tiempo.—Quiero ese peluche —dije apuntando a un osito con una estrella.—Es lindo —dijo acercándose al puesto, y con sus excelentes habilidades atléticas, volvió con el peluche en sus manos.—Gracias —dije sonriendo.—No hay de que, Cait —contestó con una sonrisa grande y sincera, una que demostraba su linda y carismática personalidad.Marcus era un gran chico y aunque a veces discutíamos siempre lográbamos solucionarlo. Me daba lastima el que no supiera sobre mis sentimientos, pero estaba segura de que algún día lograría ser valiente y confesarle todo.Estábamos visitando todos los juegos y comiendo algodón de azúcar, en
Pasaron algunos días desde que el castaño de acercó a mí en el parque, desde eso, evitaba a todos en la escuela, de alguna manera su propuesta me dejó pensando. Ya ni siquiera pasaba tanto tiempo con Marcus, pero ahora lo hacía gratis, sin duda me arrepentía de no haber aceptado esos 10 dólares, pero esa ya estaba en el pasado.Apenas terminó matemáticas vi como el chico salía del salón molesto, o al menos más de lo normal, a lo que yo y mi cerebro entrometido fueron detrás de él. Pude notar como se dirigía con prisa a la parte de atrás de los salones, a lo que me oculté dónde él no pudiera verme, y al hacerlo, vi a Marcus detrás de él, mientras Seth se acercaba molesto.—¿Es en serio Marcus? —dijo este último con rabia.—¿A qué te refieres? —preguntó Marcus.—Sé que invitarás a Caitlin hoy —dijo aún más enojado, aunque eso me sorprendió, no sabía a dónde iba su plática.—¿Y eso qué? —cuestionó con una mirada fastidiada.—Ella está loca por
Me encontraba ocupada viendo memes en mi celular cuando recibí un mensaje del castaño, a veces resultaba muy comunicativo y otras una piedra."Brooks mándame tu dirección". Era todo lo que había escrito. No Caitlin ¿puedo ir a tu casa?. No Caitlin ¿estás en tu casa?. "Brooks mándame tu dirección".Y sin embargo se la mandé, realmente no tenía nada más que hacer, «y quién mejor que Seth, el chico más simpático del mundo para alegrarme» pensé haciendo que riera, a veces mi mente era tan genial contando chistes que me sentía inteligente.A los pocos minutos tocaron mi puerta y pude notar como detrás de él estaba una moto negra lo que me hizo sonreír con triunfo.—Una moto, eso es muy chico malo literario de tu parte —dije mirándolo mientras el daba un suspiro cansado y rodaba los ojos, al mismo tiempo que me empujaba con su brazo para entrar.—Sabes Brooks, no estoy de humor para tus malos chistes —dijo una vez adentro.—Pues eso no parece, si
Estaba en la casa de Seth, después un siglo me había invitado a conocerla, aunque en realidad ya sabía cómo y dónde era, pues Marcus me había invitado algunas veces.Al llegar vi a la señora rubia que era su madre, a la que él saludo con un beso en la mejilla, algo que me pareció muy tierno.Me jaló del brazo como tenía por costumbre, para subir las escaleras y llegar a su habitación, lo bueno es que Marcus no se encontraba allí, al parecer iba a salir con sus amigos.—¿Qué hacemos aquí chico malo? —pregunté mirándolo confundida, y el apodo ya se había quedado, al igual que el que él me llamara Brooks.—Bueno quería enseñarte algo —contestó con obviedad, esta era una de las veces recordaba lo molesto que podía llegar a ser con sus comentarios, él saco una guitarra de su estuche, y la conecto a un tipo de amplificador o como se llamara esa cosa.—Una guitarra eléctrica es muy Rockstar, y pensar que negaste tener una banda —dije molestándolo.
Me desperté temprano por primera vez en mi vida, era un gran logro para mí y mi flojera, pero para mí desdicha me pase una hora desayunando mientras veía mi celular, y de nada sirvió mi logro, pues tuve que llegar corriendo a la escuela.Empecé a meter la mayoría de mis libros en mi casillero, cuando de pronto por las bocinas de toda la escuela se escuchaba una voz familiar.—Caitlin Bianca Brooks, fui un tonto y me arrepiento de todo lo que te hice, eres mi mejor amiga y... También me gustas, ¿te gustaría salir conmigo? —dijo Marcus desde el micrófono de la oficina de la directora, no sé como se metió ahí, pero mientras estaba en completo shock él ya estaba frente a mí.—Entonces, ¿te gustaría salir conmigo? —preguntó ya estando en el pasillo.—Sí —contesté con una sonrisa, no lo sé, pero ahora veía sinceridad en él, y parecía arrepentido de lo que dijo, pues ya se había tratado de comunicar conmigo pero lo había ignorado, él me abrazó fuertemente eleván
—Sube Brooks —dijo desde el techo. Y por muy tonto que pareciera logré subir con su ayuda.—¿Para qué hacemos esto? —pregunté confundida.—Porque no quiero morir sin decir que no subí al techo de una biblioteca —respondió con una sonrisa ególatra, como si nada le importara.—Pues yo no quiero hacer eso para vivir más tiempo —señalé mirando sus lindos ojos azules.—Nunca dejaría que caigas —contestó mirándome.—¿Soy importante para ti? Marcus dijo que solo le prestabas tu guitarra a personas que te importaban —pregunté tratando de obtener una repuesta, y es que en realidad no tenía claro nada respecto a él.—No, solo lo hice para que dejaras de fastidiar —contestó en tono indiferente.—Entonces, ¿por qué me besaste? —solté repentinamente, con las mejillas tan rojas, como en ese momento.—Wow, ¿en serio preguntas eso después de una semana, Brooks? —dijo rodando los ojos, así es, su actitud era la misma, aunque tenía ratos dulces,
Ayer hablé con papá, él siempre estuvo para mí, apoyándome y fingiendo ser fuerte cuando mamá nos dejó. En cada una de nuestras platicas una pregunta hacía lugar, el temido «¿Cómo estás?»."Estoy bien" era mi respuesta siempre. Esas palabras no solo eran mentira, también eran una salida rápida de mi realidad, de una en la que estaba destruida desde que Seth se fue de mi vida. ¿Cómo es que una persona que conocías en 4 meses se volvía tan importante en tu vida? Probablemente no había respuesta a mi pregunta.Necesitaba saber si se encontraba mejor, si se sentía tan mal como yo, o si siquiera le importaba. Y me quemaba el hecho de no verlo todas las mañanas a una esquina del salón dibujando cosas que nunca me dejó ver en su libreta, porque desde ese día, dejó de asistir a la escuela.Decir que estaba bien y fingir sonrisas, se había vuelto mi más grande pasatiempo, era muy fácil fingir que todo estaba bien y aún más fácil que me creyeran, mientras me engañab
Seth Campell:Se lo dije, le dije la verdad y la lastimé, pero prefería eso a ser un hipócrita como Marcus, por qué ella se merecía la verdad y no mentiras como las que siempre había recibido.Todo era verdad en la parte en la que le confesé que me gusta, se supone que la ayudaría en el parque para que terminaran siendo nada ella y Marcus, pero mi inútil conciencia me hizo arrepentirme. Le ofrecí 10 dólares, los rechazó y traté de evitar que pasará lo inevitable, descubrió la verdad.Traté de animarla, pero el plan se salió de control, termine besándola y sonriendo como un tonto solo de pensar en su nombre y sus bonitos ojos grises, caí en lo que siempre evité, un tonto cliché, una hermosa chica castaña que me hizo olvidar lo horrible que era esa empalagosa palabra llamada "amor".Curioso, la chica "buena" y rara que me golpeó con un libro, y yo el chico "rudo" que era como ella solía llamarme, pasando tiempo juntos, y yo perdí porque me gustó primero, tr